El contenido surcoreano continúa reafirmando su poderío en Netflix. Así lo demuestra Belleza verdadera, una de las producciones del país asiático que arribó en la plataforma a fines del 2023 y que se niega a abandonar el top 10 de las series más vistas en Chile y otros países del continente.
Pero su éxito no solo se refleja en esta parte del mundo. Para su estreno original en Corea el 2020, la ficción basada en la webtoon de la dibujante Kim Na Young y adaptada a la pantalla chica por Kim Sang-hyub se transformó en uno de los k-dramas más comentados de la TV local.
Con un elenco estelar y en clave de comedia, la serie protagonizada por Moon Ga-young, Cha Eun-woo (uno de los miembros de la banda de k-pop Astro) y Hwang In-yeop no solo atrajo la atención de los espectadores por su dinámico triángulo amoroso. Además de contar con una llamativa trama romántica, su historia también aborda varias problemáticas particularmente contingentes para la sociedad surcoreana, como el acoso escolar, el suicidio y los complejos estándares de belleza que reinan entre su población.
Ese es, justamente, el centro de su argumento: tras ser víctima de bullying por su aspecto físico, Lim Ju-gyeong se traslada de escuela para comenzar una vida nueva y dejar atrás el hostigamiento de sus compañeras. Así es como se adentra en el mundo del maquillaje, el que utiliza para cambiar radicalmente su aspecto físico y, de esta forma, conseguir la aprobación de sus pares. Sin embargo, su pasado y el temor a ser descubierta no dejan de acecharla.
El fantasma del acoso escolar
Las cifras son duras. En los últimos 20 años, el bullying y la violencia dentro de las escuelas en Corea del Sur se ha transformado en un problema que preocupa a las autoridades del país. Según datos recopilados por el medio Asianews, desde el 2013 los casos de acoso escolar han aumentado de 11 mil 749 a 31 mil 130 denuncias en 2019. Y aunque hubo una disminución durante la pandemia, los casos volvieron a alcanzar cifras desconcertantes para el 2021, con al menos 15 mil registros.
El pano que el gobierno surcoreano incluso puso en marcha un proyecto para que las agresiones se tomen en cuenta en el proceso de selección universitaria de los agresores. Una realidad caló fuerte en la industria del entretenimiento, especialmente en las tramas de los k-dramas.
Entre los ejemplos más emblemáticos está The Glory (2023), la serie distribuida por Netflix y protagonizada por la actriz Song Hye Kyo que se consolidó como una de las ficciones coreanas más comentadas de la plataforma. Pero lo más impactante fue el hecho real que la inspiró: la historia de una joven de 15 años que el 2006 sufrió golpes y quemaduras graves por parte de un grupo de compañeras, y que la tuvieron hospitalizada alrededor de seis semanas.
Durante la investigación se confirmó la agresión y se abrió un juicio que incluso alcanzó a las autoridades de la escuela por negligencia. “Mis amigos me agredieron durante casi un mes. Me amenazaron por dinero. Todo lo que hicieron fue torturar”, confesó por entonces la víctima, en una entrevista archivada en el informe de la policía.
Pese a que su guion es solo ficción, el mensaje detrás de la serie también fue algo que ocupó a los protagonistas de Belleza verdadera. “Es un tema muy serio y delicado. Quería interpretar a Joo Kyung porque quería compartir este mensaje con los espectadores”, dijo la actriz Moon Ga Young en una entrevista con la revista Vogue.
Igualmente abordó el tono de la producción: “Soy consciente de las preocupaciones que algunos espectadores han planteado sobre este drama. Puede parecer ofensivo al principio. Cada uno tiene estándares diferentes. Sin embargo, creo que retrata con precisión las preocupaciones de los jóvenes de hoy. Se centra en Joo. El crecimiento de Kyung a medida que conoce diferentes personas y experimenta una transformación interior. Creo que si la gente comienza a pensar un poco diferente sobre la belleza y los estándares después de ver esto, entonces sabré que elegí el proyecto correcto”.
Corea y los cánones de belleza extremos
Con la masificación del k-pop y otras industrias culturales del gigante asiático también creció la preocupación por los estándares físicos que dominan en Surcorea. Ojos grandes, piel blanca y tersa, narices pequeñas, mandíbulas perfiladas y delgadez extrema son algunas de las características a las que aspira una buena parte de la población del país, y que se reflejan con fuerza en el aspecto de las y los idols de la industria musical.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), hasta el 2014, en Corea del Sur sólo se registraba un 4% de población obesa, mientras que quienes presentan sobrepeso no superaban el 30%. Por su parte, el rubro cosmético y el denominado “k-beauty” también se han transformado en uno de los sectores más rentables, con productos y tendencias que igualmente han penetrado en occidente con fuerza durante los últimos años. Sin embargo, se trata de una realidad que esconde muchos contras.
Entre la población surcoreana, la aceptación de estos cánones es extrema y su cumplimiento es considerado prácticamente como una responsabilidad. Tanto así, que el aspecto físico de una persona puede influir incluso en si es contratada o no por una empresa. Justamente por eso, las cirugías plásticas son vistas como algo totalmente cotidiano e incluso deseable.
Las operaciones de párpado para conseguir la amplitud de la mirada son una de las más cotizadas entre los jóvenes, y es bastante común que los padres se las paguen a sus hijos como un regalo por terminar la universidad. Y según una encuesta publicada el 2020 por el instituto de investigación Gallup Corea, un tercio de las mujeres coreanas de entre 10 y 39 años han pasado por el quirófano por una cirugía estética, mientras que el 66% de las encuestadas aseguró que tenía planeada una futura intervención para “mejorar sus posibilidades en el mercado matrimonial”.
El nivel es tal que la cantidad de cirugías realizadas en el país es desbordante: casi 20 intervenciones cada mil habitantes, la cifra más alta del mundo. “En Corea del Sur, la belleza va más allá de la piel. Es un deber”, afirmó la periodista y autora del libro Lecciones de apariencia y cultura en la capital del K-Beauty, Elise Hu, en un reportaje de El Mundo. “Cumplir con un requisito mínimo de apariencia se considera de buena educación. Si te sometes a una cirugía plástica para encajar, no solo te verás bien, sino que también se ve como una cuestión de respeto hacia los demás en tu comunidad”.