Javiera Parra cuenta que hace cerca de un mes estaba de días libres en Tongoy cuando se abrió su WhatsApp. “Lo miré y dije: ‘whaaat?’ Me escribió directamente”, narra a Culto la cantautora nacional.
Al otro lado del chat estaba Win Butler, líder, voz y rostro de los canadienses Arcade Fire, una de las bandas más inquietas e inventivas de las últimas dos décadas en la escena global. El propósito del diálogo era claro: el músico quería que su agrupación incluyera Gracias a la vida, de Violeta Parra, para sus siguientes fechas en Sudamérica, como una manera de reverenciar una de las mayores canciones del patrimonio hispanohablante. Para ello, precisamente le habían sugerido contactar a Parra, nieta de la fallecida artista chilena.
Semanas después, las gestiones arrojaron sus frutos. El pasado viernes 15, la voz de Javiera & Los Imposibles se subió junto a Arcade Fire al tramo final de su presentación en el festival Lollapalooza de Buenos Aires, donde precisamente interpretaron Gracias a la vida y, además, Wake up, himno de la agrupación que representa una suerte de minuto culmine de sus conciertos. La chilena también aportó a la performance con su charango, dándole un decorado más sureño a la verdadera fortaleza instrumental que los norteamericanos levantan en escena.
La escena se repitió este sábado 16 en el cierre del paso de Arcade Fire por Lollapalooza Chile. La aparición de la chilena colaborando en ambas composiciones marcó uno de los momentos más altos del espectáculo en Cerrillos.
“Ha sido espectacular, increíble, demasiado lindo. Los ensayos fueron muy intensos, porque ellos son muy exigentes en términos artísticos, tienen la vara muy alta, acercarse a una canción como Gracias a la vida requiere de mucha comprensión y profundidad”, define Parra.
El amigo
El puente entre ambos lo trazó Francisco Pizarro, el artista chileno conocido como Cosmo Gonik, quien reside en París y ha desarrollado una carrera como actor, músico, bailarín, mago y DJ. Fue en parte en esa última función que flechó a los miembros de Arcade Fire: lo vieron en una fiesta y quedaron fascinados con la música que mezclaba y cómo era capaz de animar la juerga. De esa manera, lo sumaron a sus giras para que se encargara de disparar música en el contexto de sus shows, en la previa, en el backstage, en la preparación en camarines, en las celebraciones posteriores.
Cuando a los canadienses se les prendió la idea de interpretar Gracias a la vida en sus escalas en el sur del mundo, le preguntaron a Cosmo por alguna figura de estos lares. El chileno de inmediato sugirió el nombre de Parra, a quien también conoce desde hace años. Ahí fue cuando Butler la mensajeó para materializar el vínculo.
“Él conocía la música de la Violeta, hubo fans chilenos que en algún momento le regalaron el disco Las últimas composiciones. Él me mostró una carta de una chilena que precisamente le había regalado este álbum y que le explicaba quién era Violeta. Era una reseña increíble que le envió de su vida, de su mundo en el campo, de sus hermanos todos artistas, de todo lo que ella fue. Así que, cuando me comentó todo eso y cómo estaba enterado de la vida de Violeta, ya le dije ‘tenemos que echarle para adelante no más’”, recuerda Parra.
Luego sigue: “Después empezamos a enviarnos tonos, surgió la idea del charango, ellos ensayaron antes del viaje, se acercaron al tema. Y en Buenos Aires, hace un par de días empezamos a ensayar en el hotel, básicamente con Win y Régine (Chassagne, cantante de Arcade Fire)”.
La voz de Te amo tanto acota que el montaje definitivo de la colaboración la hicieron el pasado jueves 14, en el ensayo general. “Han sido súper dulces y generosos conmigo, porque también me invitaron a tocar Wake up, mientras yo les enseñé las segundas voces de Gracias a la vida, la pronunciación en español y todo ese trabajo. Ha sido un gran intercambio. Gracias a la vida es una canción bastante impenetrable desde muchos puntos de vida, no es tan común, yo les explicaba que es una tonada, que está basada en un mantra mapuche y que justo apareció antes del final, del adiós de Violeta. La cantamos en el backstage antes de salir en Argentina, como algo bien místico. Ha sido una sinergia bellísima”.
Mientras Parra recalca que los norteamericanos conocían la composición -”Régine se sabía la letra fonéticamente a la perfección”, precisa-, ella a cambio también se declara una fan de Arcade Fire.
“Cuando los vi en Lollapalooza Chile hace un tiempo quedé con la cabeza abierta. Esa libertad musical en el escenario de intercambiar instrumentos, de desprenderse del ego, de hacer que el proyecto crezca en todas las direcciones. Lo que muestran ahí es un espacio creativo total. Así que yo les dije que un poco hicieran lo que estimaran con la canción, porque lo que logramos fue una versión muy rockera. Que no por estar con un miembro de la familia de Violeta se reprimieran. Que la llevaran a su estilo. Ellos se sensibilizaron y se sintieron muy tocados con todo esto. Creo que el resultado que pudo ver el público fue igual”, concluye.