Su debut absoluto en la Quinta Vergara tendrá la cantante brasileña Anitta (30), quien cerrará los fuegos esta noche, la cuarta jornada del Festival de Viña 2024. Horas antes, Larissa de Macedo Machado -su verdadero nombre- atiende a los medios y reconoce a Culto que de niña no conocía mucho el evento de la ciudad jardín, y que solo con el tiempo fue tomando conciencia de la importancia del certamen a nivel latinoamericano.
Respondiendo en un perfecto español, la oriunda de Río de Janeiro dice: “Es complicado que en Brasil estén pendientes de lo que pasa en otros países. Brasil es muy local, se preocupan de lo que pasa ahí y ya. Pero, en el momento que empecé a cantar en español la primera cosa de la que escuché hablar del Festival de Viña del Mar. La primera vez que vine a Chile fue pensando en estar en el Festival, quería mucho hacerlo, era un sueño”.
Por ello, no es de extrañar que piense en hacer una colaboración con alguno de los nombres de la fulgurante escena de la música urbana. “Cada vez que he venido acá, por trabajo o de vacaciones, me hablaron de Paloma (Mami). Así que sería muy bueno colaborar con ella”.
La carioca realiza un estilo que llama “Funk brasileño”, un estilo que de a poco, ha ido ganando adeptos en Chile. “Cuando llegué, me han dicho que está pegando mucho acá el tema de funk, la gente está intentando conocer más del funk brasileño. Estoy feliz (por eso), yo nací en los barrios, las favelas, desde allá que viene el funk brasileño. Es básicamente como si fuera el reggeatón, pero en Brasil no escuchamos reggaetón, escuchamos funk, es la misma historia, el mismo tipo de música, pero el ritmo es diferente. En Brasil la gente escucha solamente en portugués. Mi sueño es traer para los otros países esta cultura del funk, las expectativas son las de enseñar un ritmo nuevo a la gente que le gusta la música”.
Fuera de las fronteras de Brasil, Anitta se ha convertido en una celebridad, y el peso de la fama en algún momento la abrumó, pero comenta que logró volver a su centro gracias a las meditaciones y al yoga, prácticas que -asegura- la hicieron conectarse consigo misma. “Este lado del trabajo es algo muy bueno, me gusta, me siento realizada, pero esto no define quién soy. Antes, yo pensaba que el valor que tenía como persona era el valor que mi carrera tenía, entonces, yo estaba siempre desesperada, para todo surtiera efecto. Hoy en día que mi carrera es increíble, ha sido inigualable, y está perfecto, y si sigo, bien, sino, bien también, porque nosotros no podemos pensar que solo tenemos el valor si nuestro trabajo está bien”.
Anitta también se ha consolidado como una portavoz del empoderamiento femenino. “Es complicado para nosotras las mujeres porque siempre somos comparadas con el éxito de los hombres. Si sale un cantante hombre, no le ponen nada, solo un jeans, una camisa blanca, no hace nada y la gente dice ¡wow, wow, wow! Para las mujeres, hay que ver el pelo, la ropa, el baile, la voz, una cosa de locos, entonces, ¡la lista de exigencias para las mujeres es inmensa!”.
“En la vida es igual, las mujeres tenemos una lista de cosas a las que tenemos que dar check para que seamos buenas mujeres, tener un marido que tenga más plata que tú, ser bonita, flaca, que sea mamá, que trabaje, es como dios mío, los hombres no tienen limitada esta lista. Entonces, lo que me importa es mostrar a las otras mujeres que nuestra lista la creamos nosotras, y que se dejen de estas comparaciones y nos dejen sentir menos mujeres o importantes”.