Crítica de discos de Marcelo Contreras: Taylor Swift no brilla, Linkin Park y Mark Knopfler respetan su historia
Este viernes 19 salió uno de los títulos más esperados del año: el nuevo álbum de Taylor Swift. Un disco grato, pero que también sabe reiterativo y falto de efervescencia. Linkin Park y Mark Knopfler repasan su propia historia y sus décadas de kilometraje.
*Taylor Swift - The Tortured poets department
“Puede que (...) sea un espacio seguro para las chicas (...) pero no es interesante como artista”, proclamó Courtney Love esta semana sobre Taylor Swift, a riesgo de desatar la ira de las swifties. Es cierto que la mayor estrella pop del momento carece de la universalidad inherente a la categoría, incluyendo himnos planetarios y la construcción de gestos e iconografía reconocibles instantáneamente. Swift prescinde de los códigos del siglo pasado, en tanto su enlace es emotivo y provoca identificación. The Tortured poets department, producido por la cantante junto a Jack Antonoff como ocurre desde 1989 (2014), y Aaron Dessner de The National, colaborador a partir de Folklore (2020), presenta algunas grietas cuyas responsabilidades son difíciles de discernir.
¿Es Taylor Swift la única culpable de aferrarse a una fórmula? ¿Cuál es la cuota de Antonoff, uno de los arquitectos del pop actual? Diseñó un estilo y sonido de indiscutido atractivo, pero después de varios títulos cabe preguntar si existen otros planos. Swift compone e interpreta acorde a la pócima de éxito -que comparte con Lorde mediante Antonoff-, hasta la repetición. El material resulta grato, también reiterativo y de escasa efervescencia. No representa un tropiezo en una trayectoria de cifras macroeconómicas, pero marca una pausa en su progresión artística.
*Linkin Park - Papercuts
Curiosamente, este es el primer grandes éxitos de una de las bandas más populares y vendedoras de los últimos 20 años. Linkin Park, cuyo futuro sigue en suspenso tras el suicidio de Chester Bennington en 2017 -no buscan un nuevo cantante pero tampoco se disuelven-, han despachado 70 millones de álbumes y otros 30 de singles. Este compilado reúne los sencillos de mayor demanda entre 2000 y 2023, más un último corte -Friendly fire- editado en febrero, parte de las sesiones de One more light (2017), el disco final de Bennington.
Papercuts refleja la fidelidad de Linkin Park a su receta tempranamente destilada para el paladar masivo, una combinación de alta eficacia entre los rasgos centrales del nü metal en una versión más accesible y predecible -sobre todo la dinámica vocal entre Bennington y Mike Shinoda-, donde la melodía y el gancho vocal funcionan como una columna, a no mucha distancia de los contornos de una boys band. Los ingredientes suman la elaboración de pegajosas frases instrumentales ajenas al cliché del riff, como los pegadizos violines centrales de Faint. Resulta palpable que el éxito inmediato y arrasador de Linkin Park, se convirtió en una camisa de fuerza en términos creativos y de producción. No hay mayores diferencias entre sus primeras canciones y las últimas.
*Mark Knopfler - One deep river
La histórica fascinación de los guitarristas del Reino Unido por el blues, el folk y el country estadounidenses -una saga iniciada por Alexis Korner junto a Blues incorporated en 1961-, tiene en este décimo álbum de Mark Knopfler un capítulo digno y representativo desde el costado más calmo. Con 74 años, el ex líder de Dire Straits figura arrellanado en sus cualidades, incluyendo la maestría para ejecutar la guitarra eléctrica con peculiar técnica -pellizca las cuerdas y amortigua mediante la palma-, y un estilo vocal cansino, como si entonara sentado en un porche mirando el atardecer.
En One deep river, los versos de Knopfler viajan por Utah (Smart money), y las montañas Siskiyou de California (Tunnel 13). Sube ligeramente las pulsaciones y el volumen del amplificador en Scavengers yard con su rugiente guitarra de fondo, como advirtiendo que si de voltaje y azufre se trata, es cosa de chasquear los dedos, el fuego sigue ahí. Con el tiempo su voz contiene ecos entre Bob Dylan y Johnny Cash, mientras los pasajes cristalinos y melódicos de la seis cuerdas evocan al primer héroe de la guitarra británico, el influyente Hank Marvin de The Shadows. Es un álbum de sutilezas que encaja con la imaginería de una road movie con las aventuras, reflexiones y sentimientos de un artista que envejece con gracia.
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