María Becerra abre la noche final de Viña con hits y emotivo mensaje por los incendios

La última noche del Festival de Viña 2024, la del viernes 1 de marzo, también aparecía cargada a los números de perfil más juvenil. Era el día en que se iba a presentar originalmente el mexicano Peso Pluma, pero su intempestiva bajada, debido a un cuadro de estrés, fue el que obligó a mover el tablero.

Fue así que la estrella argentina María Becerra pasó a ser el número de apertura de la jornada. Una apuesta de la organización en línea con su interés por traer a artistas de perfil juvenil y proyección internacional, tal como lo hicieron con el puertorriqueño Bad Bunny en 2019, o las argentinas Nicki Nicole y Emilia Mernes en 2023.

Con vacíos notorios en la platea, la jornada arrancó a las 21.30 horas con una obertura a cargo del mago Jean Paul Olhaberry. Un número (con la música de Hans Zimmer para la película Interestellar de fondo), en que el mago ejecutó una serie de acciones que incluyeron sorpresivos cambios de lugar, antes de realizar un impactante número de escapismo y rematar con la incorporación de los animadores en el escenario. Luego vino el momento más memorable con un juego de cartas en vivo, con sobre distribuidos entre la Quinta. La sorpresa fue tal que el Monstruo pidió la Gaviota de Plata, la que fue entregada. Incluso se escuchó la petición de Oro, pero no llegó.

Pasadas las 22.00 horas, y tras cumplir el habitual rito del beso, vino la presentación de Maria Becerra. Tal como Nicki Nicole el año pasado, la “Nena de Argentina” se presentó siendo además jurado. Su show fue articulado para la ocasión en base a las canciones más populares en el país como Automático, Mienteme (el hit junto a Tini), Wow Wow, Perreo furioso, entre otras.

En escena, la oriunda de Quilmes desplegó un show con bailarines y banda en vivo, prescindiendo de depender totalmente de pistas. Una jugada cada vez más común (por ejemplo ya lo está haciendo Marcianeke), que aporta contundencia al sonido. Además está presentación es parte de la preparación para sus próximos shows en el Monumental de River, por lo que aprovechó de probar algunos detalles de cara a ese hito en su carrera.

En escena, María Becerra despliega un set que pasa por lo variado de su repertorio como los guiños a la cumbia en temas como Adiós y El amor de mi vida. De allí se devuelve al perreo de Mandamientos, lo que da variedad al show. Un punto a favor es que a diferencia de artistas como Tini no echa mano de forma tan recurrente al playback. Además anima al público y fue de las pocas que hizo referencia a la campaña de donaciones para la reconstrucción, que tras la primera noche se hizo menos visible ante la vorágine propia del Festival.

De hecho, María Becerra se tomó un momento para leer una carta en que se explayó sobre su experiencia visitando los cerros devastados por la tragedia de los incendios, junto al resto del jurado. Fue un hiato emotivo en que la cantante se mostró al borde del llanto y pidió un aplauso para los voluntarios, bomberos y personal médico. Un momento rematado con la balada Desafiando al destino, en que cantó con una chamuscado bandera chilena entre sus manos, seguido de un sonoro ceacheí que vino desde la galería, además de la primera petición de Gaviota.

La trasandina aprovechó el formato televisivo para desarrollar momentos de interacción en que aprovechó su natural simpatía. Leyó algunos carteles del público, bajó a cantar entre el público, a la manera de estrellas como Rosalía antes de cerrar con Corazón Vacío. Ahí vino la entrada de los animadores para realizar la clásica ceremonia de los premios, con las Gaviota de Plata y Oro entregadas por la fanaticada juvenil, tras casi una hora de show, en que también interpretó su último lanzamiento, el sencillo Primer aviso, una colaboración con Ivy Queen.