“Los adultos mayores son una temática universal”. Eso dijo Maite Alberdi a Culto en una entrevista sobre El agente topo (2020), película que la hizo internacionalmente conocida por la nominación al Oscar como Mejor largometraje documental en 2021.
La memoria infinita (2023) es la última realización de la directora, cinta aclamada por la crítica que está nominada a los Oscar 2024 en la misma categoría. En la ceremonia de entrega de premios, el domingo 10 de marzo, compite con Bobi Wine: The People’s President, Las hijas de Olfa, To kill a tiger y 20 días en Mariupol.
El filme, producido por Fábula Micromundo, retrata la relación entre Paulina Urrutia y Augusto Góngora, quien pacede Alzheimer durante su vejez. El emotivo largometraje documental triunfó en los premios Goya de este año, como Mejor película iberoamericana, galardón que posicionó a Maite Alberdi como la primera chilena en ganar en esa categoría.
“Creo que todos tenemos una relación, directa o indirecta, con un adulto mayor. No hay nadie a quien no le llegue el tema, y creo que por eso logra una conexión con los espectadores, más allá de los territorios”, explicó a la directora y productora chilena en la misma entrevista.
Es que la relación entre la vejez y su cine es estrecha. Desde uno de sus primeros trabajos, llamado La once, Maite Alberdi muestra un terreno pocas veces explorado con tanta sensibilidad. Estrenada en el Festival Internacional de Cine Documental de Ámsterdam en 2014 y producida por Micromundo Producciones, este filme fue nominado a los premios Goya en 2016 y en los premios Platino del Cine Iberoamericano.
Maite Alberdi captura a su abuela y a sus amigas, quienes se reúnen sagradamente desde la época escolar a tomar ‘la once’. Todos los meses, realizan este ritual, donde actualizan sus vidas, comentan la actualidad y evocan el pasado.
“Ella siempre fue muy activa, integrada y feliz incluso hasta días antes de morirse. Me enseñó que se puede envejecer con encanto, humor, intensidad y lucidez, a pesar de que el cuerpo no te acompañe. Eso es lo que me queda de ella y quizás de ahí parte un poco mi admiración a los adultos mayores, a lo que han vivido y entregado a los demás”, dice la Licenciada en Estética de la Universidad Católica de Chile en otra conversación con Culto.
“Heroísmo en lo cotiano”
Las primeras realizaciones de Maite Alberdi fueron el microdocumental Carrete Down y el documental Los Trapecistas. Posteriormente, en 2011, estrena El Salvavidas, que sigue a Mauricio, quien en la playa de El Tabo, hace cumplir las reglas para que los bañistas no se ahoguen. Él cree que el mejor en su oficio es quien nunca se mete al agua.
Así, Alberdi pone el ojo y la cámara en personajes poco explorados. “El talento de los documentalistas es mostrar lo que nadie ve, ser un poco científico, como agrandar con lupa, con microscopio”, dice Rodrigo González, columnista de cine de Culto.
“Creo que es interesante como ella trabaja, con mucha sensibilidad y un acercamiento muy cálido a estos personajes, lo que lo hace finalmente muy universal. Esa es una de las cosas en que destaca y que le ha ayudado a que le esté yendo tan bien en su carrera a nivel internacional. Son temáticas que transcurren en Chile, que tienen mucho de chileno en su esencia, pero que finalmente pueden ser apreciadas por el resto del mundo”, explica Joel Poblete, crítico de cine de Cooperativa.
Los niños (2016), también dirigida por Maite Alberdi, muestra la realidad de un grupo de amigos con Síndrome de Down que, a sus 50 años, deben realizar sus vidas de forma independiente y conseguir que todos dejen de verlos como niños.
“En general, el mundo del cine suele premiar las grandes historias, los desarrollos de los héroes y las heroínas que, frente a todo, se enfrentan al mundo y logran hacer sus cosas. Creo que el cine de Maite es meritorio porque encuentra ese heroísmo en el cotidiano”, apuna Antonella Estévez, periodista y cofundadora y exdirectora del Festival Cine de Mujeres de Chile.
Alberdi y la vejez
Según el Censo de 2017, en Chile hay 2,8 millones de personas mayores de 60 años, cifra que va en aumento. Es más, de acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Chile es uno de los países más envejecidos del mundo y, para 2030, se espera que sea el segundo con mayor población mayor en América del Sur.
“La sensación de soledad aumentó entre 2016 y 2022″, dice la Sexta Encuesta de Calidad de Vida en la Vejez realiza por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Asimismo, el reporte indica que las principales preocupaciones de las personas mayores son tener que depender de otras personas, que fallezca un familiar querido y enfermarse gravemente.
A medida que crece la población mayor, también crecen los prejuicios en torno a este grupo etario. Carola Salazar Norambuena es antropóloga y académica de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, y tiene un doctorado enfocado en gerontología. “En Chile se usa mucho el concepto de abuelito, el problema es que no todos lo son, no es la única función que cumplen. También está la imagen de persona frágil que necesita ayuda o la relacionada con la demencia”, explica a Culto.
Antes de Los niños, de El agente topo y de La memoria infinita, Maite Alberdi hizo Las peluqueras en 2007. En este cortometraje, donde compartió la dirección con Israel Pimentel Bustamante, vemos a Ana Luisa y Tato, dos mujeres mayores quienes desde más de tres décadas, se levantan para abrir la peluquería del barrio, donde cortar y peinar es su única motivación.
Además, en 2016, Yo no soy de aquí viene a mostrar la soledad de Josebe, de 88 años. En este cortometraje dirigido por Alberdi y Giedrė Žickytė, vemos a una mujer mayor que quiere compartir sus recuerdos, pero que se encuentra con la indiferencia de sus compañeros de residencia.
Alejandra Pinto, crítica de El Agente Cine, reflexiona: “Las personas mayores no suelen ser protagonistas en las películas, pero en el caso de Alberdi, hemos conocido historias de vida con las que podemos empatizar de alguna forma”.
El agente topo
Tras el estreno de El agente topo, el nombre de Maite Alberdi saltó a la fama más allá de los entendidos del mundo del cine. El largometraje documental cuenta la historia de Sergio Chamy, un hombre de 83 años, quien es contratado por un detective privado para infiltrarse en una residencia de ancianos, donde debe averiguar si existe maltrato contra una de sus compañeras.
La nominación al Oscar por Mejor Largometraje documental en 2021 y su estreno en Netflix hizo que la historia de ‘Don Sergio’ fuera conocida por todo el país y también por todo el mundo. Historia donde nuevamente se aborda la vejez, la soledad, el abandono, pero también la independencia de una persona mayor y los deseos de reinventarse.
“Es lo que me gusta de Sergio también. Es un modelo de vitalidad y ojalá yo pudiera ser así a esa edad. O como mi abuela. Lamentablemente, la vejez siempre se presenta desde un lugar lastimoso, aunque es la realidad. Hay que visibilizar la vulnerabilidad de la tercera edad, pero también construir un imaginario de vejez donde se pueda gozar”, dijo la directora chilena a Culto en 2020, sobre El agente topo.
Una de las aristas que valora la doctora Salazar es la representación de varias situaciones en la residencia. “Hay mucho prejuicio en Chile sobre estos centros, porque se cree que la gente va a botar en ellas a su familia y eso es muy mal visto. Existe mucho desconocimiento sobre estas residencias y por eso me gusta este documental, porque muestra las relaciones que se crean entre residentes”.
Y es que Sergio Chamy entabla varias relaciones en el centro de larga estadía. Berta, Zoila y Marta (las dos últimas protagonistas de Las fugitivas, 2021, cortometraje de Alberdi) son algunas de las amigas que hace este agente encubierto. “Maite Alberdi también lo hace en La once, retratar amistades durante la vejez, que no se ve tan representado en otros espacios”, comenta Carola Salazar.
“Una película como El agente topo tiene un ámbito cinematográfico que es extraordinario, que es el juego con el cine negro y con el cine de detectives y que termina siendo una película de denuncia respecto a las condiciones de la tercera edad”, comenta la miembro de la Academia de Cine de Chile, Antonella Estévez. Además, agrega que tanto en La once como en la cinta protagonizada por Chamy, se aprecia una vejez cuidada.
La vejez y el Alzheimer
El último largometraje documental de Maite Alberdi, La memoria infinita, ha cautivado los corazones del público y de la crítica. La historia de amor entre la actriz Paulina Urrutia y el periodista Augusto Góngora es remecida por el Alzheimer que vive este último, experiencia que la cineasta registra con sensibilidad desde la intimidad del hogar de ambos.
Paulina Urrutia tiene 55 años y cuidó a su esposo hasta sus últimos días. Augusto Góngora atravesaba el Alzheimer desde los 62 años y vivió con la enfermedad hasta el 19 de mayo de 2023, fecha de su fallecimiento.
“El tema del Alzheimer o de la pérdida de la memoria, sí se ha explorado, tengo la impresión, en películas de ficción. Es una de las primeras veces que se enfrenta de manera tan real y que pone esto en primera persona”, explica Paula Frederick, columnista de cine.
La vejez, un tema universal
Seis de las nueve producciones dirigidas por Maite Alberdi tienen a personas mayores como protagonistas. De diferentes edades, con distintas cualidades e historias que van desde lo policial a lo estético, todos los personajes de las cintas de la realizadora chilena exploran realidades únicas, cotidianas, pero invisibilizadas.
“Atiende las preocupaciones y carencias que tienen personas que están en el umbral, totalmente fuera de los focos que le interesan a la gente. Todo el mundo se olvida de la tercera edad y de los niños, nuestra vida pasa por lo que hacen los jóvenes y los adultos. Muestra una realidad de quienes no tienen una voz y eso, en términos dramáticos, es novedoso y le sirve, porque muestra una realidad que no se conoce mucho. Por eso también gana premios y, además, como es talentosa, lo hace bien”, reflexiona Rodrigo González en conversación con Culto.
Isabel Plant, co-creadora, editora y redactora de la plataforma Mujeres Bacanas, no ve una relación directa entre la vejez y la creación de Maite Alberdi, o que este tema en específico la haya conducido a dos nominaciones a los premios de la Academia. “Creo que los Oscar premian, aparte de excelencia, la universalidad en contar historias. Que una película resuene en distintos idiomas y en distintas latitudes es lo que le da más posibilidades de una nominación, y los temas que habla ella son universales, como la vejez, el olvido, la independencia, etc., pero sobre todo la manera de contarlo encaja muy bien con los votantes de la academia”.
“Lo que debe llamar la atención del cine de Maite Alberdi es que son temas que suceden en todo el mundo. Hay una universalidad y muy buen cine, una sensibilidad, y claro, uno puede pensar que la vejez es un tema que es universal. A todos y todas nos va a tocar”, reflexiona Antonia Estévez.
Así, la vejez es un tópico explorado en el cine de la directora, pero no el único. En su filmografía se hallan desde cortometrajes hasta largometrajes documentales, cuyos protagonistas, como dijo Estévez, son los héroes y las heroínas de lo cotidiano.