En mayo de 2021, hace exactos tres años, Amazon Studios anunció una apuesta inédita en este lado del mundo: la realización de tres películas de acción filmadas íntegramente en Chile, con Fábula como casa productora y Alexander Witt en la silla de director. El plan consistía en hacer una trilogía centrada en una joven mapuche que descubre una peligrosa conspiración que amenaza los ecosistemas locales.
El resultado de esa ambiciosa iniciativa fue Sayen (2023), Sayen: La ruta seca (2023) y Sayen: La cazadora, estrenada recientemente en los 240 países en los que se encuentra disponible la plataforma Prime Video. Concluida la saga, Camisa Misas, ejecutiva de la compañía que se desempeña como Head of Local Originals para Chile, Colombia y Argentina, analiza el impacto de los tres largometrajes en el streaming.
“El balance general es muy positivo. Nunca se había hecho algo igual en el estudio en Latinoamérica y fue una apuesta muy grande. No sabíamos muy bien todo lo que nos iba a suceder. Es un gran aprendizaje, pero en general nos sentimos muy complacidos”, explica a Culto.
Misas destaca en particular el desempeño de audiencia de la primera entrega, que se convirtió en la cinta hablada en español más vista del servicio, una marca que mantiene hasta la fecha. “La segunda quizás bajó un poco, pero nos mostró nuevos paisajes, a una Sayen mucho más aguerrida y personajes nuevos. Yo pienso que (con la tercera) cerramos con broche de oro”.
En la tercera y última parte, ambientada en Santiago, la protagonista (Rallen Montenegro) se une a Cóndor, un grupo de resistencia clandestino que planea exponer a Fisk (Aarón Díaz), el empresario detrás de la conspiración de la trama. “Es una película que te mantiene en el borde de la silla todo el tiempo, a la expectativa de si Sayen y sus colaboradores van a lograr o no el objetivo”, señala la ejecutiva colombiana.
A la hora de los análisis uno de los puntos que destaca es la mecánica bajo la que decidieron filmar los tres largometrajes: consecutivamente (en el sur, en el norte y en la capital) y con el mismo director a cargo.
“Para el talento y para el crew hacer tres películas seguidas es un esfuerzo demasiado grande”, sostiene. “La verdad, fue un trabajo muy extenuante para todos. Creo que este era un ejercicio que queríamos hacer y fue el primero, pero a futuro lo haríamos de una manera distinta. Podemos ser igual de eficientes sin necesariamente poner al equipo en una situación difícil”.
Y agrega: “En este caso contábamos con un solo director –maravilloso–, y esa fue la decisión que se tomó. Pero el aprendizaje nos permite (pensar) que no siempre tengamos al mismo director. Obviamente eso lo ha aplicado Hollywood con sus grandes franquicias, y hace siempre que las películas se vean distintas y crezcan”.
Tras lanzar títulos como la comedia Desconectados y las dos temporadas de la serie La jauría, Amazon apunta a seguir impulsando nuevos proyectos en el país. En ese contexto, “Sayen fue una apuesta muy grande, pero que valió la pena”.
“Es una película que trascendió las fronteras de Chile. No es poco que le haya ido bien en Estados Unidos, en India y en otros territorios. Eso demuestra que los contenidos locales originales, bien hechos y de muy buena calidad, pueden viajar internacionalmente, y la importancia que un país como Chile tiene en nuestra estrategia actual para los países de Sudamérica. Y que queremos seguir invirtiendo”.
El próximo estreno chileno de la plataforma es Perra vida, la comedia romántica que protagonizan Daniela Ramírez y Felipe Braun, y que cuenta con la participación especial de Sergio Chamy. Dirigida por Braun y Gabriela Sobarzo, debutará en su catálogo este 24 de mayo.
¿Ha habido ajustes recientes en cuanto al número y a qué tipo de producciones realizar en el país? “La estrategia ha cambiado, sin duda, en los últimos años, pero yo pienso que en este momento estamos en un momento de estabilidad, donde queremos hacer énfasis en los tres países, Colombia, Chile y Argentina, de la misma manera. Y para Chile específicamente queremos traer una parrilla variada. Ahora estamos trayendo títulos de comedia, que no hemos hecho mucho. Vamos a hacer una serie de comedia y otra película de comedia, y estamos desarrollando otros proyectos en una veta dramática, de suspenso y thriller. Tenemos un proyecto que tiene acción, pero está mezclada con el drama que viven los protagonistas”, detalla Misas.
“Hemos encontrado a grandes creadores y productores en Chile. Estamos muy contentos con el trabajo que venimos realizando. Vamos a seguir apoyando a ese talento”, cierra.
Un vertiginoso viaje de nueve meses
Si la primera entrega de Sayen transcurrió en los bosques del sur y la segunda se ambientó en el desierto del norte, la aventura de Sayen: La cazadora se mueve por lugares emblemáticos de Santiago. La cinta tiene escenas en el edificio central del Costanera Center, en el Museo Nacional de Bellas Artes y en la ribera del Río Mapocho, además de incluir persecuciones por diferentes calles de la capital. Ese fue el último gran reto para todos los involucrados en dar vida al proyecto.
“Ahora que miro para atrás, en el momento en que se encargó esta trilogía fue difícil ver que nueve meses iban a ser realmente nueve meses. Era un rodaje muy demandante, por lo que teníamos que ir renovando a parte importante de los equipos”, cuenta Rocío Jadue, directora ejecutiva de películas de habla hispana en Fábula y productora ejecutiva de Sayen. “Si pudiese mejorar algo, sería adelantarme al cansancio físico de los equipos y poder prever eso mejor”, afirma.
“No sé si se notó –espero que no–, pero creo que la generalidad del proyecto trató de ser solamente una gran película, por supuesto que en distintas locaciones. Se trató de mostrar un problema que era contingente a lo que se estaba viviendo no solamente en Chile, sino que también en todos los países situados en el sur”, destaca Jadue.
Frente a la fatiga siempre existía la posibilidad de cambiar a los profesionales que integraban las diferentes áreas. Sin embargo, esa lógica no era viable con Rallen Montenegro, la actriz que interpretó a la protagonista en los tres filmes.
“Los nueve meses de rodaje repercutieron en el cuerpo y en entender los tiempos de acción. Creo que evolucioné un montón y, dentro de las lógicas de la acción, la tercera película evolucionó harto. Son muchas horas de vuelo que se acumulan en la manera de resolver las escenas, fue un buen aprendizaje como actriz. Tal vez la Sayen nunca salió de un perfil más duro, pero es la fortaleza de la heroína que se enfrenta a un gran enemigo”, indica.
“Tal vez en el momento uno está más atormentada que dichosa, pero si retrocediera el tiempo y de nuevo me seleccionaran para el casting, volvería a decir que sí”, asegura Montenegro, junto con dedicar a algunas palabras al desenlace de su personaje. “Hicimos un cierre para que la Sayen viviera tranquila. Me imagino que se devolvió a su comunidad a vivir en paz”.
Por su parte, Rocío Jadue profundiza en su apetito por continuar ejercitando el músculo de la acción en nuevas producciones, un género en el que Fábula no había incursionado desde las dos temporadas de Prófugos. “Feliz haría otra película de acción. Tomaría todo lo aprendido y haría una bajada de lo que hicimos bien y lo que hicimos mal. La idea es seguir creando contenido latinoamericano y chileno para todo el mundo y que trascienda las barreras del idioma”.