El caos de Limp Bizkit o cuando encarnaron el desenfreno total de Woodstock 99
La banda se presentó hace 25 años en Nueva York, en el festival tristemente célebre por sus imágenes de desborde y descontrol. Ahora, llegan al Lollapalooza Chile 2024 encabezando la cartelera de artistas, este viernes 15 en uno de los escenarios centrales. Esta es su historia más ruda.
Limp Bizkit es uno de los headliners en el Lollapalooza 2024, evento que se realizará los días 15, 16 y 17 de marzo en el Parque Cerrillos. Acompañando a Feid, encabezan las presentaciones del primer día, este viernes 15 (19.45 horas en el escenario Banco de Chile).
La banda de metal y rap tiene en su formación actual a Fred Durst en la voz y guitarra, Sam Rivers en bajo y coros, John Otto en la batería, Wes Borland en guitarra y coros y DJ Lethal en la tornamesa.
El primer álbum del grupo data desde 1997, llamado Three Dollar Bill, Yall$, posteriormente lanzaron Significant Other, Chocolate Starfish and the Hot Dog Flavored Water, New Old Songs, Results may vary, The unquestionable truth, Gold Cobra, Rock Im Park y Still Sucks, este último en 2021.
En 1999, a menos de seis meses del lanzamiento del segundo disco, la banda se presentó en Woodstock 99, festival de tres días en Roma, Nueva York, con un show que terminó con 44 personas arrestadas y 1200 atendidas en los centros médicos del lugar. Fue quizás el gran símbolo del caos y la barbarie que significó hasta hoy ese evento.
El evento se dio luego de una entrañable experiencia en 1994, que también intentaba traer de vuelta a la cita de 1969, del Woodstock original, en el que se predicaba la paz, las flores y el amor por la humanidad.
Limp Bizkit y el caos
El grupo, de entonces cinco años de antigüedad, subió al escenario durante la segunda jornada, el 24 de julio, posterior a Alanis Morissette y Dave Matthews Band. Para los shows de cierre estaban Metallica y Rage Against the Machine.
La prensa del momento calificó la instancia como “un día fatal para la música”, y los eventos más catastróficos ocurrieron durante la presentación de los intérpretes de Break Stuff.
Mientras los artistas repasaban su movido repertorio, los miles de asistentes en el público comenzaron una situación aparentemente incontrolable. Hubo golpes, casos de abuso sexual en los que obligaban a las mujeres a mostrar sus pechos y también se presentaron varias denuncias por violación.
En una posterior entrevista, el vocalista comentó: “No vi a nadie lastimarse. Tú no ves eso. Cuando estás mirando a un mar de gente y el escenario está a 20 pies en el aire y estás actuando, y estás sintiendo tu música”.
Los desmanes aumentaron cuando los espectadores comenzaron a romper parte de la infraestructura de las torres de control, utilizando las tablas de madera para “surfear” por sobre la multitud. Esto resultó con decenas de personas heridas.
Se presumía que entre el público había personas fallecidas a causas de las lesiones y la violencia generalizada, pero según los reportes posteriores, no se registró ninguna víctima fatal.
De la situación se han creado posteriormente varios proyectos, entre ellos, una miniserie de Netflix llamada Fiasco total: Woodstock 99 y un episodio de Music Box denominado Woodstock 99: Paz, amor y furia, disponible en Max.
Woodstock 99 y el último día
A pesar de que durante la presentación de Limp Bizkit la producción subió al escenario para pedir a los asistentes que se calmaran, amenazando incluso con que las bandas de cierre no se iban a presentar si la situación no se controlaba, el show continuó.
Al día siguiente, en la última jornada, se presentó Red Hot Chili Peppers, en la multitud se encontraban partidarios de la organización antiviolencia armamentista que pasó a llamarse Centro para prevenir la violencia joven; el grupo repartió velas para que el público levantara durante la interpretación de Under the Bridge, en señal de paz. Sin embargo, masivamente se empezaron a utilizar para quemar distintos objetos: basura, botellas e incluso parte de los equipamientos del festival.
Debido a esto último, la banda fue avisada de un problema técnico a propósito del incendio en una de las torres de control, que el día anterior también habían sido destrozadas.
El conjunto interpretaba Fire, de Jimi Hendrix, cuando precisamente el fuego empezó a azotar el lugar. Humo y llamaradas por todos los rincones. La postal final de un hito para el olvido.
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