Caminemos Valentina: estrenan película basada en caso real de monjas franciscanas que denunciaron abusos
Dirigido por el argentino Alberto Lecchi y producido por Silvio Caiozzi, el filme se sostiene en la historia de dos religiosas argentinas que aseguraron haber sido víctimas de una superiora durante su tiempo en la Congregación Educacionistas Franciscanas de Cristo Rey. “Es una de esas películas que quedan en la memoria. Remece internamente sin ser melodramática”, asegura el cineasta de Coronación (2000).
En Raza de víboras. Memorias de una novicia (2014), su libro autobiográfico, la argentina Sandra Migliore relató sus duras experiencias al interior de la Congregación Educacionistas Franciscanas de Cristo Rey, poniendo especial énfasis en los abusos que habrían sufrido ella y sus compañeras. Un testimonio que incluso llegó hasta al Vaticano.
Cuando el director Alberto Lecchi se enteró de su historia se convenció de que “no podía quedar en el anonimato”. El cineasta de Nueces para el amor (2000) y El juego de Arcibel (2003) se propuso filmar una cinta a partir del caso de Migliore y Valentina Rojas, su amiga al interior de la congregación y actualmente su esposa.
El largometraje se titula Caminemos Valentina y llegará a salas nacionales el próximo 9 de mayo. Su realización se materializó uniendo esfuerzos con los chilenos Silvio Caiozzi y Edgardo Viereck, a quienes Lecchi ya conocía porque él y Luis Sartor habían sido productores minoritarios de Cachimba (2004).
“Gracias a ellos pudimos hacer la película y fue una relación muy buena. Ahora, sin pensarlo ni un instante, optamos por participar como coproductores”, cuenta Caiozzi, quien además se desempeña como montajista del filme.
Con un elenco encabezado por Paula Sartor, Roxana Naranjo, Gabriela Robledo y Jacinta Torres, la cinta gira en torno a dos exnovicias que sufrieron abusos por parte de su maestra durante su estancia en un convento. Ambas encuentran fuerza en el amor compartido y su unión matrimonial para superar las secuelas de las situaciones a las que fueron sometidas.
Según la perspectiva del director trasandino, el abuso las “podría haber perturbado para siempre”, pero “pelearon a través del tiempo para que se sepa la verdad”. “Perdieron el miedo y convirtieron esa historia tan terrible en una gran historia de amor”, apunta.
“Cuando me reuní con Sandra por primera vez, y al lado estaba Valentina, entendí que lo más importante del pasado tortuoso que había tenido es que había una historia de amor inmensa que también tenía que ser contada”, agrega.
Caiozzi señala que también se sintió atraído por el tema del largometraje. “En este caso, es abuso de poder escondiéndose detrás de la imagen de Dios, el ser supremo. Dentro de este lugar se enseña lo bueno de la religión, el ideal, el respeto. El problema es que una de las que enseñan es una abusadora que, usando la bandera de Dios, se siente en el derecho de hacer todo lo quiera con estas jovencitas. La película está muy bien lograda, muy bien hecha. Hay que verla no sólo porque es buena sino también porque tiene un tema enorme e importante”, indica, junto con describir su trabajo en el montaje como “una experiencia fenomenal”.
“Considerando el tema, creo que Alberto fue muy brillante en mantener siempre un tono elegante, cuidadoso y respetuoso, y en el montaje eso es lo que yo siempre tuve como misión. Esta es una película que, por los aplausos de las funciones en Argentina, puedo decir que genera impacto. Es una de esas películas que quedan en la memoria. Remece internamente sin ser melodramática”, añade el director de Julio comienza en julio (1979).
Mira su trailer a continuación:
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