Truman Capote fue amigo de algunas de las mujeres más célebres de Nueva York durante la mitad del siglo XX. Babe Paley, Slim Keith, C. Z. Guest, Lee Radziwill y Ann Woodward, todas fueron sus “cisnes”, como les llamaba a las integrantes de un grupo de mujeres que les compartían sus secretos y confiaban en sus consejos.
La relación se quebró irremediablemente en 1975. La revista Esquite publicó en noviembre de ese año La Côte Basque, 1965, un extracto de la que se anunciaba como su siguiente novela (la inacabada Plegarias atendidas, lanzada dos años después de su muerte), donde a través de su pluma exponía los detalles de la vida privada de las mujeres que lo habían acogido en la Gran Manzana. Tomó la precaución de cambiar los nombres reales, pero esos ajustes no evitaron que las aludidas interpretaran esa acción como un imperdonable acto de traición.
La serie Feud: Capote vs. The Swans rescata esa historia, poniendo especial énfasis en su intenso vínculo con Babe Paley (Naomi Watts), la esposa del fundador de CBS, William S. Paley. Hundida en un matrimonio que la hacía infeliz, la socialite se aferró al autor de A sangre fría, hasta que dicho artículo despedazó la confianza que los había unido durante dos décadas. Una ruptura que se volvió más dramática porque a Paley le diagnosticaron cáncer y falleció por complicaciones de esa enfermedad en 1978.
La segunda temporada de la serie antológica (ya disponible en la plataforma Star+) también se detiene en el alcoholismo del escritor, una adicción de la que no pudo escapar en su carrera y que fue determinante en que muriera por una enfermedad hepática en 1984, a los 59 años y apartado del círculo neoyorquino que alguna vez lo abrazó sin condiciones.
En esa turbulenta seguidilla de acontecimientos el responsable de encarnar a Capote es el británico Tom Hollander. El actor de películas como Orgullo y prejuicio (2005) y Bohemian Rhapsody (2018) revisó todas las entrevistas televisadas que alguna vez concedió y leyó algunos escritos que no había leído en su juventud (Música para camaleones fue uno de ellos). Le parecieron “sensibles, mágicos y encantadores”; en cambio, identificó que había maldad en La Côte Basque, 1965, el texto que el escritor tituló en honor al restaurante de cocina francesa con el que se reunía junto a sus amigas.
Curiosamente, el intérprete –recientemente visto en el segundo ciclo de The White Lotus– nunca había dado vida a un personaje estadounidense. La primera vez podría haber sido hace dos décadas, porque fue uno de los candidatos para protagonizar Infame (2006), el largometraje sobre Capote en que finalmente fue seleccionado el inglés Toby Jones.
El actor nacido en Bristol en 1967 se preparó para la ocasión junto a Jerome Butler, un reconocido coach vocal que lo ayudó a que su acento sonara similar al del autor de Desayuno en Tiffany’s, y Polly Bennett, una célebre coach de movimientos que antes había colaborado con actores como Austin Butler (Elvis) y Rami Malek (Bohemian Rhapsody).
Hollander estudió detenidamente los guiones del dramaturgo Jon Robin Baitz, quien oficia como showrunner de esta temporada de la ficción. “Está muy bellamente escrita, Jon Robin Baitz pensó cada palabra. Al final pude improvisar con la voz, pero inicialmente tenía que saber las palabras. Tuve que aprenderlas como pequeños fragmentos de música”, explicó a la revista Interview.
Aunque asumió la tarea de interpretarlo en ocho episodios y Feud se basa en hechos reales, hace una distinción entre la serie y las anteriores biopics sobre el escritor (Capote, la cinta que le reportó el Oscar a Philip Seymour Hoffman, es probablemente la más conocida).
“No creo que debamos pensar en ella como una película biográfica. Las películas biográficas fueron esos dos filmes; esta lo toma como una especie de figura mítica con la que puedes hacer cosas tonalmente”, indicó en una entrevista a Vanity Fair, donde reveló que durante su audición sintió que se esforzó menos que cuando postuló para protagonizar Infame. “Esa es mi confesión”, expresó.
Su trabajo al frente de la producción ha recibido buenos comentarios de la crítica. The Guardian lo describió como “virtuoso” y aseguró que “evita la trampa de la interpretación fácil”. En tanto, la revista Time señaló que “está bien elegido”.
“Hollander no sólo acierta en el efecto remilgado y el jadeo aflautado de Capote. Él encuentra la tristeza de un hombre cuyos demonios han ahogado sus dones y que vendió a sus amigas en un doble acto de desesperación y autosabotaje”, opinó IndieWire.