Con dos fechas, estos 20 y 21 de marzo en el Movistar Arena, la banda Placebo se presentará por quinta vez en Chile, tras sus visitas de 2005, 2007, 2010 y 2014. Esto en el tramo sudamericano de la gira de presentación de su última placa, Never let me go. Tras su paso por Europa, el conjunto ya firmó dos shows en esta parte del mundo. El pasado 14 de marzo en el Luna Park, de Buenos Aires, y el 17 en el Espaço Unimed, de São Paulo, Brasil.
“Tenemos una larga relación con Chile. La primera vez vinimos fue veinte años atrás y nos tardamos mucho en volver, fuimos recibidos muy cálidamente. Cuando fuimos por primera vez, se nos voló la cabeza, porque solíamos estar frente a públicos pequeños y tuvimos una maravillosa recepción al tocar en una hermosa locación, en Estación Mapocho”, recordó el bajista Stefan Olsdal (49), en una conversación con Culto.
En ambos lugares, el setlist -de 22 canciones- estuvo cargado a su nuevo álbum, Never let me go, con 10 temas, además de 3 de su anterior disco, Loud Like Love (2013). Es decir, hay poco ejercicio de retromanía. Placebo más bien se orienta a presentarse como un grupo vigente y al que no le interesa vivir de sus hits pasados. De hecho, del disco Without You I’m Nothing (1998) no tocaron ninguna canción; aunque de Black Market Music (2000) tocaron dos de sus singles: Slave to the Wage y Taste In Men. Y del Sleeping with Ghosts (2003) solo incluyeron The Bitter End. Quizás el único hit mayúsculo que sonó.
En general, los shows tuvieron reseñas positivas, aunque reparan en el pedido del grupo de prohibir los celulares y los registros de los fans. “Antes de ingresar ase templo del rock, se percibía en la calle cierto aire rancio, amén de la humedad que flotaba en el ambiente. La inquietud se confirmó con un par de arrebatos tan insólitos como inexplicables de la policía de la Ciudad y, una vez adentro, por el pedido de que en ningún momento sacaran sus teléfonos para filmar el recital”, señaló la crónica del Página 12.
“La intención era ‘conectar con los fans’ para ‘generar un clima de comunión y trascendencia’, como bien advirtió un aviso congelado en las pantallas. Pero al principio sucedió todo lo contrario: unos pocos se resistieron a la propuesta. Esto provocó un clima de tensión que no pasó inadvertido para Placebo, aunque jugó a favor del recital. Sobre todo por la necesidad de drenar la nebulosa que pende sobre esta urbe desde hace ya varios meses, a razón de la situación política, social y económica”, agregó.
Estación K2, de Argentina, señaló lo mismo: “El concierto estuvo marcado por momentos de tensión y emoción. La banda instó a los asistentes a no utilizar sus teléfonos durante el espectáculo, buscando crear una experiencia de comunión y trascendencia con los fans. A pesar de algunos incidentes y resistencias iniciales, el ambiente se volvió cada vez más intenso y emotivo a medida que Placebo recorría su extenso repertorio”.
En Brasil también se refirieron al tema. Así lo hizo el sitio 89 A Radio Rock. “El público presente en el Espacio Unimed se vio impactado por una petición especial. La banda pidió a los fans que no filmaran ni fotografiaran la actuación con sus teléfonos móviles. El dúo de Brian Molko y Stefan Olsdal sostienen que ver un programa de Placebo es un asunto serio. No les importan las fotos o videos mientras actúan porque interfieren con la actuación. El mensaje se ha transmitido en la pantalla grande en las salas de conciertos desde marzo de 2022, cuando realizaron el show de lanzamiento de su álbum Never Let Me Go en París”.
De todos modos, las reseñas apuntan al buen sonido de directo del grupo. Infobae indicó: “En lo estrictamente técnico de la velada en el Luna Park, la banda sonó ajustada, con una voz muy bien conservada de Molko y calibrada con el nivel de sonido, aunque por momentos el cruce de guitarras dejaba en un segundo (y hasta tercer) plano la percusión y los teclados, respectivamente. Notable como Molko agradecía con un tímido ‘thank you’, moviendo la cabeza, los cambios de la docena de violas que le proveía su roadie”.
El mismo medio también recalca la falta de los viejos clásicos del conjunto. “De aquellas palabras de Molko sobre su última obra (’surgió de la deconstrucción del proceso tradicional de composición’) revela una forma de reinvención (refundación) del ensamble londinense. Sí, porque si hay algo que Placebo detesta es repetir viejas fórmulas, por eso cada gira que realizan es para tirar sobre la parrilla su último lanzamiento a la fecha. Nostalgia cero”.
Lo mismo refirió el sitio Uol.br, de Brasil. “Quienes acudieron al espectáculo esperando los clásicos Nancy Boy (1996), Pure Morning (1998) o Every You Every Me (1998) se sintieron frustrados. En esta gira, sólo una canción es anterior a los años 2000, Bionic, del primer álbum, que trata sobre sexo robótico o sexo con consoladores (hay controversias). Esto se debe a que para Molko se volvió asfixiante tener que reiterar canciones escritas cuando tenía 20 años. A falta de grandes éxitos, el punto culminante fue The Bitter End, del disco Slepping With Ghosts (2003). Todas las generaciones cantaron juntas y aplaudieron mucho”. Es decir, en Santiago no pasarán ni Special K, ni Pure Morning, ni You Don’t Care About Us, ni Every You, Every Me, ni Special needs. Milei diría que las caladas, ¡fuera!
Lo que sí se destaca el cierre, con Running Up That Hill, original de Kate Bush y puesta de moda tras su aparición en la serie Stranger Things. En rigor, el grupo aprovechó de desempolvar su versión, puesto que la incluyeron en su álbum de covers de 2003. “La famosa versión es muy emotiva. La voz de Molko es perfecta para ella. Los arreglos son delicados y poderosos al mismo tiempo”, señaló Uol.
Para el show de este miércoles 20, los tickets se encuentran agotados. En tanto, para el de mañana jueves 21 todavía se encuentran entradas disponibles en todas las localidades, menos en Tribuna, que ya se vendió. Se pueden adquirir a través de Punto Ticket.