Paul Atreides (Timothée Chalamet), el hijo del duque Leto Atreides (Oscar Isaac), ve morir no sólo a su padre sino que a muchos de sus maestros, amigos y miembros de su linaje. Tras la descarnada traición que sufre la Casa Atreides en Arrakis, sólo sobreviven él y su mamá, Lady Jessica (Rebecca Ferguson). Ambos huyen por el desierto hasta encontrarse con los Fremen, una comunidad que lleva años resistiendo a quienes aterrizan en su planeta para explotar la especia.

“Al comienzo de la primera película Paul está tras las paredes, porque su origen está en la realeza. Creo que su virtud está presente de algún modo, pero no ha sido para nada puesta a prueba. Es literalmente hijo de un duque. Hasta que ocurre una tragedia personal en el transcurso de la historia”, indica Chalamet en una conferencia en la que participa Culto.

El Paul Atreides que surge en el comienzo de Duna: Parte dos sigue siendo un adolescente, aunque uno diferente: más arrojado, más maduro y dispuesto a cumplir un propósito mayor. El actor lo sintetiza en una frase: “Él no puede rechazar su destino”.

Con fecha de estreno para este jueves 29 en cines chilenos (y con preventa de entradas ya abierta), el largometraje continúa la historia que Denis Villeneuve presentó con éxito en 2021, el primer trozo de su ambiciosa adaptación de la célebre novela que Frank Herbert publicó en 1965.

“Cuando estábamos haciendo la primera parte, yo sabía que sería una introducción a nuestro mundo y que esa introducción sería una especie de aperitivo. Dije eso mientras estábamos realizando la prensa y me arrepentí, porque decir que una película de esa escala y presupuesto es sólo un aperitivo… Tenía miedo de la reacción del estudio. Pero era verdad”, explica el cineasta de La llegada (2016).

“Esta película es definitivamente mucho más ambiciosa. Hay mucha más acción, mucha más complejidad”, afirma sobre la cinta que llega a salas la próxima semana. “Es donde Paul finalmente se convierte en hombre. Toma decisiones para vengar a su padre, seguir su destino y tal vez generar caos. Es una tragedia”. Y define: “Para mí la segunda parte es el plato principal”.

Como buen plato principal, tiene una historia de amor poderosa, la que une a Paul Atreides con Chani (Zendaya), una integrante de los Fremen que es más bien reticente a la profecía que se ha extendido entre los suyos, que propone que una figura mesiánica los rescatará del yugo al que están sometidos. “Creo que existe un diálogo interno y constante que ella tiene consigo misma sobre si debe o no permitir la entrada de esta persona (a su vida) y si es o no seguro amar”, plantea la protagonista de Euphoria.

“Realmente agradecí que en esta entrega Denis (Villeneuve) presentara a Chani otorgándole convicciones sólidas y un sentido de sí misma muy fuerte. Eso fue disfrutable como actriz, porque provocó que toda la historia de amor fuera mucho más difícil. Su amor no está establecido. Es algo por lo que ellos tienen que trabajar”, plantea.

Rebecca Ferguson, Dave Bautista, Stellan Skarsgård, Charlotte Rampling y Javier Bardem están entre los nombres que repiten sus papeles del filme de 2021. Pero, ¿qué sería de una gran segunda parte sin rostros nuevos?

Feyd-Rautha, el sobrino más joven del barón Harkonnen (Skarsgård), es encarnado por Austin Butler. Aunque es el mismo personaje que Sting interpretó en la película de 1984, es una criatura mucho más brutal, una máquina de matar que parece provenir del mismo infierno.

El actor se preparó físicamente, trabajó en sus movimientos de lucha y encontró una voz que no es ni la propia ni la que adoptó en Elvis (2022). Cuenta que dedicó tiempo a pensar en la infancia del villano. “La brutalidad en la que creció, en que la violencia era sinónimo de poder. Y tener a alguien como el Barón como tu máxima visión del poder. ¿Qué causa eso?”, se pregunta. “Consistió en encontrar esas pequeñas claves y luego, al llegar al set, simplemente actuar. Y fue muy divertido”.

La inglesa Florence Pugh asume el rol de la princesa Irulan, la hija del Emperador (Christopher Walken). “Creo que es probable que esta sea la primera vez en que interpreto a alguien que es increíblemente calculador”, analiza la actriz. “No estás muy seguro de lo que pasa por su cabeza. Me encantó leer eso en el guión. Nunca estás seguro qué estuvo registrando, qué estuvo escuchando o de qué estuvo tomando notas, hasta la escena final”.

Josh Brolin, quien vuelve a dar vida a Gurney Halleck, resalta las cualidades de Denis Villeneuve como cineasta. “Hay muy pocos directores que continúen desafiándose a sí mismos, en especial con el aumento de su popularidad”, opina. “Es poco frecuente encontrar directores que puedan lograr esta intimidad a la par de esta envergadura. Durante el proceso de hacer Duna no hubo nada que no se sintiera íntimo. Y eso requiere a una persona muy especial, como creo que es Denis”.

De alguna manera, el responsable de Blade Runner 2049 (2017) se las arregla para montar un espectáculo más impresionante y cuidado en los detalles –desde los gusanos hasta la artillería de los Harkonnen–, al tiempo que el relato se aproxima a temas ásperos como el fascismo, el fundamentalismo religioso y la preservación de la especie.

“Espero estar en más grandes películas, pero tendría suerte de estar en una tan buena como esta otra vez”, afirma Timothée Chalamet. Por su parte, Villeneuve la considera su obra mayor. “Francamente, temo decirlo, creo que esta es la película que nací para hacer. Puse absolutamente todo. Cada centímetro, cada segundo de esta película, salió de mí”.

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