Con pisos e impermeables, los primeros fanáticos de Los Bunkers se acomodaron en la primera fila del escenario Entel en el Parque Bicentenario. Eran cerca de las once de mañana y las nubes se imponían sobre la estructura que acogería a los penquistas. Casi diez horas después, a las 20:40 horas, Los Bunkers se subieron al escenario a enfrentar a un público desbordante. En las calles aledañas, tras el escenario y, por supuesto, enfrente de los dos stage principales, la gente se aglomeraba para ver lo más cerca posible a la banda.
Alrededor de 150 mil personas respondieron al llamado de Ven aquí. Un público variado en cuanto a edades y estilos, rugió cuando aparecieron los cuatro integrantes estables de Los Bunkers, Álvaro López, Gonzalo López, Mauricio Durán y Francisco Durán. Tras la batería rosada se situó Cancamusa, en reemplazo de Mauricio Basualto.
Miño abrió el esperado concierto, tema que fue coreado al igual las canciones posteriores, como Miéntele, Ahora que no estás y dos de sus versiones de temas del cubano Silvio Rodríguez, Quién fuera y Pequeña Serenata Diurna. Le siguió un homenaje a Violeta Parra, con la interpretación de La exiliada del sur.
Diversos momentos marcaron la presentación. Desde el público, una guitarra azul fue subida al escenario para ser firmada por los miembros de la banda. En medio de los aplausos y gritos, cada uno de los artistas dejó su marca en el instrumento. Después interpretaron Bajo los árboles, canción propia de su último álbum, Noviembre (2023).
Mauricio Durán se tomó un tiempo para la contingencia local. Se refirió a un tema que le interesa a nivel personal, debido a su historia familiar con Talcahuano: el aviso de suspensión de funciones de la compañía siderúrgica Huachipato. “Esperamos que esto se pueda solucionar. Pedimos a todas las personas que tienen incidencia en las decisiones, para que tomen las decisiones que sean mejor para la mayor cantidad de gente posible”, dijo el guitarrista.
No me hables de sufrir, Nada nuevo bajo el sol y Bailando solo fueron las canciones infaltables que las miles de personas bailaron y cantaron a todo pulmón. También hubo espacio para el tema inspirado en Illapu, Calles de Talcahuano, y para gritar el nombre de varias comunas de la región del Biobío. Los pasos de baile de Álvaro López inspiraron alaridos de fervor por parte de fanáticos, quienes se agolpaban para estar más cerca de los artistas.
Ven aquí, Canción para mañana y Llueve sobre la ciudad cerraron el espectáculo, que se extendió más de 20 minutos de lo programado, aunque pareció ser insuficiente para un público sediento de sus canciones. Una bola de disco, iluminación extravagante, más el ánimo exacerbado del público– que se extendía hasta el Teatro Biobío– hicieron que el cierre de la primera noche del REC se situara en lo alto.
Según informó la producción del REC, el mayor peak de público el sábado fue con la llegada de Los Bunkers, alcanzando los 150 mil asistentes aproximadamente. Así, esta jornada se registra como récord en afluencia de personas en la historia del Festival REC. A pesar de la excelente presentación de la banda, la organización del evento recibió críticas por la falta de preparación para tal magnitud de público. Es más, durante el concierto, los músicos detuvieron en tres oportunidades su show ante personas desmayadas o que requerían asistencia. Las gestiones y coordinaciones del Festival REC quedaron cortas ante el desbordante gentío que trajeron Los Bunkers.
Inicio lento pero seguro
Sea por la lluvia o por la oferta del lineup, los primeros shows del REC contaron con poca presencia de público. El Teatro Biobío recibió en la sala principal Respect. Mujeres en concierto, una puesta en escena que tributa a cantantes claves en la historia de la música, como Aretha Franklin, Tina Turner, Nina Simone, Whitney Houston, entre otras. Debido al tono musical del show, este se alineó con la propuesta del REC y trajo a Francisca Walker, Elvira López, Montserrat Ballarín, Francisca Díaz y Vivianne Dietz (la directora).
Un show para todo público, de comprensión fácil y entretenido para partir con el Festival REC dentro del Teatro Biobío, lugar que despliega todas sus capacidades técnicas para elevar a la excelencia cualquier puesta en escena, aunque esta tenga falencias. Respect. Mujeres en concierto cumple, pero no sorprende más allá de su adelanto.
En el escenario Vans, al costado del Teatro Biobío, la RedBull Batalla comenzó con 45 minutos de retraso, lo que afectó los shows de toda la jornada en dicha locación. La llegada del público fue lenta y la espera respetuosa. En la tarima se encontraron Esezeta, Nano, Bigtamina y Deafc, quienes aludieron a Los Bunkers, a ‘tropiconce’ y la presencia del freestyle en el REC. El ambiente se armó rápido. Manos arriba, cervezas en mano y mucho flow.
A las 14.00 horas inició Mondongo– inaugurando el escenario Entel– banda infantil penquista que hizo bailar a grandes y chicos, a pesar del barro. El público se seguía aglomerando frente al escenario en medio de la llovizna, pero sin formar una masa considerable.
Al lado, en el escenario Escudo, tímidamente llegaban los primeros fanáticos de Javiera Electra, cantante radicada en Concepción que promete romper para construir. Dos minutos antes de la programación, apareció con un vestido blanco y una copa de vino en la mano. Conquistó a quienes vinieron a verla y atrajo con su profunda voz a los curiosos que llegaban al Parque Bicentenario. Cantó parte de su EP REPRÍS, yendo y viniendo desde la cueca a los ritmos flamencos. “Aquí está la resistencia trans”, gritó, recibiendo ovaciones de los presentes. Espada en alto y tras beber su copa, terminó su espectáculo ganándose uno que otro admirador. Sin dudas, una propuesta refrescante para comenzar el REC. Se convirtió la primera persona transgénero en estar en el lineup del evento.
Buen despegue: Dënver, Niño Cohete y A.N.I.M.A.L
Ya con Dënver el público se quitó los impermeables y las chaquetas. El sol salió para la presentación del dúo chileno, haciendo brillar el pelo rojo de Mariana Montenegro. Comenzaron con su clásica canción Los adolescentes. También cantaron Profundidad de Campo y En medio de una fiesta, animando al público que se aglomeraba frente a los dos escenarios principales.
En el mismo espacio llegó más tarde Niño Cohete, que tras nueve años volvió a subirse al escenario del REC. “Somos Niño Cohete. Estamos de vuelta, por un buen rato. Así que gracias por estar acá”. El cuarteto tocó Reverdecer, su último lanzamiento luego de ocho años inactivos. Monstruo y Puerto tranquilo le siguieron. Un show ideal para la tarde, combinación de indie folk y pop perfecto para recorrer las inmediaciones del festival, que incluían la Villa REC, puestos de comida y diversas actividades.
Cada vez que el Biotren se detenía en la estación Concepción, más personas se sumaban al festival. El público comenzó a atiborrar las calles que delimitan el Parque Bicentenario. Al otro lado de la Avenida Costanera, en el escenario Vans, los argentinos de A.N.I.M.A.L. ofrecieron una experiencia de metal puro. “Por la unidad de los pueblos de Latinoamérica. ¡Concepción!”, gritó Andrés Jiménez. Revolución y Sol fueron los temas con los que se iniciaron los mosh y volaron las latas de cerveza. El ambiente ya estaba hecho.
“Un día hermoso nos tocó para el metal”, agregó en el escenario que mira al río Biobío, en medio de la puesta de sol. También recordó la primera presentación del conjunto en Chile, cuando se presentaron en 1994 en el club Blondie. Y por supuesto, hizo mención a la celebración de los 30 años de trayectoria de la banda. “¡Qué linda ciudad que tienen hijos de puta! Tienen de todo, tienen agua, tierra, montaña, buen vino, buen pisco y buenas mujeres”, remató Jiménez.
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El primer día del REC 2024 terminó sin contratiempos significativos, batiendo récords y con el regreso de uno de los hijos pródigos del rock penquista. Así, el caótico mar de gente se disolvió como desembocando en el río Biobío a las 23.00 horas aproximadamente.