En enero de 1985, Queen encabezó como cabeza de cartel la primera edición del festival Rock in Rio, un masivo espectáculo musical en que presentaron en tierras sudamericanas su álbum The Works (1984). Un show que tuvo a Freddie Mercury y compañía en buena forma.
El show fue una locura. Compartiendo escenario con bandas como Iron Maiden, Whitesnake y B-52′s, los británicos revolucionaron al público brasileño que, a pesar de la barrera lingüística, coreó cada una de sus canciones con fervor y pasión.
La escala del The Works Tour resultó todo un hito, tanto para el espectáculo brasileño como para la banda británica, que ya venía cosechando éxitos alrededor del mundo, y estuvo a muy poco de tocar suelo chileno. Casi, porque los incipientes planes de arribo se vieron frenados por la homofobia y la decisión de las esposas de la Junta Militar que llevaban el mando del país en ese entonces.
De hecho, el Estadio Nacional estaba reservado para el 24 de enero de 1985, fecha del esperado debut musical del grupo en el país. Un recital que hubiese dado la oportunidad a los miles de fanáticos de Queen en Chile de verlos en vivo tras la visita de la banda, solo unos años antes, a Argentina.
Pero el estilo estrafalario del conjunto británico, la larga cabellera del guitarrista Brian May y el video de I want to break free —donde los miembros de Queen se vistieron como mujeres—, fueron motivos suficiente para escandalizar a Margarita Riofrío, esposa del almirante Merino, miembro de la Junta Militar.
Según señala una nota de El Mercurio del 21 de febrero de 2015, Riofrío convenció a su marido de prohibir la llegada de Queen al país porque “propiciaba la homosexualidad en los jóvenes”.
“Todo lo que recuerdo es haber pensado que era fantástico poder tocar en Chile, y luego vino la decepción cuando no nos permitieron ir a Santiago”, contó Roger Taylor a La Tercera en 2015, sobre la cancelación de aquel ansiado show en Chile.
La dictadura liderada por Augusto Pinochet, no permitió un concierto masivo con un artista internacional hasta 1989, cuando se presentó Rod Stewart.
La tramitada llegada a Argentina en 1981
Chile estuvo a una cordillera de distancia de ver a Freddie Mercury, Brian May, Roger Taylor y John Deacon en vivo en 1981, cuando en Argentina programaron cinco fechas. Una travesía que también tuvo dificultades no menores.
“Sudamérica tenía la reputación de que la gente desaparecía, que habían subversivos y personas de alto perfil que podrían exigir un gran rescate. Queen, que es una banda de rock rica y famosa... ¿es una buena idea ir?”, dijo sobre ese viaje Peter Hince, roadie y jefe de equipo durante las giras de Queen, en su libro Queen Unseen.
De hecho, para concretar los conciertos en Argentina, debieron contar con la autorización del general Roberto Eduardo Viola Redondo. “Los entusiastas locales no creyeron que se nos permitiría seguir adelante, convencidos de que los shows serían cancelados a último momento. Las promesas rotas era algo a lo que nos acostumbramos, y la frase ‘no hay problema’ ya no me la tomo en serio. Corrupción, mentiras y falsas garantías eran recurrentes. Para el equipo, trabajar, viajar y vivir esas condiciones fue duro, pero a pesar de los reveses, los shows fueron un gran éxito”, agregó Hince al respecto.
Si bien la gran gira por Sudamérica que Queen pretendía realizar tuvo varios y masivos shows, estos solo tuvieron lugar en Argentina y Brasil. “El efecto del grupo en Sudamérica fue profundo. Hordas de gente procedente de Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia cruzaron las fronteras para ver los conciertos de Argentina”, dijo la periodista trasandina Marcela de Lorenzi, a Lesley-Ann Jones, biógrafa de Freddie Mercury.
“A todo el mundo se le puso la piel de gallina La gente estaba literalmente sollozando en todas partes. La cancha estaba protegida con césped artificial, y la seguridad era sumamente estricta, porque en aquella época, teníamos un gobierno militar de ultraderecha, cuyo jefe era el General Viola”, detalló Lorenzi, quien en ese entonces era una fanática de Queen de 15 años.
“El general dijo que quería conocer a Queen, y envió una invitación para que fueran a verle. Fueron todos menos Roger (Taylor), que se negó alegando que él había ido a Argentina a ‘tocar para la gente, no para el gobierno’. Fue una declaración incendiaria”, añadió Lorenzi.
Quizá una de las imágenes más recordadas de la gira es aquella que tiene a Diego Armando Maradona abrazado a la banda. El ídolo del fútbol estaba de igual a igual con uno de los referentes del rock planetario de aquella época.
Según documenta el libro Freddie Mercury, la biografía definitiva, Mercury conoció a Maradona en una fiesta en Castelar, a las afueras de Buenos Aires, y le invitó a aparecer sobre el escenario en el último concierto de Queen en la capital argentina. Luego, intercambiaron camisetas y posaron juntos en fotografías.
“En realidad, Freddie no sabía muy bien quién era Diego, ya que nunca fue lo que se dice aficionado del fútbol”, reveló Peter Freestone, asistente personal de Freddie Mercury. “Los muslos de los futbolistas, puede ser. Los muslos de los rugbistas, ¡mejor todavía”.
Eso sí, tal anécdota provocó un traspié entre el cantante británico y la prensa pop argentina. Entrevistado por un periodista de la revista Pelo, le plantearon a Mercury que el intercambio de camisetas con Maradona había sido un acto de “demagogia”.
Freddie, indignado por tal insinuación, calificó la afirmación como “ridícula” y declaró que no fue más que un “gesto amistoso”.