Este 29 de mayo se cumplen 132 años del nacimiento de Alfonsina Storni, una de las escritoras y poetas argentinas más destacadas de la literatura latinoamericana. La autora de títulos como La inquietud del rosal (1916) y Poemas de amor (1918), también se desempeñó como columnista en diversos diarios, en cuyos textos reivindicaba el papel de la mujer en la sociedad y reclamaba el derecho a voto.
Sus ideas iban en sintonía con las de la poeta chilena Gabriela Mistral, contemporánea de Storni. La relación entre la argentina y la Nobel era estrecha. “Ambas dedicaron poemas a la otra y manifestaron públicamente su mutua admiración. Las dos tenían mucho en común: origen humilde, autodidactas, profesoras en gran parte de sus vidas, mujeres solas, rechazadas en los ambientes de elite y literarios de sus países”, escribe Lorena Garrido en el artículo Storni, Mistral, Ibarbourou: encuentros en la creación de una poética feminista.
En 1920, Alfonsina Storni escribió un texto titulado con el nombre de la poeta chilena, que publicó en el diario argentino La Nación. “Hay en Chile una escritora de gran valor: Gabriela Mistral. Maestra, poetisa, cristiana, mujer, Gabriela Mistral es hoy, en América una de las cabezas femeninas más resplandecientes”, inicia el texto.
En su escrito alaba los versos de la oriunda de Vicuña, su carácter de cristiana por “su gran amor al miserable, al indefenso”, su sentido maternal y los tópicos de sus poemas, dirigidos a los niños, a las mujeres y a la naturaleza. “Pero Gabriela Mistral no había escrito todavía lo que escribió hace poco: Los poemas de la madre, pocas líneas, sí, bien pocas, lo suficiente para hacer comprender que el infinito puede reflejarse en una pequeña gota”, redacta la argentina, para luego seguir dando elogios a las palabras de Mistral.
Seis años más tarde, Gabriela Mistral publicó en El Mercurio el texto Algunos semblantes, Alfonsina Storni. En este escrito cuenta cómo conoció a la argentina y lo que hablaron en ese primer encuentro. “Cabello más hermoso no lo he visto: es extraño como lo fuera la luz de la luna al mediodía (…) el ojo azul, la empinada nariz francesa, muy graciosa, y la piel rosada, le dan alguna cosa infantil que desmiente la conversación sagaz de la mujer madura”, escribe.
“Siete días pasamos con ella (…) Pocas mujeres he encontrado tan inteligentes en el trato humano (…) Toda la fiesta de su amistad la hace su inteligencia. Poco emotiva. Llega esto a ser ventaja”, continúa escribiendo Mistral. En el resto del texto alaba la sencillez de Alfonsina Storni y su seguridad en sí misma. “Una mujer que se ha peleado con la fealdad de la vida y que tiene el alma cordial de las que fueron ayudadas o de las que no necesitaron ayuda”, concluye la autora chilena.
El encuentro en Uruguay
Una de las más icónicas reuniones entre ambas poetas tuvo lugar en el Instituto Vásquez Acevedo de Montevideo, en 1938, durante el Curso sudamericano de vacaciones. En esa instancia fueron invitadas las mayores exponentes de la poesía del cono Sur en ese momento: Juana Ibarbourou, Alfonsina Storni y Gabriela Mistral.
Este evento se realizó meses antes del fallecimiento de Alfonsina Storni, quien se suicidó lanzándose al mar el 25 de octubre de ese año.
Quien inició el encuentro fue la escritora uruguaya Juana Ibabourou y luego le siguió la poeta argentina, quien aprovechó el espacio para expresar su profunda admiración por Mistral.
“Mi presencia aquí quiere significar un homenaje a la uruguaya y a la chilena: A Gabriela y a Juana, y en ellas mi adhesión a la mujer escritora de América, mi fervor por su heroísmo cuya borra conozco”, dijo Alfonsina Storni.
En tanto, Gabriela Mistral, quien cerró las presentaciones ese día, dijo en su discurso: “Alfonsina, hermana siamés mía por virtud de la cordillera que nos puso a querernos sin mirarnos nunca a la cara, una del este, la otra del oeste. Cada vez que yo he querido definirla, o sea confesarla, se ríe de esta Gabriela medio cabrera del valle de Elqui y medio lectora de la cartilla”.
“Yo le doy las gracias de tener cuanto yo no tengo y de regalarme lo que no me cayó a mí en suerte. Lo que tiene es el precioso ingenio europeo, el aguijón que perdonamos porque el primer punto en el cual se hinca es el cuerpo mismo de la heridora. Alfonsina es una abeja inédita entre las abejas contadas por los poetas griegos”, dijo sobre la poeta argentina.
Alfonsina Storni falleció a la edad de 46 años. Le sobrevivió su único hijo, Alejandro Alfonso Storni.