La Academia de Cine analiza la presencia chilena en los Oscar: “Son esfuerzos de personas y de equipos, no es un esfuerzo país”
María Elena Wood, presidenta de la institución que desde 2020 se encarga de seleccionar a las representantes locales en diferentes premiaciones, habla sobre la comentada elección del año pasado y la ceremonia de este domingo 10, donde La Memoria Infinita y El Conde aspiran a la estatuilla dorada.
Tras varias nominaciones recientes y los triunfos de Historia de un oso y Una mujer fantástica en las ceremonias realizadas en 2016 y 2018, respectivamente, el cine chileno espera con altas expectativas la gala de los Oscar que se desarrollará a partir de las 20:00 horas de este domingo en Los Angeles, Estados Unidos.
Por primera vez en la historia de los Premios de la Academia, dos películas nacionales compiten en la misma edición por el máximo galardón de Hollywood: La memoria infinita, de Maite Alberdi, postula a la estatuilla dorada a Mejor documental, y El Conde, de Pablo Larraín, está en carrera por el reconocimiento a Mejor fotografía (Edward Lachman).
No sólo los equipos de cada filme siguen con especial atención la antesala al evento en el Dolby Theatre. La Academia de Cine de Chile, institución fundada en 2018 y que agrupa a las diferentes ramas del cine local, también analiza en detalle las claves de esa instancia.
“Son las dos únicas películas latinoamericanas de esta edición, de modo que los ojos del mundo están observando la calidad del cine chileno”, plantea a Culto María Elena Wood, presidenta de la organización.
La productora y documentalista es parte de la entidad desde su origen y ocupa su actual rol desde septiembre pasado, cuando se ratificaron los diferentes cargos del directorio para el período 2023-2025. Apenas unas semanas antes se había completado el proceso de votación más tenso que recuerde el órgano: cuando se eligió a las cintas que representarían al país en los Oscar y en los Goya.
Con 89 preferencias, la elegida como carta para viajar a Estados Unidos a buscar un lugar en los Premios de la Academia fue Los colonos, el western de Felipe Gálvez inspirado en la matanza del pueblo selk’nam. En segunda posición quedó el largometraje de Alberdi sobre la relación de Augusto Góngora y Paulina Urrutia (73) y en tercera ubicación asomó la sátira de Larraín sobre Augusto Pinochet (59).
En tanto, en la carrera por los Goya se impuso La memoria infinita. Una selección que, a la postre, desembocó en la sexta victoria nacional en la distinción a Mejor película iberoamericana y en la primera correspondiente a una mujer. “Con el recorrido que llevaba y con el conocimiento que ya tenía la Academia de España del trabajo de Maite Alberdi, había muchas posibilidades de que ganara. Estratégicamente, la decisión de los académicos resultó muy acertada”, apunta Wood.
El anuncio con los resultados tuvo que adelantarse para el 23 de agosto, algunos días antes de lo que inicialmente había planificado la Academia de Cine de Chile. Se optó por esa salida para no alargar la espera de los involucrados y de las compañías detrás de las principales aspirantes (MTV Documentary Films, Netflix, Mubi). “Cuando tienes tres películas tan potentes, y los 354 académicos deben decidir cuál va a representar a Chile en los Oscar y cuál va a representar a Chile en los Goya, se produce un estrés. Pero se produce por algo muy positivo, que es que un área, la cinematografía chilena, está viva y está siendo relevante en el mundo”, explica la presidenta.
Pese al entusiasmo de los votantes locales, el pasado 21 de diciembre se reveló la exclusión de Los colonos del grupo de 15 títulos preseleccionados en la categoría de Mejor película internacional de los Oscar, un listado mayoritariamente europeo en el que la única cinta latinoamericana era la mexicana Tótem (que finalmente no logró la nominación).
Marcando un irrebatible contraste, el mismo día el nuevo filme de la directora de La once (2014) avanzó en esa etapa en Mejor documental, un galardón en el que no es indispensable contar con el respaldo del país de origen de la producción. Posteriormente, cuando el pasado 23 de enero se confirmó que los trabajos de Alberdi y Larraín lograron sus respectivas candidaturas, prevaleció la alegría, pero también surgieron dudas sobre la idoneidad de la apuesta de los académicos.
“Los integrantes del equipo de La memoria infinita, tanto de Micromundo como Fábula, trabajaron mucho y estaban muy interesados en que la película fuera elegida por los miembros de la Academia”, cuenta Wood, junto con subrayar que “nuestro rol, como miembros del directorio, es permitir que esta votación se desarrolle, que sea una votación democrática y lo más informada posible. Todo eso se dio”.
Aunque los largometrajes chilenos que en esta ocasión van a la conquista de la estatuilla dorada no fueron escogidos por la institución, asegura que “estamos muy contentos de que tanto La memoria infinita como El Conde hayan encontrado caminos alternativos para llegar a estar nominados al Oscar”. Y agrega: “Es aventurado decirlo, pero yo siento que hoy La memoria infinita, en la categoría Mejor documental, tiene más posibilidades de ser elegida que si estuviera compitiendo en la categoría de Mejor película internacional. Pero esa es una opinión personal”.
-El equipo de La memoria infinita ha argumentado que no haber sido seleccionada como la representante chilena impidió que un número mayor de votantes de la Academia de Hollywood la pudiera ver durante la etapa de votación, básicamente aquellos pertenecientes a la rama de Mejor película internacional. Tras obtener la nominación, tuvieron que ir detrás de una masa más grande de personas. ¿Esa observación le parece válida?
Por supuesto. El asunto es que estas no son decisiones a dedo y no son decisiones de gustos personales. Son decisiones que toman los miembros de la Academia de Cine de Chile. Lo que es relevante, y ya estamos trabajando en ello, es que cada vez haya mayor diversidad al interior de la Academia y ampliar ese mundo de votantes. Eso es algo que estamos abordando para este período 2024-2025.
-Francia es el otro país que llega a la 96° edición de los Oscar con una cinta que no era la carta local, porque escogió al drama de época The taste of things en vez de a Anatomía de una caída. ¿De qué manera analizan experiencias como esa?
En el caso de Francia la decisión recae en un comité y existe el riesgo de que se prioricen temas políticos, gustos personales u otras cosas no democráticas. La democracia no es perfecta, pero hasta ahora es el mejor sistema que conocemos. Hemos analizado cómo los distintos países eligen sus películas y la verdad es que estamos contentos de que desarrollamos un proceso democrático, donde los distintos oficios, desde técnicos hasta actores, tienen la oportunidad de emitir su voto. Lo que sí que tenemos que hacer es una campaña para atraer a la Academia al máximo caudal posible de profesionales del cine.
-¿Qué evaluación realiza de la ruta que siguió Los colonos luego de que la Academia de Cine de Chile la eligiera como la candidata a los Oscar?
Hizo una muy buena campaña, un muy buen trabajo. IndieWire, una de las publicaciones más importantes del cine independiente, eligió entre las mejores películas de 2023 a tres chilenas: Los colonos, El Conde y La memoria infinita. Por lo tanto, creo que Los colonos tuvo un muy buen recorrido. El punto es cómo hacemos para lograr que no seamos un país sólo de muy buenas primeras películas y que esos talentos puedan seguir haciendo cine. Estamos frente a una gran oportunidad. Al tener a La memoria infinita y a El Conde entre las nominadas al Oscar, con los ojos del mundo observando la calidad del cine chileno, es momento de que unamos esfuerzos del mundo privado y del mundo público para generar las herramientas, los incentivos y una agenda de trabajo que nos permita llegar a tener una industria de cine. Mi impresión es que, mientras no asumamos ese desafío, vamos a seguir teniendo a talentos brillantes que logran salir al mundo y consiguen apoyos internacionales para hacer sus obras. Pero son esfuerzos de personas y de equipos, no es un esfuerzo país. Ahí es donde creo que hay mucho trabajo por hacer.
-En entrevista con Culto, Juan de Dios Larraín criticó la decisión de la Academia de Cine de Chile. Deslizó que Los colonos no tenía la “musculatura” para lograr la nominación a los Oscar. ¿Cómo se tomaron esa opinión al interior del directorio?
Lo tomamos como una gran oportunidad para poner en conocimiento público qué es la Academia de Cine de Chile, cuál es su rol y cómo se efectúan estas votaciones. A raíz de eso, vamos a organizar foros donde discutiremos sobre, por ejemplo, qué se elige cuando se vota. Cuando Juan de Dios volvió a Chile, nos juntamos a tomarnos un café y a trazar líneas sobre cómo cada uno –él, desde parte de los productores, y nosotros, como Academia– podemos empujar para que se recuperen y/o creen los incentivos y los apoyos necesarios de parte del Estado para fortalecer esta industria que está muy alicaída en este momento, porque hay muchas personas sin trabajo y muchos trabajos precarizados. Es necesario que nos pongamos al nivel de otros países latinoamericanos que nos están superando en el escenario.
“Ojalá Chile se gane un Oscar el próximo domingo 10, pero si no es así, ya solo estar nominados es un tremendo éxito y hay que celebrar y felicitar a los equipos de Fábula y Micromundo, y a los tremendos talentos que nos permiten brillar de esta manera”.
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