Hacia el comienzo de la primavera boreal de 1987, U2 aprovechó el clima benigno de la costa californiana para llevar a cabo una idea. Acaso la más copiada en el rock desde que The Beatles se subieron a la azotea de su edificio Apple, en enero de 1969, para brindar su última tocata como remate del documental Get back. El 27 de marzo del 87, la esquina de la 7th y Main Street, en Los Angeles, California, comenzó a agolparse de gente, curiosos y fanáticos del cuarteto irlandés.
Ocurre que las radios locales habían anunciado que el conjunto tocaría en la azotea de la tienda Republic Liquor, emplazada en ese punto de la ciudad. Por entonces, promocionaban su recién lanzado álbum The Joshua Tree, quizás el más exitoso del conjunto, del cual ya rotaba en las radios el primer single, la melancólica With or Without You. Pero en vistas a la promoción, tenían en mente que el tercer sencillo fuera Where the Streets Have No Name, y para ello, el concepto fue grabar un video clip tocando una canción en directo.
La idea derechamente era hacerle un homenaje a los de Liverpool y Bono nunca ha renegado del concepto. “No es la primera vez que tomamos algo de los Beatles”, dijo a la prensa según cita el sitio Laist.
La canción era parte del momento que vivía Bono, siempre tratando de buscar una dimensión espiritual para su vida. Así lo comentó en Propaganda 5 de 1987: “Where The Streets Have No Name se parece más al U2 de antaño que cualquiera de las otras canciones del LP, porque es un boceto. Sólo estaba intentando esbozar una ubicación, tal vez un lugar espiritual, tal vez un lugar romántico. Estaba tratando de esbozar un sentimiento. A menudo me siento muy claustrofóbico en una ciudad, un sentimiento de querer salir de esa ciudad y un sentimiento de querer ir a algún lugar donde los valores de la ciudad y los valores de nuestra sociedad no te frenan”.
“Una historia interesante que alguien me contó una vez es que en Belfast, por la calle en la que vive alguien se puede saber no sólo su religión, sino también cuánto dinero está ganando, literalmente por de qué lado de la carretera viven, porque cuanto más cuesta arriba, más caras se vuelven las casas. Eso me dijo algo, así que comencé a escribir sobre un lugar donde las calles no tienen nombre”.
En su reciente libro Surrender, de 2022, Bono profundizó en el concepto. Se le ocurrió el título en su viaje a Etiopía, pero cuando escribió la letra, no estaba seguro de qué trataba la canción. “Reflexionando, supongo que quiero escribir sobre ese ‘otro país’, el país de la imaginación. Quiero salir corriendo de mi escondite, derribar los muros que me mantienen dentro de mí. Quiero tocar la llama.”
Pero volvamos a esa mañana de marzo del 87 en Los Angeles. Los preparativos se hicieron con antelación, la banda quería evitar cualquier contratiempo de cara a la filmación. Los técnicos de la banda prepararon el lugar una semana antes. Reforzaron y emparejaron el techo para evitar accidentes e instalaron un generador eléctrico que les permitiera continuar con el rodaje si les cortaban la toma de corriente a la que conectarían sus equipos. Incluso repararon el cartel del cercano Million Dollar Hotel para que no desentonara cuando apareciera en el tiro de cámara.
Además, decidieron realizar cuatro tomas de la canción para tener suficiente material en caso de que la policía suspendiera el show. A las 3 de la tarde, con cerca de mil personas en la esquina, y cuando el termómetro marcaba 18 grados de temperatura en Los Angeles, los músicos comenzaron a tocar. Esto provocó algunas miradas de sorpresa, ya que algunos espectadores estaban encantados, mientras que otros estaban molestos porque su auto no avanzaba en el taco. No fue la única que tocaron, también interpretaron In God’s Country, Sunday Bloody Sunday, People Get Ready -un cover de Curtis Mayfield-, y su ya clasicazo Pride (In The Name Of Love).
Y como se aprecia en el video, al rato llegó la policía y ordenó detener la grabación debido a la congestión de gente, que generaba problemas en el tráfico. La banda no hizo problemas y se detuvo. “Si hay algo que la gente odia en Los Ángeles, es que las calles se cierran, y siempre hemos sentido que las bandas deberían cambiar las cosas. Lo logramos porque la policía nos detuvo el rodaje. ¿Estábamos preocupados por ser arrestados? No en ese momento”, relató el bajista Adam Clayton según el sitio Diffuser. De todos modos, lo habían conseguido y plasmaron un momento icónico en la memorabilia pop.