41 años después de su publicación, sir Elton John vuelve a sonreír. Resulta que su canción I’m Still Standing, original de 1983, alcanzó la friolera cifra de mil millones de reproducciones en la plataforma de música Spotify, posicionándose como la segunda más escuchada del cantante inglés, solo superada por el remix Cold heart, que lo unió con Dua Lipa.
Elton John comentó feliz la noticia en su cuenta de Instagram. ”Es maravilloso ver que I’m Still Standing alcanzó mil millones de reproducciones en Spotify! Esta canción ha tenido una gran vida y ya sea que la conozcas por sus letras empoderadoras, los legendarios movimientos de baile del video musical o la interpretación de Taron Egerton como Johnny HD en Sing, me hace muy feliz verla disfrutar por tantos”.
Sobre esa última referencia, el músico hace link a la aparición del tema en la película animada Sing: ¡ven y canta!, de 2016, donde justamente el actor Taron Egerton pone la voz del gorila Johnny quien animadamente hace una versión del hit.
I’m still standing fue parte del disco Too Low for Zero (1983), que marcó el retorno del letrista Bernie Taupin colaborando a tiempo completo, tras la pausa que se tomaron en 1977. De Taupin son las letras de canciones como Rocket Man, Crocodile Rock, Tiny Dancer, Candle in the Wind, Saturday Night’s Alright for Fighting, Bennie and the Jets o la sentida Goodbye Yellow Brick Road.
En esos primeros años de la década de los 80, la música estaba tomando otro giro, y Elton John comenzaba a parecer una figura de otro tiempo. Por ello, en sus palabras el álbum fue “mi reacción a seguir siendo relevante y exitoso a principios de la década de 1980, post-punk y con los new romantics entrando sigilosamente”. La grabación fue producida por Chris Thomas, el asistente de George Martin en su última etapa con los Beatles.
Es básicamente una canción de resiliencia, de optimismo y fe. De estar de pie ante la adversidad, dirigida a un examante, sobre cómo mantenerse firme sin esta persona. Es básicamente cómo volver a sentir confianza después de una ruptura difícil. Años después, Taupin reconoció que la escribió pensando en alguien especial. “Es quizás un ejemplo más de cómo la idea original es interpretada por todos como algo bastante diferente. Creo que la gente lo ve como un himno basado en el fuerte sentido de supervivencia de Elton frente a la adversidad. Lo cual, créanme, es perfectamente bien para mí. De hecho, es probablemente infinitamente más interesante, tal vez, de lo que se escribió inicialmente. Lo cual, si mi memoria no me falla, fue una especie de beso de despedida para una antigua novia. Ya sabes, el tipo de cosa: ‘No te preocupes por mí, estaré perfectamente bien’. A diferencia de She Thinks I Still Care de George Jones, donde, de hecho, a él realmente le importaba, a mí realmente no”.
El tema fue lanzado como single y tuvo el apoyo de un colorido video que tuvo alta rotación en el nuevo canal MTV (cuando empezó siendo un canal de música) lo cual hizo que llegara al número 1 en Canadá y Suiza, alcanzó el puesto 4 en Reino Unido, y en el puesto 12 en los Estados Unidos en el Billboard Hot 100. El clip fue dirigido por Russell Mulcahy, fue filmado en Cannes y Niza en la llamada Costa Azul en Francia. Qué mejor lugar para una canción optimista.
Durante los dos días de rodaje (que resultaron ser tres, debido a que el material del primer día se echó a perder), Elton John se encontró con los miembros de Duran Duran, y Andy Taylor recordó la experiencia: “Hubo muchas celebridades en Cannes y un día descubrimos que Elton John estaba en la ciudad filmando el video de su canción I’m Still Standing. Esto fue antes de que Elton se volviera abstemio, por lo que todavía era un animal de fiesta humeante; fuimos a verlo a su hotel y pasamos la tarde bombardeando Martinis. Decidimos que sería una risa emborracharlo y le arrojábamos las bebidas. ‘Ooh, son adorables chicos’, chilló, amando cada minuto. Lo emborrachamos tanto que eventualmente subió a su suite. Causó todo tipo de caos, pero fue una gran fiesta”.
Que I’m still standing vuelva a rotar es parte de un fenómeno de retromanía (como bien la definió Simon Reynolds) que ha vuelto de a poco. Como Wham!, que en diciembre pasado volvió al número uno con Last Christmas después de 39 años, además de un comentado documental en Netflix. O qué decir de la fantasmagórica Running up the hill, de Kate Bush, que agarró vuelo tras aparecer en la serie Stranger Things. O la clásica Murder on the dance floor, de Sophie Ellis Bextor, que apareció al final de la comentada película Saltburn; o Felicità de 1982, por Al Bano & Romina Power, que volvió tras su aparición en Berlín, spin-off de La casa de papel. Todavía nos gustan los viejos clásicos.