Julian Slowik (Ralph Fiennes), el chef de la película El menú (2022), es una figura tan reputada y prodigiosa como atormentada y hastiada. Después de toda una vida dedicada a lo mismo, su mayor placer no consiste en preparar los más sofisticados platos de alta cocina, sino que en dictar el comportamiento de sus invitados y, más tarde, castigarlos por su vanidad.
Esas pulsiones autoritarias también están presentes en la canciller Elena Vernha (Kate Winslet), la protagonista de la miniserie El régimen (en HBO y Max). Probablemente su mayor diferencia con Slowik consiste en que pronto asoman sus fracturas: se trata de la líder de un ficticio país de Europa Central que, carcomida por sus miedos e inseguridades, ha terminando aislada en su palacio y sin saber en quién confiar.
Ambos personajes provienen de la mente de Will Tracy, guionista que trabajó en Succession que, confiesa, tiene un especial interés por los roles de perfil tiránico. Eso incluye leer sobre personajes históricos de ese tipo.
“Muchos piensan que cuando la gente se obsesiona con leer sobre regímenes totalitarios o regímenes autoritarios, terribles tragedias o circunstancias políticas en general, la razón por la que lo hacen es para prepararse en caso de que se encuentren en una situación similar. Eso podría ser cierto en algún nivel inconsciente”, plantea.
En su caso, dice, ha pensado mucho sobre las razones detrás de su afición por ese tipo de relatos. “Parte de ello podría ser para prepararme. Y parte de ello podría deberse a que tus propios problemas y ansiedades empiezan a lucir pequeñas y minúsculas cuando lees acerca de lo mal que pueden ponerse las cosas en otras partes del mundo”.
Tracy cuenta que para crear a Elena revisó las historias de líderes de diversos países (menciona a Rumania, Siria, Corea del Norte, Estados Unidos y Rusia), pero que pronto tomó la distancia que le otorga trabajar en el lado de la ficción.
“Una vez que comencé a escribir, hice todo lo que pude para dejar un poco de lado mi investigación, porque en verdad me sentía bastante nervioso con que alguien viera la serie y pensara que estábamos haciendo una versión de otro país. Realmente quería crear y construir un país nuevo, con su propia historia, cultura y economía. Y con sus propios problemas. Entonces, tuve que dejar eso un poco de lado y tratar de crear un país que se sintiera único, y tratar de crear un tipo de líder mundial que tal vez no hayamos visto antes”.
La nación que gobierna Elena tiene altas tasas de desempleo, pero es rico en cobalto, un mineral de elevado interés para Estados Unidos, país que parece poco preocupado ante los límites que transgrede la canciller.
Ya en el primer episodio (son seis) se revela que el foco principal de la ficción es un retrato de personaje, una mujer hipocondríaca e inestable que ha llegado a ocupar una posición de amplio poder y se ha transformado en el proceso. Su paranoia la lleva a desconfiar de su círculo y generar un vínculo con Herbert Zubak (Matthias Schoenaerts), un soldado que llega a su palacio en singulares circunstancias.
El guionista considera que la protagonista fue una “cocreación” entre Kate Winslet y él. “Ella dedicó una enorme cantidad de tiempo a prepararse, investigar y pensar cómo se vería y sonaría el personaje”, sostiene. Y agrega: “Quería algo que se sintiera distinto a cualquier personaje que hubiera interpretado antes, y también quería algo que se sintiera apropiadamente extraño, europeo y ridículo. Pero también necesitaba poder quitarse la máscara que tiene el personaje en esos momentos donde vemos a la Elena real, donde se ve a esta persona rota y muy dañada que ha sido devorada por la fama y por el poder”.
Quizás una de los mayores particularidades de la producción reside en que la historia del personaje se narra a través de la sátira, permitiendo que el absurdo se tome largos momentos de la historia.
“La comedia era inherente al tema y también inherente al personaje”, indica Tracy. “Todos a su alrededor tienen que fingir que el cielo es verde y que lo que ella dice es verdad. Esa para mí es una situación intrínsecamente divertida. Y en realidad sería difícil escribir una serie sobre eso si no fuera absurda u oscuramente divertida de alguna manera”.
El régimen se exhibirá cada domingo en HBO y la plataforma Max, hasta la emisión de su final, el 7 de abril.