Es conocido por ser uno de los fundadores de La Ley y uno de los miembros itinerantes de la banda. Sin embargo, la carrera musical de Rodrigo ‘Coti’ Aboitiz comenzó mucho antes. Actualmente, el músico -siempre inquieto e innovador- vive una etapa de reencuentro con los orígenes de su pasión. Es el piano y la composición de temas en solitario lo que lo reconecta con su yo de 13 años.
“Mi mamá tocaba el piano, me clavé mucho en eso. Aparte mi tía estudió para ser concertista en piano, no lo ejerció, pero estaba esa veta. Me fascinó cuando vi a mi mamá tocando el piano”, recuerda Rodrigo “Coti” Aboitiz en conversación con Culto.
Después de haber creado varios conjuntos, la conformación de La Ley aumentó la visibilidad de Aboitiz en la escena del rock. Con Carlos Fonseca representándolos - el mismo mánager de Los Prisioneros en sus inicios –, surgió el cassette La Ley en 1988, bajo la etiqueta de Fusión. Ya con la llegada de Beto Cuevas, el grupo lanza Desiertos (1989), un conjunto de diez canciones que llamó la atención de la industria y causó gran impacto en la escena.
Rodrigo Aboitiz se retiró de la banda tras una pérdida y, años más tarde, otro fallecimiento lo haría volver. No obstante, se alejó definitivamente de La Ley en 1997, para dedicarse a otros proyectos.
La Ley se desintegraría – luego de varios cambios en su formación – el 2005, para luego reunirse en 2014 en el Festival de Viña del Mar. Hubo dos ausentes ese día: Luciano Rojas (bajista) y Coti Aboitiz. Lo mismo pasó en 2023, cuando Beto Cuevas, Mauricio Clavería y Pedro Frugone se reunieron en Los Ángeles para la segunda edición del Festival Besame Mucho.
Dejando el pasado como integrante de bandas, hoy el tecladista se centra en una carrera en solitario. En septiembre y en octubre del 2023 presentó Encuentro e Inquietud, respectivamente, canciones que integran un proyecto musical que estuvo postergando durante años, al que se suma Reflejo, lanzada el 26 de enero de 2024.
En diálogo con Culto, “Coti” Aboitiz desempolva los recuerdos sobre sus inicios en la música, rememora los grupos musicales que integró y sopesa un posible retorno con La Ley. Además, cuenta los detalles y significados tras sus nuevos temas y comparte reflexiones en torno a la música urbana.
“No creo que las letras ni la armonía musical sean mucho de mi agrado, son bastante precarias y básicas. Existe una especie de responsabilidad en cuanto a los medios y a los artistas de comunicar cosas que nos alimenten intelectual o emocionalmente, es parte de la educación el poder desarrollarse y yo siento que esta música no contribuye mucho a este desarrollo”, comenta.
Proyecto individual
Responde la llamada de Culto desde Villarrica, donde se encuentra de vacaciones. Lo acompañan Verónica Undurraga, su esposa hace dos años, y la gata –ahora de ambos– Violet, que en parte fue responsable de que ambos se conocieran. “Nos conocimos en el sur, a través de una gatita que ella tenía, que se perdió. Y ahí fue la oportunidad para preguntarle donde estaba la gatita. Soy bien tímido”, comenta entre risas.
Y es que sin Verónica, Rodrigo Aboitiz no hubiera sacado a la luz sus canciones. “Mi mujer escuchó las canciones que tenía guardadas y me dijo: ‘Tienes que presentarlas’. Me dio el impulso para decir ‘ya, voy a empezar’, y empecé. Ella me impulsa, es mi musa”.
Así aparecieron Encuentro, Inquietud y Reflejo, sus primeros temas como solista, los que contaron con la colaboración de Basilio Martí en la producción. Como desde siempre ha sido fanático de las bandas de sonoras de las películas, como El exorcista, La naranja mecánica o Evangeline, él se imagina cada una de sus canciones como cuentos.
—¿Por qué alejarse del rock?
No es excluyente del rock, la música no es excluyente de la música. Siempre quise hacer este tipo de música, siempre me imaginé hacer un disco como un libro de cuentos, que cada pieza fuese un cuento, siempre tengo imágenes con la música. Yo también escuché mucho rock progresivo, que tiene una tendencia obviamente de música docta. Ahí hay una especie de mezcla, es distinto, pero yo siento que, por ejemplo, tú puedes escuchar canciones que yo compuse, o cuando participé en otros proyectos, y vas a sentir una similitud con lo que yo estoy haciendo ahora.
Mis tres temas tienen un motivo, una razón de ser. Por ejemplo, Inquietud nace de una secuencia armónica que me da a mí la sensación de estar escapando. Encuentro es como salir de tu casa e ir a buscar algo, encontrarlo y volver. Reflejo es, como dice el título, nuestra imagen en otro lugar, que se presenta de dos formas, pero que en realidad conviven juntas.
De integrar bandas a ser solista
Mientras estaba en el colegio y estudiaba música, surgió la banda de jazz-fusión Ojo de Horus, formada por Juan Ricardo Weiler, Igor Rodríguez, Boris Sazunic y por supuesto, Rodrigo ‘Coti’ Aboitiz. El grupo luego se transformó en el conjunto de tecno-pop, Aparato Raro, que dejó temas como Calibraciones y Ultimátum.
La llegada de Andrés Bobe cambió el panorama. “En una instancia él tocó con nosotros, porque el guitarrista nuestro se había ido. De ahí, nosotros empezamos a crear esta idea de formar un grupo, los dos. Nos empezamos a juntar y empezamos componer – cuenta Coti Aboitiz–. Fue Carlos Fonseca el que nos metió la idea de por qué no cantaba Shía. Ahí se formó el grupo La Ley”.
Los inicios de la nueva banda no fueron fáciles. Se sumaron al proyecto Luciano Rojas, bajista, y el baterista Mauricio Clavería. Pronto vendría el primer problema: Shía, la vocalista, regresó a España y se quedaron sin cantante principal.
Así, tras probar con varios candidatos para vocalista, llegó Beto Cuevas y el éxito del álbum Desiertos.
Pero en esa misma época falleció la madre de Rodrigo Aboitiz. “La verdad es que yo no estaba muy bien, ella era muy fundamental en mi vida y me fui del grupo (...) Volví en el 94, cuando falleció Andrés. Fue un momento de lucha, trágico, de tratar de seguir adelante con mi proyecto de vida”, reflexiona.
Tres años más tarde, el tecladista deja la banda para formar Saiko con Luciano Rojas y Denisse Malebrán. Ambos exintegrantes de La Ley regresaron en 2005, para una presentación en el Festival de Viña del Mar. Sin embargo, nueve años después, ninguno de los dos sería convocado para la reunión en la Quinta Vergara o para el 2023 en Los Ángeles.
—¿Hay posibilidades de un nuevo reencuentro con La Ley?
Hay posibilidades de que toque con Saiko, como con La Ley, como con cualquier otra banda de las que formé. Pero hoy en día estoy muy enfocado en lo mío y es lo que más me interesa por ahora. Siempre existe la posibilidad.
Las bandas que integró Rodrigo Aboitiz surgieron en un complejo escenario político, en la década de los ochenta, en plena dictadura militar. Sus canciones estaban influenciadas por grupos de rock argentinos y un discurso de rebeldía, que muchas veces se impregnaba en sus letras y melodías.
Sobre la música actual y la explosión del género urbano en Chile, Coti Aboitiz reflexiona: “Siempre van a existir tendencias, la música se va moviendo según las tendencias. Creo que Chile tiene un problema, que de repente inundan todo con una tendencia que está sobresaliendo en algún lugar. En Chile tienden a dejar de lado todo el resto lo que está pasando y eso es un gran problema, porque, primero, está lejos de la realidad del contexto mundial y cansan también a la gente con esto.”
Las tres nuevas canciones de Aboitiz pueden escucharse en Spotify, YouTube y Apple Music.