La conformación original de Los Tres dejó todo en la cancha del Estadio Ester Roa Rebolledo este sábado 6 de abril. Álvaro Henríquez, Roberto Titae Lindl, Ángel Parra y Pancho Molina iniciaron la llamada Revuelta por lo alto, con un concierto de primer nivel marcado por sus viejos éxitos, los himnos que marcaron a la generación de los 90 en el epílogo del siglo XX.
En las tierras del león de Collao, el cuarteto pisó el escenario a las 20.30 horas, puntuales y con una confianza que caracteriza solo a los dueños de casa, que conocen a su público y a su gente.
Henríquez y Parra con sus guitarras, Lindl en el bajo y Molina en la batería, abrieron el concierto solo con la potencia de sus instrumentos, cuyo sonido en conjunto demostró la solidez de su trabajo en equipo. A pesar de la distancia de más de 24 años, sonaban como siempre y mejor, gracias a una madurez instrumental resultado de la experiencia, el talento y el detallado trabajo de ensayos en los últimos meses.
Abrieron con Follaje en el invernadero, parte de su segundo título, Se remata el siglo (1993). “Buenas noches, Conce. ¿Cómo están?”, saludó un tranquilo Álvaro Henríquez, a pesar de la multitud que llenó el estadio en galería y cancha —pese a algunos espacios vacíos minúsculos en esta última—. En la estadística definitiva, hubo 30 mil personas.
Tras cantar varios de sus temas como Sudapara y El aval, llegó el “todo ha quedado en silencio” de La torre de Babel. A pesar del clásico intento por quedar inmóviles, los aplausos y los vítores del público para el cuarteto penquista fueron más fuertes.
”A todos los que trajeron material verde, prendedlo ahora y sed felices. Para todos ellos, para todos nosotros, para todo el mundo”, fueron las palabras con las que el vocalista de Los Tres introdujo el clásico Hojas de té. El público, obediente, respondió feliz con vahos de humo.
Silencio, Olor a gas, No me falles, Tírate, Déjate caer y Un amor violento fueron algunas de las canciones infaltables coreadas por los presentes. El espectáculo contó con una iluminación acorde, con tonalidades rojas, amarillas y azules, colores propios de sus discos célebres.
El fin y las cuecas
Luego vinieron las cuecas, un sello clave a la hora de definir el estilo propio del grupo. “Mi admiración total a don Roberto Parra”, dijo Álvaro Henríquez antes de tocar La perra con el perro. Al fondo de la cancha, en los espacios vacíos, algunas parejas de espectadores se animaron a un pie de cueca.
Parecía que el concierto iba a terminar con su clásico Quién es la que viene allí. Pronto, el cuarteto abandonó el escenario, provocando los gritos del público impaciente por más. Amores incompletos llenó de romanticismo y sensualidad el show, para luego cerrar con broche de oro con He barrido el sol, La primera vez y, coreada por lo alto, La espada y la pared.
Antes de cantar Pájaros de fuego y Bolsas de mareo, imágenes del expresidente Salvador Allende fueron proyectadas en las pantallas del escenario. Definitivamente, el fin llegó con No sabes que desperdicio tengo en el alma y Tu cariño se me va, la propia versión del grupo del clásico de Buddy Richard.
El viernes pasado, a menos de dos días del inicio se la gira, Roberto Titae Lindl dijo en Hora 25, programa de NTV: “Este será el primer recital en nuestra ciudad, Concepción, en ese estadio en el que siempre soñamos con tocar, con un estadio lleno. Eso va a estar increíble“. Y efectivamente, como dijo el bajista, fue increíble.
Así se armó la fonda
Pasado mediodía del sábado ya había fila para entrar a la cancha del Estadio Alcaldesa Ester Roa Rebolledo en Concepción. Poco a poco, desde las 16.30 horas, los espectadores comenzaron a hacer ingreso con calma al recinto.
El encargado de preparar los ánimos fue René ‘Torito‘ Alfaro y el Lote, cuequero oriundo de San Joaquín quien llevó al estadio los ritmos de la bohemia porteña. ”Bienvenidos a la Revuelta de Los Tres”, saludó puntual a las 18.00 horas el cantautor exintegrante de Los Trukeros.
Como si se tratara de una fonda, el conjunto invitaba a pasar al público de Los Tres, quienes se ubicaban tranquilamente en galería y con parsimonia en la cancha, formando una masa que ocupaba menos de la mitad del espacio. “Yo sabía que aquí en Conce habían cuequeros, arriba los pañuelos”, gritó René Alfaro, animando a los penquistas a mover sus pañuelos - o lo que fuese- al ritmo del piano, la guitarra, el pandero y el acordeón. Así, un par de parejas guardaron la timidez y se animaron con unos pies de cueca.
Entre las canciones propias de Torito Alfaro tuvo lugar un homenaje al grupo de cueca Los Chileneros con Yo soy dueño del Barón. En la misma línea, reconocieron el trabajo de Roberto y Violeta Parra en la música nacional, entonando, por ejemplo, Cueca de Librito.
Antes de irse, Torito Alfaro y compañía tocaron algunos clásicos como Adiós Santiago querido y, por supuesto, unas cuecas en honor a su querido Valparaíso, como La flor de verbena. Luego de 33 minutos reloj, los cuequeros dejaron el escenario del Ester Roa Rebolledo.
Un poco de rock
Tal como estaba programado, Ineino comenzó el segundo show a las 19.00 horas. Tímidamente, los cuatro integrantes ingresaron al escenario con chaquetas combinadas en tonalidades pasteles y corbatas negras, un atuendo que llamó la atención del público por lo retro y elegante. Una estética cuidada para después dar paso a Los Tres.
El público los recibió con un aplauso y comenzaron cantando No Té Recuerdo y Algo Bonito. Le siguió un homenaje a Cecilia, con una versión propia de Baño de Mar, marcada por el estilo propio de José Riquelme, con rasgos de indie pop y rock.
El oriundo de Carampangue se ha presentado en festivales como REC, Escucha Música de tu Ciudad, Rockódromo, Son del Biobío, Laguna Mental y ahora suma la previa del concierto de Los Tres.
Si bien la calidad del show de Ineino es innegable, el público se mostró pasivo - pero respetuoso—, algo quieto por las primeras brisas de la tarde noche en Collao y por los ritmos tranquilos de los músicos locales, quienes se abren poco a poco camino por la escena nacional. Su cuota de rock logró predisponer para la Revuelta, pero no suscitó mayor efervescencia.
El gran plato central, claro, era el retorno a la vida de Los Tres.
Los Tres tienen próximas fechas agendadas en Santiago en el Movistar Arena: el 27 y 28 de abril (agotados) y 30 de abril, y el 1 de mayo. Para luego continuar en junio, el 1 en Antofagasta y el 6 en Puerto Montt. Todas a la venta en Puntoticket.