Este lunes se conoció que las grabaciones de la tercera temporada del programa Socios por el mundo (Canal 13) se vieron interrumpidas por una tragedia.
El experimentado guía español Toni Espadas, quien acompañaba al equipo liderado por Francisco Saavedra y Jorge Zabaleta, falleció en Etiopía, después de recibir un ataque mientras compartían con la tribu Mursi.
Los conductores del espacio se encuentran en buen estado de salud, según confirmó la estación televisiva en un comunicado en que señalaron que los antecedentes son foco de una investigación.
Lo que se maneja hasta este momento es que Saavedra y Zabaleta estaban registrando imágenes junto a quienes son considerados “los guerreros más agresivos de África”, una tribu conocida por su hostilidad con los extraños y por estar armados en todo momento.
La tribu habita las cercanías al río Omo, en el Parque Nacional que lleva el mismo nombre. Son nómades, por lo que sus lugares para dormir y sus costumbres están diseñados para cambiar frecuentemente de lugar.
La zona por la que se mueven es tan peligrosa como turística; en general todos quienes deseen acercarse deben hacerlo acompañados de un guía que haya tratado previamente con ellos y les haya informado que serán visitados por extraños. Un requisito que, de acuerdo con su recorrido profesional, Espadas habría cumplido.
Dueños de su propia religión y lengua, uno de los elementos que distingue al grupo son los platos que ocupan las mujeres en sus labios. Una costumbre que habría comenzado como un método de protección contra los traficantes de esclavos y que hoy se asocia con la belleza y el estatus; a medida que es más grande, quien lo porta es considerada más valiosa.
En tanto, las marcas en los cuerpos de los hombres representan el número de asesinatos que han cometido en contra de miembros de otras tribus cercanas.
Mientras las mujeres tienen la responsabilidad de las labores domésticas y preparar la comida, la vida de los hombres gira en torno al ganado y a proteger a la tribu de amenazas externas. Una de sus tradiciones más arraigadas es la Dunga, una lucha festiva entre jóvenes en que ocupan varillas de bambú para enfrentarse.