“Dicho o hecho con que se pretende desorientar a alguien para que no advierta el engaño de que va a ser objeto” es el significado de la palabra Cancamusa, según la Real Academia Española. El nombre de Natalia Pérez Peralta (34) impactó con fuerza gracias a la desorientación: una mujer irrumpió con su batería rosada en la conformación Los Bunkers.
Su participación en el Festival de Viña del Mar la volvió tendencia en redes sociales durante la ‘noche chilena’ del certamen. Pronto, Cancamusa pasó a ser conocida a nivel nacional, no solo por sus fieles seguidores, sino por el transversal público de la banda penquista.
Cancamusa, baterista, cantante y compositora chilena, forma parte de uno de los acontecimientos más importantes de la carrera de Los Bunkers tras su regreso: los dos shows en el Estadio Nacional de este fin de semana, donde igualaron a marca de Los Prisioneros y juntaron a más de 100 mil personas. “Me quedé con la sensación como de golazo. Salió súper bien todo, a gente lo disfrutó mucho. Me quedé con una satisfacción muy satisfactoria”, dice a Culto el pasado sábado 27, en la previa del segundo recital de los penquistas en Ñuña, sentada en el backstage.
“Ha sido toda una semana de ensayos, sacar nuevos repertorios, tocarlos junto a ellos y estar mucho tiempo en la sala. En general estoy siempre tranquila, quizás un poco ansiosa, porque son hitos muy relevantes para la música chilena. Una de las cosas en las que siempre pienso es en disfrutar los momentos, para mí es lo esencial. Esto es una celebración para la música chilena”, reflexiona Natalia Pérez, su verdadero nombre.
El llamado de Mauricio Basualto a inicios de febrero de este año marcó un vuelco en la carrera de la oriunda de Valdivia. Debido a problemas de salud, el baterista estable de Los Bunkers dio un paso al costado de la gira Ven aquí. La posta – o mejor dicho las baquetas – la tomó Cancamusa desde el concierto de Coquimbo. Se avecinaban dos grandes desafíos: el Festival de Viña y los conciertos en el Estadio Nacional, al que se sumó una sorpresiva parada extra en el Festival REC en Concepción.
Sin embargo, el escenario de la Quinta Vergara no era nuevo para ella, pues en el pasado acompañó en la batería a Javiera Mena y a Mon Laferte. A pesar de la presión del evento festivalero, Cancamusa brilló sin dificultades. “Las tres experiencias fueron súper importantes para mí. Creo que Viña sigue siendo muy relevante para los artistas, en cuanto a la plataforma que es. Es un escenario significativo, donde el público opina mucho, es muy mediático”, recuerda Natalia Pérez.
El desafío REC también lo superó con creces en marzo. Ahora, en medio de los shows en Santiago, la artista cuenta detalles de lo que fueron las semanas previas. “Hemos estado preparando esto desde que empecé a tocar con ellos, aunque no lo sabía. La preparación la da el tiempo. Me gusta mucho trabajar con un equipo tan profesional, que siempre está pensando en la experiencia del público, en que la gente lo pase bien y en que sea un concierto de máxima calidad. Quiero ser un canal de donde la música salga, se conecte con mis otros compañeros de banda, y eso se expanda a la gente”.
La conexión con los otros integrantes de Los Bunkers ha sido fácil. Si bien ya era amiga de los hermanos Francisco y Mauricio Durán, la relación con Álvaro y Gonzalo López fue una nueva experiencia. “Ha sido muy bonito conocerlos y ser parte de este otro lado de Los Bunkers. Son personas muy especiales todos y me he sentido súper bien acogida por cada uno de los integrantes de la banda y del equipo desde el día uno”, cuenta Natalia Pérez.
Con el baterista Mauricio Basualto mantiene comunicación constante. “Él ha sido súper bonito, ha estado muy pendiente, me envía siempre mensajes. Ha sido bonito también contar con su apoyo. Todo esto lo he hecho con mucho respeto y admiración hacia su trabajo, entonces ha sido lindo recibir eso. Aquí yo no estoy inventando nada, llego a ocupar un lugar. Obviamente, le doy mi identidad y todo, pero también es una gran responsabilidad llegar a replicar un sonido de una banda de veinte años, es un desafío significativo”, reflexiona.
Los inicios de Cancamusa
Cuando Natalia Pérez eligió su nombre artístico, nunca pensó en el significado de la palabra. El origen, más bien, viene de su imaginación, de espacios creativos, ciudades inventadas y nuevas dimensiones. “Es un medio bolón”, dice entre risas al intentar explicar la génesis Cancamusa, que tiene lugar mientras integraba la banda Amanitas. “En ese momento yo quería hacer un proyecto solista y, como me gusta inventar palabras, había creado este espacio que se llamaba ´treticancamusa’, pero sonaba muy tétrico. Cancamusa me gusta porque suena bonito, el ritmo de la palabra. Tener un nombre artístico me daba un espacio de cero para desarrollarme”, revela.
Desde pequeña estuvo ligada al arte. Estudió en el Colegio de Cultura y Difusión Artística de La Unión en la Región de Los Ríos y luego emigró a Santiago a profundizar sus conocimientos en la música. Inició tocando batería con el equipo de Joe Vasconcellos y en 2012, comenzó a ser percusionista en la banda de Mon Laferte.
Sobre su relación, comenta: “El cariño está siempre. Las dos tenemos una admiración por la otra como mujeres, también como personas, es como un cariño de hermanas. Es una relación muy cercana, desde hace 10 años, yo era muy chica cuando nos hicimos amigas y hemos estado muy presentes en todos los pasos. Ella siempre me apoyó y siempre vio un potencial de artista en mí, incluso antes de que yo me diera cuenta”.
“Ha sido súper bonito contar con el apoyo de ella. Para mí fue muy importante abrir sus conciertos y después ir a cambiarme rápido de ropa y tocar batería con ella. Eso me formó en muy poco tiempo, y gracias a eso pude en un periodo muy corto subirme arriba de un escenario a tocar guitarra”, agrega.
Ser referente, el futuro y la música
En medio de su participación con Los Bunkers en el Festival de Viña, la imagen de una niña tocando batería mientras miraba la transmisión se hizo viral. Así, la discusión en torno a la presencia de mujeres percusionistas ahora tenía otro rostro, además de Juanita Parra de Los Jaivas.
“No sé si lo veo como una responsabilidad como tal en este periodo – dice Cancamusa sobre ser una nueva referente—. Mi responsabilidad va por ser la mejor música que puedo ser y desarrollar mi trabajo de la mejor manera posible. Después vienen las otras cosas que impactan a la gente. Cuando toco música no pienso en mi género e igual quiero que la gente lo entienda. En el momento en que estamos tocando en la sala, los chicos (Los Bunkers) no están pensando en que ellos son hombres y yo no pienso en que soy mujer. Estamos tocando, simplemente, sin género. Solo como personas y música”.
“Ahora el impacto que viene, cómo eso impacta a las historias de la gente, en sus necesidades y como ellos pueden proyectarse en ti… Eso es otro cuento y es maravilloso. De eso obviamente me hago cargo, y si puedo ser una inspiración para las nuevas generaciones de mujeres, y de hombres también, maravilloso”, reflexiona la artista.
La próxima semana, Cancamusa regresará a México —donde vivió por varios años – a trabajar en proyectos musicales aplazados por la pandemia y por el gran paréntesis de Los Bunkers. Su último sencillo, Te conocí, cuyo videoclip fue grabado en su colegio en La Unión, es el primero de su próximo álbum de estudio, producido por ella y Julián Bernal, quien ha trabajado con artistas como Kali Uchis y Elsa y Elmar.
“El próximo mes se viene una canción nueva. Este año quiero enfocarme mucho en mi lado como baterista - cantante, porque el año pasado desarrollé más mi lado de cantautora, guitarra y voz, algo que no había hecho nunca. Ahora quiero unir a eso la batería y la voz, que es parte de mi identidad como música. Mi nuevo disco tiene un aire un poquito más rockero, pero no es rockero. Tiene un desarrollo en la batería en algunas canciones y eso también es algo que estoy explorando”, explica.
Fanática de los géneros indie y alternativo, cree que la música chilena está marcada por la nostalgia, el clima y la cordillera. Es más, en una década, proyecta una industria nacional cambiada. “Va a ser completamente distinta, si es que ya no lo está siendo. Están llegando muchas culturas de afuera que traen otra música, así que seguro el sonido de Chile va a cambiar”, reflexiona Cancamusa.