“Mi primera banda fue a los nueve años, el resto tenía doce y yo les enseñé a tocar las canciones. Era como un extraterrestre, nadie de mi edad sabía tocar en ese tiempo. Todos eran más viejos. El bajista en Toto ahora fue mi primer amigo en toda la vida”, explica un relajado Steve Lukather (66) vía Zoom a Culto.
Para el eximio guitarrista, cuya carrera como sesionista a la par de los comienzos en Toto lo tuvo durante 25 años participando de más de mil grabaciones de artistas como Boz Scaggs, Earth Wind & Fire, Stevie Nicks e incluso en el imbatible Thriller de Michael Jackson junto a sus compañeros en la banda -David Paich, Jeff Porcaro y Steve Porcaro-, lo clave es la amistad. “Los que me acompañan ahora no son tipos random de internet. Estoy rodeado de amigos. Tienes que tener un cierto nivel de experiencia e historia en común para estar acá. Han habido dieciocho versiones de esta banda y soy el único que ha estado en todas”.
Hogar de los valientes
A los siete años, Luke vio a los Beatles en el show de Ed Sullivan y tuvo una visión. “Le dije a mi padre que quería dedicarme a hacer eso, y me preguntó si hablaba en serio; sin darme cuenta entonces de que era una carrera realmente viable. Muy dura, pero no imposible. Haber sido sesionista durante tantos años y estar en una banda multiplatino es lo más que puedes hacer de ello, y han sido los mejores tiempos de mi vida”, sentencia.
“Prácticamente vivía en los estudios Sunset Sound (en Los Angeles) e hice un millón de sesiones ahí, con muchos artistas diferentes”. Junto a los hermanos Porcaro (Jeff, Mike y Steve) con quienes apuntaló Toto, fue parte de una era única. “Te topabas a Prince, a Van Halen; había una cancha de basketball y todos nos poníamos a lanzar. La música estaba viva en ese tiempo. No puedo creer que algunos de los grandes estudios de Los Angeles ya no existan. ¡Capitol Records, ahora convertido en un edificio de estacionamientos! ¡Cuántos discos grandiosos se hicieron ahí: Beach Boys, Sinatra! ¡Debería ser un sitio histórico!”.
Luke sigue viviendo en ese mundo. “Yo lo sigo haciendo a la vieja escuela. No hay pro tools ni un tipo sentado atrás de un computador. Acá somos un par de viejos rompiéndonos el trasero por esto, y es real. Tal vez no seamos los tipos más bellos que has visto, pero podemos darlo todo en el escenario. Sé que todos quieren ver lo apretados que me quedan los jeans, es por eso que todos pagan”, ríe.
“Puedes verte como supermodelo y cantar como Stevie Wonder. Hasta puedes hacer que tu perro ladre afinado. Pero eso dura hasta que vas a ver el show y la gente se da cuenta de que no es así. No puedes tener una voz de mierda, eso no está bien”.
A Luke le enorgullece contar con una gran banda en escena que incluye, además, a recurrentes como Joseph Williams y Warren Ham. Tras la muerte de dos hermanos Porcaro -Mike y Jeff- y la ausencia del tercero -Steve-, sumado a la demencia de Bobby Kimball y los problemas médicos de David Paich; el guitarrista es claro: “No pretendo ser Mr.Toto. Por eso le llamamos Dogs of Oz. Fue una lucha pagar por usar el nombre, pero así cada noche gana la familia, las viudas, como tiene que ser”.
Quédate en línea
Si hay una herramienta actual que le ha servido a Luke, esa es Spotify. “Mucha gente lo odia, pero yo no. Cuando me hice cargo del management, hace como ocho años, fue porque estaba cansado de los managers que pasaban jugando golf. Yo estoy donde las cosas se hacen, y en ese tiempo la gente no tenía idea de qué iba todo y nadie imaginaba que el mundo se volcaría al streaming, y tenemos más de 3.5 billones. Y es sorprendente que hoy en día puedas saber específicamente dónde te escuchan más. Así fue que comenzamos a ver dónde y a hacer que las cosas ocurrieran, hablando con promotores y mostrándoles los números. ¿Y qué pasa? ¡Ponemos un par de shows y se venden como loco! Son estadísticas reales”, exclama emocionado.
“Es interesante para una banda de nuestra edad tener este resurgimiento en el interés por lo que hacemos. En un festival en Australia, nos contrataron para un festival para adolescentes, niños de entre 18 a 25, y estábamos ahí viendo a todos estos actos, todos fingiendo, pisando el pedal de volumen de su sintetizador para que todo saliera de ahí, incluyendo las voces principales. Al principio empezamos a reír pensando en que van a tener cinco minutos de fama y de que no podían tocar, ¿qué chucha? ¡Y los niños se volvían locos con eso! Hasta que miro de pronto al resto y les digo ‘¡van a odiarnos, hermano!’ Pero pasó todo lo opuesto, pateamos traseros, y al final del show todos estaban gritando. Y eso antes de que tocamos Africa, ¡porque cuando la tocamos el lugar enloqueció! Niños y niñas se dieron cuenta de que teníamos muchas canciones más que conocían, que eran nuestras y nos vieron tocar de verdad, interactuando. Fue real”.
Naturaleza humana
Luke se confiesa más relajado con los años. “No compito con nadie, no intento ser el más rápido del oeste. Esas son cosas que me importaban cuando era joven. Ya llevo cincuenta años en esto y la vida es buena, porque sigo siendo capaz de hacer esto después de todos estos años. Hay mucha música nueva que me emociona también, especialmente en el metal y el jazz. Encuentro que la música pop está medio estancada”.
El guitarrista tiene base para tamaña afirmación. Fue parte junto a otros tres integrantes de Toto -los hermanos Steve y Jeff Porcaro, junto a David Paich- del disco cúspide de la música popular: Thriller de Michael Jackson. Y nada menos que el mismo año que la banda lanzó su aclamado Toto IV, que incluye los hits de talla mundial Rosanna, I won’t hold you back y Africa.
-Mucha gente no sabe que ustedes escribieron sus propias partes en ese álbum de Michael Jackson
Sí. Es una gran mentira eso de que nos escribían las partes a todos. En el 99 por ciento de todos los discos donde yo he tocado algo, y son miles, me ponían solamente una hoja con los acordes adelante y nada más. Todo el resto dependía de mí, de inventar algo, y lo hice cada día durante dos décadas y media. Fue inmensamente entretenido. Quincy (Jones) nos contrató y, por ejemplo, para Human Nature (una canción que yo había escuchado antes incluso, porque la compuso Steve Porcaro), y que es un sí menor, la, sol, Quincy dijo “háganla funky para mí”. E invente la guitarra ahí en el instante. No me dijo qué tocar, no estaba escrito. Tal vez a los sesionistas en música para televisión o en cine les digan qué tocar; pero para los discos querían siempre que inventáramos algo de nuestra propia cosecha y lo hicimos”.
Luke aprovecha de trazar las diferencias con la forma de apuntar los créditos en las canciones de pop actual: “Para los estándares de hoy, yo estaría acreditado como compositor en todas esas canciones. Y estaría teniendo esta conversación desde mi propio transbordador espacial, con todo el dinero que tendría (risas). Pero, cambiaron las reglas, hermano, y ahora cuando un tipo enchufa una caja de ritmos le dan un crédito como compositor, y más encima necesitan veinte compositores para hacer esa mierda. ¡No necesitas tener veinte escritores para decir ‘my baby’s got a big ass’ (risas). Me hace reír que se llamen escritores”.
En Thriller, Luke recuerda que todos colaboraban abiertamente con ideas, en un ambiente de camaradería. Como en la telúrica Beat it, donde “Michael cantaba unos versos -él inventó el riff- y yo sugerí el final del mismo; entonces luego él tiraba otra idea y yo cambiaba una cosa. Era entretenido sentarse con Michael y Quincy, y luego armar la canción con Jeff (Porcaro). Bueno, todo bien hasta que alguien en el estudio de Eddie Van Halen -cuando grabó el solo de guitarra- cortó la cinta y no la podíamos volver a sincronizar hasta que lo arreglamos (risas). Y Eddie -Dios lo bendiga- fue uno de mis grandes amigos, y obviamente es uno de los más grandes de todos los tiempos. Fue grandioso poder estar los dos en esa misma canción. Hicimos muchas cosas juntos los dos, y la gente no tiene idea. Lo amé mucho y lo extraño. Muchos de mis amigos se han ido y eso es lo más duro de envejecer; por eso es tan importante para mí pasarlo lo mejor posible cada día. Cada día sobre el suelo -y no abajo- es un buen día. Tengo que reírme de eso”, sonríe.
Vivir para hoy
“Tú sabes lo que dicen: encuentra algo que ames y no tendrás que trabajar por el resto de tu vida. A mí no me pagan por tocar en el escenario, me pagan por las otras 22 horas del día en que me arrastran al bus, como porquerias y no duermo, paso hambre en el hotel, todo eso. Yo le digo a mi psiquiatra: ¿quieres saber cómo es realmente mi vida? ¡Acompáñame en gira por un mes, come lo que yo como, duerme como yo duermo y haz eso por cuarenta y siete años! No es fácil, no es champán y caviar. Bueno, en los ochenta y setenta éramos jóvenes locos y hacíamos lo que la gente joven loca hace: fiesta, fiesta, fiesta, chicas, chicas, chicas, viviendo el sueño. Ahora ya no bebo hace quince años, soy un tipo calmado, no fumo. Ahora soy más sabio”.
-Ringo Starr también es abstemio
-He estado en la banda de Ringo por doce años y él ha estado sobrio por 35 años o más. A veces hablamos de eso, de que estamos felices de ya no hacernos eso a nosotros mismos. ¡Es uno de mis amigos más cercanos, si es que puedes creerlo! Lo digo bien fuerte, ¡no puedo creer eso! El vive a unos minutos de mi casa y salimos juntos, aparte de hacer música. Es Ringo y nunca estás demasiado viejo para que Ringo te llame por FaceTime. Es un ser humano maravilloso, ¡pronto va a tener 84 años! Piensa en eso… y en que él sigue de gira tocando batería. ¡Es increíble! Y es tan gracioso como lo era en A Hard Day’s Night. Es muy letrado, lleno de alma, muy inteligente. Y es el Beatle que se supone que es. Es lo máximo, lo amo, haría lo que fuera por él.
Es un juego circular -como le dijo a la vida alguna vez Joni Mitchell- que empalma el presente de Luke con aquella postal de ver a los Beatles en el televisor en su niñez. Ringo es hoy un gran amigo; pero no es el único Beatle que ha llegado a conocer.
“A George y Paul también. Paul fue el primer Beatle que conocí, cuando grabamos Thriller y cantó en The Girl is mine. Eso fue tremendo para todos ahí (en Toto), o sea, yo he trabajado con mucha gente famosa en mi vida y estoy impactado, es algo maravilloso poder colaborar con cada uno; pero cuando un Beatle entra en un estudio el aire cambia, hay una energía diferente, muy positiva. Cuando Paul y Linda llegaron a hacer las sesiones con Michael, Jeff (Porcaro) estaba fumando un porro o algo y Paul entra diciendo ‘Oh, ¡huele a músicos!’”, dice, riendo a carcajadas.
“Ese fue uno de los momentos más ocupados de mi vida”, dice, refiriéndose a que Toto IV ganó tres premios Grammy en 1983 -incluyendo Disco del Año- y eso aparte de los ocho premios Grammy que ganó Thriller en 1982.
“Tocábamos en cada disco que salía de Los Angeles en esos días. Fue un tiempo grandioso para nosotros; Dios me dio este sueño y le agradezco todos los días. No bromeo, yo soy cristiano y me importa mucho eso. Sé lo afortunado que he sido. Hay un millón de tipos mejores que yo, yo solo fui el tipo indicado en el momento indicado y pude manejar la presión. Tienes que entender que no se trata de qué tan difícil es lo que tienes que tocar, o de si a alguien no le gusta lo que estás tocando en la sesión -tienes que ser capaz de inventar otra cosa en el momento, sin ensayos, sin demos ni nada. A veces ni sabes qué tipo de música vas a tocar ni para qué artista. Tienes que estar listo para cualquier cosa. Y cuando esa luz roja se enciende, más te vale no desmoronarte. He visto a músicos increíbles llegar a esa situación sin estar acostumbrados a hacerlo todo el tiempo y con todo lo grandiosos que son, se caen a pedazos, no pasa nada, no se les ocurre nada. A veces me han llamado para arreglar la parte de alguien más, en una banda que no podía tocar lo básico, los grooves simples. Entonces el productor me contrataba a mí para tocar eso y firmando un acuerdo de no decirle a nadie, y el otro guitarrista mirando mientras tocaba; es como ver a alguien más acostarse con tu mujer (risas)”.
Es un sentimiento
Si bien ya no participa como sesionista, Luke hizo una excepción ante el llamado de Mark Knopfler, quien le invitó a participar de la regrabación benéfica de su canción Going Home para Teenage Cancer Trust y Teen Cancer America, con la participación de Joe Bonamassa, Paul McCartney, John McLaughin, Slash, Eric Clapton, Joe Satriani, Steve Vai, y una lista tan interminable como sorprendente de artistas de renombre.
“Me quiso incluir, y eso fue un honor. Me buscó y me pidió que lo hiciera. Yo encantado de estar ahí y era para una buena causa. Siempre puedo hacer algo por alguien gratis, si no estoy haciendo nada, y si la música tiene onda y es gente agradable, y tengo el tiempo para ello, lo he hecho; por alguien que realmente lo aprecie, si me gusta la música y me gusta la gente”.
Tal como en sus adorados Beatles, todo se resume en la química y la complicidad alimentando la música. “Los músicos de estudio yendo a tocar todos los días es algo que ya no existe. Ahora todos lo hacen en su propio estudio, y ya no hay grandiosos fade outs con la gente jamming al final hasta que algo brillante pasa, como lo hicimos en Rosanna. Eso no se puede ensayar, solo ocurre, no puedes programar una mierda así, tienes que estar en una sala con otras personas que te sigan. Un computador o tu teléfono no va a hacer jamming contigo. Solo pueden hacerlo otros músicos. Por eso estamos muy emocionados de volver finalmente a Chile (entradas en Puntoticket), con todos los hits y grandes cortes de selección; y mi trasero se ve grandioso en jeans (risas)”.