Monse Jerez debuta en el Festival del Huaso de Olmué este viernes 19 de enero. Tras nueve años de experiencia, la actriz oriunda de Valparaíso promete hacer reír al público, con una rutina que define como fresca y orgánica.
Desde el sector VIP de El Patagual, la comediante aguarda la presentación de su amigo Vicho Viciani, quien pisará el escenario exitosamente horas después en El Patagual. La acompaña su esposo, Luis Vallejo.
Daniela Monserrat Jerez García nació el 13 de junio de 1985, tiene 38 años- pero 25 en el corazón- y creció en El Plan de Valparaíso hasta que se mudó a Viña del Mar con su familia. En conversación con Culto, recuerda sus primeros pasos por el escenario.
“Siempre fui buena para el show. Cuenta la leyenda que mi tío, el Beto, un amigo de mi mamá, corría las cosas de la mesa cuando hacían asados los sábados y decía: ‘¡Silencio! La niña va a cantar’. Y me subía arriba de la mesa y yo cantaba a Myriam Hernández”, relata entre risas.
Hoy el escenario crece y se transforma en El Patagual. Es más, cuando la llamaron para confirmar su participación hace unas semanas, se sorprendió. Ya había perdido la esperanza, contó. Ahora, en la comuna organizadora del evento, declara sobre la noche: “Estoy abocada al festival, a darlo”
Humor y mujeres
Monse Jerez es la única mujer en la parrilla de comedia del Festival del Huaso de Olmué 2024. Vicho Viciani, Coronel Valverde y Cebolla y Bodoque animarán al público las otras noches, artistas a los que Jerez conoce y admira mucho.
Sin embargo, creció en una familia dominada por la presencia de mujeres y cree que todas las instancias deben ser paritarias. “Quiero representar a todas las mujeres y a todas las disidencias, a las que muchas veces nos cuesta más llegar a cargos de poder, a escenarios grandes. Creo que las mujeres tenemos tanto que entregar”, dice enfática.
Sobre referentes en la comedia, menciona a Natalia Valdebenito e influencias de la televisión, como La Vicky y La Gaby. “Hay muchas mujeres a las que admiro profundamente”, indica la humorista.
Fanática del vino y del mar, si no hubiera sido actriz y comediante se hubiera dedicado a las leyes. “Desde chica siempre fui muy abogada del diablo. Siempre defendiendo las causas perdidas”, comenta Monse.
Porque el humor, reflexiona la porteña, también es una forma de hacer justicia. “El arte en general es una tremenda herramienta para entregar mensajes, es una tremenda herramienta educacional y formativa”.
La trayectoria de Monse Jerez
Estudio teatro en la Universidad del Mar, según cuenta con risas nerviosas, sin decir lo que seguramente se le pasa por la cabeza. Sus primeros acercamientos a la televisión fueron en el área creativa del programa Juego Textual, una reedición de Acoso Textual, programa de Canal 13.
“Imagínate ser mujer, ser de región y sin pituto llegar ahí por tus méritos. Fue hermoso poder trabajar ahí. Conocí gente increíble, me contuvieron tan bien, me enseñaron el oficio…Aprendí un montón”, recuerda Monserrat Jerez.
Asimismo, colaboró con 13M, una plataforma de mujeres para mujeres de la misma casa televisiva, a cargo de Rayen Araya. Asimismo, fue panelista en el programa radial Hasta que el vino se acabe, de radio Viña FM.
Poco a poco, el pasatiempo de hacer reír se transformó en su trabajo. “Durante mucho tiempo trabajé en un lugar donde me levantaba con mi autoestima por el suelo y era muy triste. Ahora levantarme y hacer lo que amo, es mágico”, reflexiona.
Participó también en el programa televisivo Pasemos de Largo (Canal 13), en la sección Pura Comedia, donde demostró sus habilidades frente al público y otros representantes del humor chileno, como Sergio Freire, Maly Jorquiera y Rodrigo Salinas.
Su rutina en Olmué
Monse Jerez se presenta la misma noche que la banda chilena, Glup!, y la cantante nacional, Denise Rosenthal, es decir, ante una audiencia variada.
“Viene el público local a su fiesta, porque nosotros somos los invitados aquí. Además, el de la Denisse, que me encanta y sé que vamos a tener cositas en común, y Glup!, qué quieres te diga, yo fui una chica light (ríe) con el pelo fucsia. No tuve amigos franceses, pero sí pelo fucsia”, cuenta entre carcajadas.
-¿Probaste la rutina antes?
“Sí, por supuesto. La rutina de mañana la cree hace mucho tiempo y la dejé de hacer. La retomé y me enamoré de ella. La reestructuré, porque es inevitable que vayamos cambiando con el tiempo. Pero sí, la he probado en distintos lados. Un show solo para mujeres, shows altamente masculinos, en empresas. La probé en el norte, en la Patagonia…”
Su público más complejo es el corporativo y, por supuesto, los que no se esperan la comedia. “Ahí es difícil y donde hay que hacer toda la peguita, hay que conquistar a la gente que no quiere escuchar comedia y que se sorprendió. Son 45 minutos, a veces una hora, donde puedes descubrir otras visiones del mundo”, explica la actriz.
De repente, Monse Jerez ve su celular y se sorprende. “Es que Alvarito Santis me hizo una lectura de cartas para el festival y le ha achuntado heavy”, comenta. ¿Eres creyente? “Creo en las energías, en ser buena persona y actuar bien. Más allá de la religión, creo en la bondad, en hacer las cosas desde el bien, sin maldad. Creo en Dios, pero no en la iglesia católica”.
En la mesa, su marido Luis Vallejo escucha atento la entrevista. Ambos se conocieron en un taller de cueca, hace 16 años, en Valparaíso. “La veo feliz. Siempre que veo a la Monse antes de un show y la veo ansiosa, es un signo de que le va a ir bien. Cuando la Monse está con todas las ganas, sé que le va a ir bien. Yo siempre estoy nervioso, pero al verla con esa actitud, con esa sonrisa, con esos ojitos de felicidad, sé que va a estar bien. Ha sido un ejemplo para mí, de que todos los sueños se cumplen”, dice Luis, ingeniero de profesión y oriundo de Talcahuano.
Monse Jerez vive su vida entre Santiago y Valparaíso, y ahora, hace una parada en Olmué para debutar en el mundo de los festivales. A pesar de todo el ajetreo, no cambiaría su ciudad natal por nada. “Este puerto amarra como el hambre, no puedo dejar el mar”, dice para finalizar la hincha fiel de Santiago Wandersers.