Uno que vivió momentos difíciles arriba de la Quinta es el humorista nacional Ricardo Meruane, en las ediciones del 2011 y 2016, en los que fue “devorado” por el Monstruo, aunque dejó un frase inolvidable para la memorabilia pop: “Gracias, gracias, no se molesten” (“Oye, apaga la luz”, compite de cerca).
Por lo mismo, contactado por Culto, nos comenta cómo vio la rutina de Javiera Contador desde afuera. Con mucha amabilidad, indica: “Pensé yo que como la habían pifiado en Coihueco, esa era una muy buena señal, porque si te pifian antes quiere decir que estás a tiempo como para perfeccionar, para pulirte. Pensé que era un buen anticipo, al revés de lo que pensó mucha gente, es lo mismo que le ha pasado a Luis Slimming que lo han pifiado (antes), quiere decir que está puliendo. Pensé que por eso le podría haber ido mejor”.
Para Meruane, un factor crucial fue la entrada con un “Monstruo” en llamas. “Entró con un público adverso. Cuando se supo que Javiera Contador iba con Andrea Bocelli, todos pensamos qué público más ideal, ¡es una taza de leche! Pero nunca se pensó que Bocelli iba a tener casi gaviota de Platino, eso fue descolocante”.
“La rutina en sí la encontré muy vertiginosa, sin remate, no iba para ningún lado. Pero bueno, así es esta cuestión, ¿qué le vamos a hacer? Nunca lo tenis seguro, sobre todo en el humor, además que la gente va a eso también, si el término humor se inventó con los humoristas”.
-¿Qué consejo le daría a Javiera?
Aquí es donde hay que probar la fortaleza, yo sé lo que debe estar pasando. Es horrible. Es un proceso igual a cuando se muere un pariente cercano, va a pasar por las cuatro etapas: la negación, la ira, la conformidad y después la pena. Es un proceso complicado. Se va a cuestionar toda su carrera, va a pensar que a lo mejor no sirve para esto. Es complicadito.