Después de la tremenda presentación de Arcade Fire en la segunda jornada de Lollapalooza Chile 2024, una buena parte de la fanaticada criolla quedó con ganas de más. No era de extrañarse, pues el show de los canadienses se alzó como una de las mejores presentaciones de esta edición.
Sin embargo, el domingo 17 hubo una pequeña revancha. A menos de un día desde su arribo al Banco de Chile Stage, uno de los escenarios principales del Parque Bicentenario de Cerrillos, Win Butler, vocalista del grupo, agendó una cita mucho más íntima en el Cenco Malls Lounge, el espacio VIP del festival.
Pero no como Arcade Fire, sino que representando a otro de sus proyectos artísticos. Hace varios años que el músico viene desarrollando una carrera paralela como disc-jockey bajo el pseudónimo de DJ Windows98, misma faceta con la que subió una pequeña terraza para compartir un set con algunos de sus fanáticos chilenos.
La primera reacción fue la sorpresa. Cuando arrancó su mezcla con El rey y yo de Los Ángeles Negros fueron pocos los asistentes que reaccionaron ante su presencia. Detrás de la pequeña tarima lo acompañaban el chileno Cosmo Gonik y la esposa del canadiense, la multiintrumentista y cofundadora de la banda Régine Chassagne.
Esta última fue clave para la convocatoria. A diferencia de Butler, de actitud más tímida, Chassagne se robó todas las miradas gracias a su carisma. Especialmente cuando, ante la reacción atónita de los presentes, bajó del pequeño escenario para mimetizarse entre el público y bailar al ritmo de unas maracas.
Su encanto transformó la velada en una verdadera performance, que reunió estilos variados y que recorrió desde ritmos tribales hasta clásicos del cancionero anglosajón y latinoamericano.
Así pasaron canciones como la fiestera Kulikitaka ti, que hace unos años tomó notoriedad en Chile, y otros tracks tan esenciales como Rock the Casbah de The Clash. Todo, acompañado por las danzas, coros y acompañamientos rítmicos de Chassagne, que mantuvo su energía a tope hasta el final.
También hubo espacio para citar algunas canciones del repertorio de Arcade Fire. La euforia del público, que para entonces sobrepasaba el centenar de personas, despertó cuando Butler interpretó Everything now, uno de sus himnos más relevantes.
Otro de los momentos altos fue la aparición de Javiera Parra, que sorprendió acompañando a la banda durante sus presentaciones en el Lollapalooza de Argentina y Chile con un sentido cover de Gracias a la vida. Ahora, la artista nacional aportó con su voz a una versión más electrónica de Arauco tiene una pena, otra de las composiciones emblemáticas de Violeta Parra.
Como un signo de la cercanía que han construido en torno a su colaboración en el festival, la chilena también terminó bailando entre el público, animada por la energía de Chassagne que en un minuto se volvió demasiado explosiva para los guardias de seguridad que intentaban no separarse de ella.
El cierre fue un pequeño recorrido por los sonidos del carnaval de Brasil, terminando con el clásico de la MPB Águas de Março. Otra experiencia que unirá a los canadienses con Chile, y que seguro será inolvidable para quienes estuvieron presentes.