La razón suele ser siempre la misma: los valores que determinada estrella musical transmite, no son adecuados para la juventud. Otra variable de veto es que el artista haya manifestado apoyo a causas o naciones contrarias al país donde pretende actuar. En ese sentido, China lidera el ránking de prohibiciones, como también resalta el particular recelo con las artistas femeninas en el sudeste asiático bajo influencia musulmana.
Este es el listado de la ignominia hacia algunos de los máximos representantes de la música popular de los últimos 60 años.
The Beatles: bajando el nivel
En 1965, la banda que lo cambió todo estuvo a punto de visitar Israel. Un empresario inició los contactos, en tanto el gobierno se inquietó. La visita un par de años antes del Elvis británico -el acartonado Cliff Richard-, había impresionado negativamente a las autoridades debido a la delirante reacción de los fans, hasta que un comité oficialista determinó que los Beatles carecían de “un alto nivel cultural”, además de ejercer “una mala influencia sobre la juventud”.
Nunca actuaron en Israel, y sólo en 2008 el embajador del país en el Reino Unido pidió disculpas por el veto.
Elton John: por culpa de un Jesús gay
Sin entregar mayor datos de sus fuentes históricas, Elton John aseguró en una entrevista de 2010 que “Jesús era un hombre gay compasivo y super inteligente”. Fue entonces que el director del Sindicato de músicos de Egipto reaccionó aseverando que no permitirían la presencia de “un homosexual que quiere prohibir las religiones”, que además había osado afimar que “el profeta Issa (el nombre árabe de Jesús) era gay” y, para más remate, había pedido “libertad sexual” para los gays del Oriente Medio. El show que por esas fechas tenía programado en el país de las pirámides fue suspendido, y se le prohibió el ingreso.
Led Zeppelin: el extraño de pelo largo
No alcanzaron a poner un pie en la loza del aeropuerto en 1972, cuando los miembros y el séquito de Led Zeppelin se enteraron de que no podrían actuar en Singapur. Alarmado por el auge del hippismo, el gobierno había dictado en la década anterior la prohibición del pelo largo en los varones, medida que por entonces seguía vigente. Los Bee Gees corrieron la misma suerte.
The Kinks: gracias colegas
Este caso es curioso porque el veto no provino del gobierno ni de líderes religiosos, sino de los propios colegas estadounidenses hacia los seminales The Kinks, impedidos de actuar en el país durante la segunda mitad de los 60. El origen fue una accidentada gira en 1965 con show suspendidos por incidentes, y un notorio consumo etílico de los británicos. La chispa fatal ocurrió en un programa de televisión donde fueron reprendidos por llegar tarde. El discurso de un miembro de la producción que incluyó ofensas hacia Inglaterra, provocó la furia del líder Ray Davies, que respondió con un puñetazo. Como resultado, los músicos federados lograron que durante cuatro años los creadores de You really got me no pudieran presentarse en suelo estadounidense durante “los mejores años de la carrera de los Kinks”, según Davies.
Katy Perry: mi banderita
En 2017 se le prohibió el ingreso a China a Katy Perry para participar de un desfile de Victoria’s secret, debido a que un par de años antes, en un concierto en Taipei -la capital de Taiwán-, se amarró al cuello una bandera del país junto con utilizar un vestido con girasoles, uno de los símbolos de la resistencia taiwanesa a las pretensiones chinas sobre su territorio.
Alice Cooper: saquen al degenerado
Desde el Ministerio de Trabajo e inmigración de Australia fueron categóricos para afrontar una eventual visita de Alice Cooper en 1975. El titular aseguró que no permitiría el ingreso de “un degenerado que podría influir poderosamente en los jóvenes y débiles mentales”. Un par de años más tarde se revocó la negativa en contra del padre del shock rock.
Cat Stevens: exijo una explicación
“Yusuf Islam ha sido incluido en las listas de vigilancia por actividades que podrían estar relacionadas con el terrorismo”. La sentencia fue emitida en 2004 por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos en contra del artista mundialmente conocido como Cat Stevens, a consecuencia de la paranoia post 11S. “La mitad de mí quiere sonreír y la otra mitad quiere gruñir -comentó el cantante símbolo del soft rock-. Todo esto es totalmente ridículo”.
“Todo el mundo sabe quién soy. No soy un personaje secreto”, agregó. “Todo el mundo conoce mi campaña por la caridad, por la paz. Tiene que haber muchas explicaciones”. El veto fue levantado en 2006.
Lady Gaga: paren el avión
La amenaza del Frente de defensores islámicos fue seria y dramática. Si Lady Gaga intentaba bajar del avión, le impedirían el paso. Todo en defensa de la juventud de Malasia, evitando a toda costa ser expuestos ante su “ropa sexy”, y sus coreografiados contoneos. Antes de llegar a ese punto, el gobierno optó por prohibir su ingreso.
Pantera: nazi go home
“Hemos decidido eliminar a la banda del programa”, anunciaron a comienzos del año pasado los festivales alemanes Rock AM Ring y Rock AM Park, en relación a los reunidos Pantera. Parte de la presión provino del Partido Verde, reacio a la presencia de los reyes del metal de los 90, debido a hechos protagonizados por Phil Anselmo en un evento en vivo de 2016, donde ejecutó el característico saludo nazi junto con vociferar una proclama racista a favor del “poder blanco”.
Beyoncé: I’m to sexy
El pretexto fue simple: demasiado provocativa. La acusación en contra de Beyoncé proveniente de Malasia, no apuntó a sus letras sino a su vestuario, considerado fuera de norma por el credo musulmán. Como consecuencia, la súper estrella pop tuvo que excluir al país de su tour del año pasado. No es la única que ha sido prohibida en Malasia. En 2013 Kesha fue vetada por afectar las “sensibilidades religiosas y valores culturales de los malayos”, según declaró el Ministerio de Comunicaciones y Multimedia. A pesar de que la cantante estadounidense prometió modificar el contenido de sus letras y su vestuario proclive a las prendas escasas y ceñidas, el gobierno amenazó con detenerla.
Cuatro años antes, las mismas acusaciones provocaron que Rihanna suspendiera su presentación en el país, pero con algunos argumentos extra proferidos por el Partido islámico panmalasio (PAS), apuntando a eventuales apoyos de la intérprete de Umbrella hacia Israel. “Tanto si Rihanna se da cuenta como si no, sabemos que los impuestos que paga también contribuyen a la guerra de Gaza”, sostuvo Kamaruzzaman Muhammad del PAS. Su espectáculo, afirmó, era “un insulto a la cultura oriental”.
Cinco años antes, el mismo portavoz había desaconsejado la presencia de Avril Lavigne. “Se considera demasiado sexy para nosotros... No es bueno para los espectadores en Malasia”, dijo, para luego aludir a las cualidades que debería tener toda estrella pop. “No queremos que nuestra gente, nuestros adolescentes, se vean influenciados por su actuación -aseveró-. Queremos artistas limpios, artistas que sean buenos modelos a seguir”.
Selena Gómez: ay Dalai
Una foto o un saludo al Dalai Lama, el líder del Tíbet, es razón suficiente en el gobierno chino para desautorizar la entrada al país. Bien lo sabe Selena Gómez, prohibida de dar conciertos en la superpotencia, y también Maroon 5. Uno de los integrantes de la banda liderada por Adam Levine osó saludar vía Twitter a la figura espiritual, que representa la resistencia tibetana al gobierno chino. Como las autoridades de la superpotencia no dejan pasar una, fueron vetados.
Justin Bieber: no llores por mi Argentina
Este es un caso por partida doble. En noviembre de 2013 en un show en Argentina, el astro pop canadiense tuvo la mala ocurrencia de patear un par de banderas arrojadas desde el público. Si bien ofreció disculpas por Twitter -”lo siento mucho para quienes malinterpretaron mis acciones y espero puedan perdonar este error”-, cuatro años más tarde en Nueva York unas fanáticas le pasaron una bandera albiceleste, mientras el cantante salía en una limusina. El intérprete de Baby la cogió y la arrojó de inmediato. En el intertanto, las autoridades argentinas declararon al ídolo pop como persona non grata, bajo amenaza de ser detenido si volvía al país. Sin embargo, el motivo de aquel dudoso estatus no fue el incidente de la bandera de 2013, sino el hecho de que un guardaespaldas de Bieber golpeó y supuestamente robó a un fotógrafo trasandino. El canadiense también ha sido vetado en China.
Miley Cyrus: nada de chinitos
Una bromilla se transformó en un incidente de la estrella de Wrecking ball con el susceptible régimen chino. En 2009, con apenas 16 años, Miley Cyrus publicó imágenes donde aparece con amigos, incluyendo un oriental, rasgando sus ojos con los índices. De inmediato hubo protestas en distintas comunidades asiáticas, que consideraron ofensiva la imagen. “La fotografía se enmarca en una larga y desafortunada historia de personas que se burlan y denigran a individuos de ascendencia asiática”, proclamó la Organización Chino-Americana (OCA). Para la entidad, la foto de Cyrus alentó y legitimó las burlas a la población asiática en general, incluyendo “muchos amigos estadounidenses de origen asiático y del Pacífico”. El gobierno chino reaccionó prohibiendo todos los productos asociados a Hannah Montana, su célebre personaje en el canal Disney.
En República Dominicana tampoco es bienvenida. Hace una década fue prohibida en el país caribeño por “realizar actos contrarios a la moral y costumbres, los cuales están penados por la ley dominicana”, sostuvo una declaración oficial.