Sergio Freire logró el mayor rating de los humoristas en lo que va de esta edición del Festival de Viña. Se llevó las dos gaviotas y consiguió su segundo triunfo en Viña del Mar (la primera vez en la Quinta fue en 2018).
Entró seguro, con una puesta en escena que incluyó bailarines en el escenario y una coreografía, de la cual el mismo Freire participó. Este ingreso buscaba capturar rápidamente la atención del público, sin embargo, le causaría un pequeño que más tarde reveló en la conferencia de prensa luego del show.
“Compliqué un poco las cosas al meter una coreografía de baile, cosas que no hago comúnmente en los trabajo que realizo. Eso me puso la mente en que salga bien, en querer bailar bien y en la interacción con los chiquillos”, partió relatando sobre esos primeros minutos en el escenario la de Quinta. “Y se me dieron vuelta pasajes de la rutina”, sinceró.
En esa línea, explicó que no trabaja con sonopronter ni tampoco utiliza ayudamemoria en sus presentaciones. “Se me dieron vuelta partes de la rutina pero sentí que en el fondo ese vértigo también de la otro gustillo a lo que sucede ahí en el escenario y que no se puede actuar de ninguna forma”, contó. El incidente paso desapercibido para el público, pero no para su equipo: “Me puso un poco nervioso las veces que cambié de lugar partes importantes porque mis técnicos quedan como “oh, se le olvidó”.
Para cerrar sobre el traspié. indicó “Todavía vengo asimilando. Tendría que verlo para saber que pasó”. Pese a esta situación, en el escenario Sergio Freire logró hacer reír el público sin problema.