Madonna estaba este lunes 4 de marzo en el Kia Forum, en Inglewood, California, cuando sorprendió a gran parte de su audiencia. Estaba hablando desde su sinceridad más profunda.
En sincronía con esa falta de espectacularidad, desprovista de toda máscara, interpretaba una versión acústica de su éxito Burning Up.
En ese momento, soltó: “Me he caído de muchos caballos y me he roto muchos huesos. Tengo una cadera de titanio. La lista sigue y sigue... Pero nada puede detenerme”. Después ella resumió todo eso al decir que fue una experiencia “cercana a la muerte”.
En junio de 2024, la estadounidense fue ingresada de urgencia en un hospital de Nueva York por una grave infección bacteriana que la dejó en un coma inducido durante cuatro días, por lo que se vio obligada a posponer su gira mundial.
La reina del pop inauguraba ese día los cinco conciertos que ofrece en el Kia Forum de Los Ángeles (California) de su gira The Celebration Tour ―con entradas agotadas desde hace meses―, y entre el público se encontraban los médicos y sanitarios que la ayudaron a superar el trance.
“A todos los que están aquí y que cuidaron de mí y escucharon todas mis interminables quejas y necesidades de predicciones que no pude tener. Son pacientes y amables, y lo siguen siendo. Aún me ayudan a cuidar de todos los que conozco que están enfermos. Muchas gracias a todos, donde quiera que estén”.
La artista, de 65 años, continuó su discurso enviando un agradecimiento a “un hombre muy especial entre el público”: el doctor Agus, quien, aparte de auxiliarla durante sus días de enfermedad, fue un apoyo especial, tanto en lo profesional como en lo humano.
“Ha soportado tantas llamadas telefónicas entretenidas de mi parte. Cuando estuve enferma este verano y literalmente no podía caminar desde mi cama hasta el baño, lo llamaba cada dos días y le preguntaba por qué no tenía energía. ¿Cuándo regresaría mi energía? ¿Cuándo volvería a sentirme yo misma? ¿Cuándo podría volver a salir de gira? ¿Cuándo, cuándo, cuándo, cuándo, cuándo, cuándo, cuándo? Y todo lo que decía era: ‘Sal al sol”.
Madonna, que al parecer nunca ha sido una amante de la luz solar, asegura que le respondió por esa misma vía a su doctor de cabecera: “¿Has visto mi piel?”.
La respuesta del médico fue: “Necesitas vitamina D para que tus riñones sigan funcionando”. “Odio el sol, pero lo hice de todos modos, y fue muy difícil para mí caminar desde mi casa hasta el patio trasero y sentarme al sol. Sé que suena loco, pero fue difícil y no sabía cuándo podría levantarme de nuevo, ser yo misma de nuevo, cuándo recuperaría mi energía”, contó a modo de sentidas palabras de agradecimiento.
Madonna también agregó que la primera palabra que salió por su boca después de despertarse del coma fue “no”. “Estoy bastante segura de que fue Dios diciéndome: ‘¿Quieres venir?’, y claro que no”, bromeó entre las risas del público. A pesar de la gravedad, la reina del pop no se dio por vencida en ningún momento. Tal como contó en su alocución, en los días más difíciles de hospital, su manager Guy Oseary le preguntó si podría volver a subir a los escenarios, pero ella lo tenía muy claro: “Me saqué el oxígeno de la nariz, lo miré y dije: ‘¡En dos malditos meses! Lo juro por Dios’. A veces simplemente tienes que decir una mierda, publicarla en el universo y sucede”.
En sus palabras, también tuvo discurso para sus hijos: “Mis hijos son los que realmente me ayudaron a salir adelante, porque trabajaron muy duro y… no quería decepcionarlos. Así que simplemente fijé una fecha y esa fecha se hizo realidad. Y tampoco quería decepcionar a mis fans”.
Aún le quedan 19 conciertos para que clausure una gira en la que tributa sus 40 años de trayectoria musical. ¿Pasará por Chile? Aún no hay novedades, pese a que han existido tratativas y acercamientos para sondear la opción de que pase por Sudamérica antes que termine 2024.
Pese a ello, finalizó su sermón en California bajo el mismo tono: “Mi vida ha sido obviamente una montaña rusa... artística, emocional, mental y física. Este espectáculo lo hago todas las noches, y no es tan duro para mí físicamente. Es duro para mí emocionalmente porque realmente les estoy contando la historia de mi vida. Tengo el corazón en la manga”.