Cuando los chilenos se unen por una causa en redes sociales, pueden generar resultados impensados; como por ejemplo, hacer que el Museo Británico desactive los comentarios de su cuenta de Instagram.
No es la primera vez que algo así sucede. Le pasó al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, luego de la rutina de Felipe Avello en el Festival de Viña de 2019; o el año siguiente, al artista de Maroon 5, Adam Levine, tras su cuestionado paso por la Quinta Vergara, donde se ganó el resquemor - y muchos comentarios - por parte de los cibernautas chilenos.
Esta vez el Museo Británico de Londres fue el nuevo blanco en redes sociales. ‘Devuelvan el moai’, fue la frase que inundó los comentarios de la cuenta, que decidió restringir esta posibilidad de interacción ante la insistencia de los chilenos.
De esta forma casi anecdótica, nuevamente se abre el debate en torno a los bienes patrimoniales del pueblo Rapa Nui, así como la discusión en torno a la descolonización de los museos en todo el mundo.
“El patrimonio cultural es un conjunto determinado de bienes tangibles, intangibles y naturales que forman parte de prácticas sociales, a los que se les atribuyen valores a ser transmitidos, y luego resignificados, de una época a otra, o de una generación a las siguientes”, explica el Servicio Nacional de Patrimonio Cultural de Chile en su web oficial.
Así, los bienes culturales van más allá de la antigüedad. “Tienen mucho que ver con lo inmaterial y eso es lo más importante. Como estamos hablando del moai, va desde el proceso de como se construye desde la cantera, hasta la instalación del moai en algún sitio que puede ser especial para una comunidad. Cuando estos objetos se pierden, nos quedamos solo con la inmaterialidad, nos quedamos con el recuerdo, pero la inmaterialidad es frágil y sin estar el objeto nos cuesta recordarlo”, explica a Culto Gonzalo Enrique Ortega, académico de la Universidad Católica de la Santísima Concepción y coordinador del diplomado de Gestión para los Patrimonios de la misma casa de estudios.
Al respecto, la Subsecretaría del Patrimonio Cultural, afirmó a Culto que el 22 de enero de 2024, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio recibió una solicitud por parte de la cartera de Bienes Nacionales para incorporar una nueva contraparte institucional referida a la última propuesta entre el Estado de Chile y el Museo Británico.
La historia del amigo ‘robado’
El Museo Británico de Londres conserva dos moai de piedra procedentes de la Isla de Pascua, Hoa Hakananai’a y Moai Hava. Paradójicamente, el primero de ellos significa ‘amigo perdido, escondido o robado’, data aproximadamente del año 1000 al 1200, y forma parte de la exhibición permanente en la Sala 24 del museo, como parte de la exposición Vivir y morir.
En cuanto al Moai Ava (traducido como “sucio, repudiado, rechazado o perdido”), que data de entre los años 1100 y 1600, se encuentra de forma itinerante en diferentes museos de Inglaterra. Actualmente, este no está en exhibición pública en el Museo Británico, sino que forma parte de la colección de estudio.
Fue en 1868, cuando la isla aún no formaba parte del territorio chileno, que la tripulación de un barco de reconocimiento británico, llamado HMS Topaze, visitó Rapa Nui. De esta forma, se sustrajeron los dos moai de la isla y se llevaron hasta Gran Bretaña, donde Hoa Hakananai’a fue obsequiado a la reina Victoria, quien posteriormente lo donó al Museo Británico. Mientras tanto, Moai Hava fue donado directamente a este último.
Las conversaciones para pedir la devolución de ambos moai datan de 2018, cuando se presentó una solicitud por escrito al Museo Británico en nombre de Rapa Nui. Esta fue apoyada por el ministro de Bienes Nacionales de ese entonces, Felipe Ward, y a discusión diplomática culminó con una visita cruzada. Por un lado, una delegación del museo inglés (una antropóloga y una curadora) visitó Isla de Pascua, y un grupo del pueblo Rapa Nui fue hasta Reino Unido para ver a los moai.
¿Por qué el Museo no devuelve los moai?
En primera instancia, el Museo Británico de Londres se rige por políticas alineadas con la ley inglesa de 1963 (the Act), que establece que el museo solo puede vender o ceder objetos de su colección en tres situaciones: 1. el objeto no es apto para ser mantenido en las colecciones del museo; 2. el objeto está duplicado; o 3. este ha quedado inservible para fines del Museo debido a daños, deterioro físico o infestación por organismos destructivos,
“En segundo lugar, existe la Convención de la UNESCO de 1970, contra el tráfico ilícito de bienes culturales, en la cual establece que los Estados que hayan firmado deben repatriar o deben cuidar mecanismos para la restitución de estos bienes que pudieran haber sido robados. El problema es que esta Convención no es retroactiva, es decir, hasta el año que el Estado ratifica esto, no hay obligación de restitución. En el caso del moai, pasa principalmente por voluntades, en primer lugar políticas y en segundo lugar, tiene que ver mucho con las políticas de conservación que tenga el Estado demandante, en este caso”, profundiza el especialista Gonzalo Enríque Ortega.
Chile demoró 44 años en confirmar su compromiso internacional sobre esta materia. Fue el 30 de septiembre de 2014 que se publicó en el Diario Oficial la “Convención sobre las Medidas que deben Adoptarse para Prohibir e Impedir la Importación, la Exportación y la Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales” de la Unesco, que constituye el principal instrumento jurídico internacional contra el comercio ilegal de bienes patrimoniales.
De acuerdo a la página del Museo Británico, este reconoce la importancia de Hoa Hakananai’a y Moai Hava para la comunidad rapanui actual y están desarrollando una relación a largo plazo con la comunidad Rapa Nui. “A través del Memorando de Entendimiento, planeamos desarrollar proyectos de beneficio mutuo con artistas, académicos y otros miembros de la comunidad en Rapa Nui”, consigna.
“Fue un robo”
En agosto de 2023, el Consejo de Ancianos de Rapa Nui – la máxima autoridad del pueblo indígena– envío una carta al rey Carlos III solicitando el regreso de los moai a la isla. Sin embargo, no ha habido una respuesta favorable.
“Son los dos únicos que se sacaron de la isla cuando no era chilena. Claramente fue un saqueo, un robo. El Consejo de Ancianos tiene una iniciativa para que el moai tenga una itinerancia en el mundo como una suerte de embajadora del pueblo Rapa Nui y de Chile (en Inglaterra). Que el moai siga allá después de ese acuerdo, vendría muy bien. Es una suerte de ingresos permanentes para hacer conversación en los sitios que tenemos”, declaró el alcalde de Isla de Pascua, Pedro Edmund Paoa, en conversación con radio ADN.
“Tenemos casi mil moai a la intemperie. Con la lluvia y el viento se están degradando. Tendríamos que construir un tremendo edificio para refugiarlos”, agregó.
No obstante, el académico Gonzalo Ortega plantea un punto relevante a considerar. “Chile puede tener las condiciones para conservar el Moai, y esto lo puedo decir a título personal, el Museo Británico ve al moai como un objeto musealizado, es decir, un objeto con el podemos aprender, sobre el que se hace investigación. En la cultura Rapa Nui el moai siempre fue concebido como una escultura monumental que está al aire libre, donde la conservación se da a partir de las condiciones que la naturaleza provee. Eso nos dice que no tiene que estar bajo cuatro paredes y un techo. Ahí se genera un choque cultural. ¿Cómo queremos el moai de vuelta, como un objeto musealizado o como un objeto que retorna a su lugar de origen?”, reflexiona.
Al respecto, Culto consultó a la Subsecretaría del Patrimonio Cultural el estado de las conversaciones diplomáticas sobre el tema. “En relación al moai Hoa Hakananai’a, el 22 de enero de 2024, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio recibió una solicitud por parte de la cartera de Bienes Nacionales para incorporar una nueva contraparte institucional referida a la propuesta de acuerdo de 2018 entre el Estado de Chile y el British Museum. Los antecedentes serán analizados en conjunto con el ministerio de Relaciones Exteriores para evaluar futuras acciones en relación a este tema. De acuerdo a registros del Consejo de Monumentos Nacionales, este último es una de las 12 estatuas (moai) y tocados (hau) ubicados fuera del país”, estipula la entidad.
Otros casos en el mundo
Conmoción causó en agosto de 2023 cuando se reveló la renuncia de uno de los funcionarios del Museo Británico. Este había robado más de 2 mil piezas de las colecciones y las estaba comercializando por internet. Este hecho marcó nuevamente la pauta y abrió el debate en torno a la seguridad del museo inglés y al concepto de la descolonización de los museos, que hace referencia a la devolución de bienes culturales a sus lugares de origen.
Sobre el Museo Británico, el tira y afloja con Grecia por los frisos del Partenón se suma a los reclamos de los chilenos por los moai. Estas esculturas fueron traídas desde la isla griega a principios del siglo XIX por Thomas Bruce, más conocido como el conde de Elgin – también se conocen los frisos como los mármoles de Elgin por esa causa.
Melina Mercouri, la primera mujer en ser nombrada ministra de Cultura de Grecia, fue quien en 1983 hizo una petición formal al gobierno británico para que los frisos fueran devueltos a Atenas. Hoy, décadas después, continúa el debate, a pesar de los ofrecimientos de los griegos de brindar al museo inglés préstamos para llenar el vacío que dejarían los frisos si estos son devueltos a la isla.
No obstante, el Museo Británico sí “devolvió” una de sus piezas a otra cultura. Se trata de las joyas de la corona de Ghana– pertenecientes a la corte del rey Asante – que el Imperio Británico saqueó y que este enero retornan a su lugar de origen a través de un préstamo. Debido a la legislación británica, que no permite el retiro de piezas – salvo por las causas señaladas anteriormente– el préstamo la única vía admisible.
En España, el ministro de las Culturas, Ernest Urtasun, hizo una reciente apelación directa al término de descolonizar los museos. Para ello, se identificarán los museos de origen colonial y se devolverán piezas expoliadas de su país de origen, medida que igual ha sido cuestionada por diferentes personalidades de la cultura y la historia del país.
El caso de Francia es más antiguo. Desde 2017, el presidente Emmanuel Macron puso en marcha un plan para restituir el patrimonio de África que se encontraba en museos franceses. Según consiga El País, ya se han concretado devoluciones a Benin y Senegal, “pero son una parte infinitesimal de los 88.000 objetos del África subsahariana en las colecciones públicas francesas”.
Bienes robados en conflictos bélicos, colectados durante ‘misiones científicas’ o que fueron entregados a los museos franceses por agentes de la administración colonial, son parte de lo que debe devolverse, siempre y cuando se compruebe el carácter ilegal o ilegítimo de la adquisición. Mientras tanto, se espera que una próxima ley sobre la restitución regule los procesos.
Un caso “exitoso” podría ser el de Alemania, quienes devolvieron a Namibia una cruz de piedra del siglo XV. Hace poco más de un año, Alemania también retornó a Nigeria los 20 Bronces de Benín. Sin embargo, no terminaron en un museo, sino en manos del actual sucesor del antiguo reino de Benín, el Oba Ewuare II.
China, Egipto, Irak y muchos otros países reclaman objetos patrimoniales a naciones que fueron potencias imperialistas en su momento. Las discusiones siguen y las negociaciones diplomáticas, también.
Conciencia patrimonial
Chile igual tiene en su haber bienes patrimoniales provenientes de otras latitudes. Un ejemplo es la momia egipcia presente en museo Pedro del Río Zañartu (Hualpén, región del Biobío), que si bien no fue robada, fue comprada por el empresario chileno del mismo nombre. “Era muy usual comprar momias. Es un ser humano y está en exhibición eldía de hoy. Ahí surgen otros temas éticos, respecto a la exhibición de cadáveres, pero no podemos negar que son representativos de distintas culturas. Egipto no la ha reclamado, así también hay distintas en el mundo”, profundiza el historiador Gonzalo Enríque Ortega.
Volviendo a Rapa Nui, hay más moai en otras parte del mundo. El Musée du quai Branly Jacques Chirac, en París, Francia; la institución smithsonian en Washington, Estados Unidos; el museo de otago en Dunedin, Nueva Zelanda; el Museo de Historia Natural en Santiago, Chile, y los Musées Royaux d’Art et d’Histoire en Bruselas, Bélgica; cuentan con moai pertenecientes a la comunidad de Isla de Pascua.
Sobre los comentarios chilenos en la cuenta del Museo Británico, el especialista en patrimonio considera que es una manifestación ciudadana. “No tiene organización, pero es un reflejo de la importancia que las comunidades le están dando a los bienes culturales, hay mayor conciencia en lo que es representativo de la cultura y sobre los bienes culturales que fueron robados. Es bueno este debate”.