La mente tras la nueva serie de Star Wars: “Las precuelas me impresionaron mucho, en específico El Ataque de los Clones”
Star Wars: The Acolyte, la nueva producción de la saga, se sitúa 100 años antes de La Amenaza Fantasma (1999) para desarrollar la historia de una asesina que acecha a los Jedi y provoca la reunión entre un maestro y su antigua aprendiz. Su creadora, Leslye Headland, habla con Culto sobre el tono que le imprimió, sobre los recuerdos que la unen a la saga y sobre fichar al protagonista de El Juego del Calamar para un rol clave.
En todas sus encarnaciones, ya sea en la trilogía original, en las precuelas o en las series para Disney+, la dinámica entre un Maestro Jedi y su Padawan conforma el ADN de Star Wars. Muchos recordarán mejor a Luke con Yoda en Dagobah, otros más jóvenes tendrán inscritos en la memoria a Obi-Wan y Qui-Gon Jinn, y unos cuantos pensarán que ningún lazo es tan poderoso como el que unió a Anakin Skywalker con Ahsoka. En cualquier caso, todos son parte del corazón de la saga, tanto como la Fuerza, los sables de luz y las singulares criaturas que pueblan la galaxia.
La directora y guionista Leslye Headland (1980), una fanática de la franquicia desde pequeña, conocía ese historial de relaciones y sabía todos los matices que podían existir. Para Star Wars: The acolyte, la serie que se ambienta 100 años antes de las precuelas, imaginó a dos personajes que en el pasado desempeñaron los roles de maestro y aprendiz y que se vuelven a ver las caras contra su voluntad. El resultado de esa reunión, según su perspectiva, es “mucho amor, pero muchas dificultades. Y eso lo ves en Star Wars, obviamente, con Anakin y Obi-Wan, y luego con Luke y Vader”.
De acuerdo con lo que muestra la producción en su inicio, Osha (Amandla Stenberg), una reparadora de naves aparentemente inofensiva, es detenida porque se la acusa de haber asesinado a una Jedi. El incidente genera que se reencuentre con Sol (Lee Jung-jae), el Jedi que la entrenó en la Fuerza y fue su mentor desde que la rescató de un incendio que destruyó a su familia hasta el momento en que decidió abandonar la Orden Jedi.
“La relación particular entre Sol y Osha es de extrañeza. Hay mucho amor entre ellos y creo que hay un duelo originado por todos los años que han estado separados”, señala Headland a Culto a través de videollamada.
“Ha sido difícil para Osha no ser parte de la Orden Jedi. Claramente es algo que ella realmente anheló, quiso y soñó para sí misma. Entonces, creo que reunirse con el maestro que la entrenó es una experiencia que no esperaba y con la que está en conflicto. Él está muy feliz de verla y siente casi una reacción paternal al saber que están juntos de nuevo”, explica la cocreadora de Muñeca rusa.
La historia dispara su intensidad cuando se expone que la hermana gemela de Osha, Mae, sobrevivió al accidente en su planeta natal y ahora protagoniza una cacería en contra de diferentes miembros de la Orden Jedi. El giro –que la campaña promocional ocultó, pero se revela tras los dos primeros capítulos, ya disponibles en Disney+– tiene su origen en una experiencia familiar. Según ha compartido en algunas entrevistas, su hermana menor tiene un sistema de creencias completamente opuesto al de ella y mantienen una relación “tensa”.
La serie también está teñida de su dimensión más personal porque es la manifestación de su amor por el mundo creado por George Lucas. Una saga que, según dijo conteniendo las lágrimas durante la última edición de la Star Wars Celebration, le salvó la vida.
Puede que escribiera unos cuantos fan fiction durante su adolescencia y tenga un tatuaje de Leia en su mano, pero eso no quiere decir que en Star Wars: The acolyte no estuviera dispuesta a tomar decisiones audaces. ¿Un ejemplo? Matar a un personaje importante durante los primeros minutos y reducir sus apariciones únicamente a flashbacks.
“Asegurarse de que tanto la luz como la oscuridad coexistan es un tema importante en la serie”, plantea. “Por lo que asegurarnos de que ese tono estuviera presente –oscuro pero también cómico, clásico de Star Wars pero con un nuevo giro– fue muy importante para nosotros. Creo que mucho tuvo que ver con el elenco y con las actuaciones. Hice lo mejor que pude con el guión y ellos tomaron todo a partir de ahí”.
Otro ejemplo de su determinación: a pesar de que hay novelas sobre el período que aborda (llamado la Alta República), todos los protagonistas son personajes nuevos. La única excepción –al menos hasta ahora– es Vernestra Rwoh, una Maestra Jedi encarnada por Rebecca Henderson, su esposa. De ese modo, a diferencia de otros proyectos recientes de la franquicia, evita sustentar sus fortalezas en el fan service.
“Los Jedi se sienten casi intocables”
“Las precuelas me impresionaron mucho cuando las vi por primera vez, específicamente El ataque de los clones y esa escena en la que ves a todos los Jedi sacando sus sables de luz y tienen una gran batalla”, cuenta Leslye Headland, aludiendo a la secuencia del Episodio II en Geonosis en que unos esposados Obi-Wan, Anakin y Padme son rescatados por Yoda, Mace Windu y compañía.
“Se sintió como algo que siempre quise hacer, y que si tuviera la suerte de tener una oportunidad en Star Wars definitivamente querría explorar a múltiples Jedi contra una amenaza”, apunta.
En Star Wars: The acolyte, que se ambienta muchos años antes de esos filmes, los Jedi están en una era de apogeo. Un período donde se mueven a su antojo por la galaxia y sólo recurren al sable de luz cuando está en peligro su vida o la de alguien más. Omnipotentes, también dedican esfuerzos a subrayar que son los únicos seres con la capacidad de controlar la Fuerza, una tensión que la serie también aborda.
“Se sienten liberados, se sienten casi intocables”, indica la realizadora. Eso también se expresa en la forma en que responden a la seguidilla de asesinatos que los afecta. “Sienten una amenaza que realmente no habían sentido en mucho tiempo. Creo que la idea detrás de la forma en que reaccionan consiste en que quieren mantener este conflicto pequeño. Esperan que no crezca, ya que eso sería una mayor amenaza para la Orden como institución”.
Headland estaba inmersa en la escritura de la ficción cuando se desató el fenómeno global de El juego del calamar y el mundo se obsesionó con su retorcida trama y su elenco. Como espectadora, se detuvo en el actor que estaba detrás de Seong Gi-hun (o 456), el protagonista de la historia. Una afortunada sucesión de hechos permitió que Lee Jung-jae se uniera a Star Wars: The acolyte y se transformara en su debut en una producción estadounidense.
“Toda la serie fue una gran revelación, pero JJ en particular pasó por un arco que fue asombroso para mí. Comenzó casi como una caricatura cómica y finalmente terminó como un vengador sediento de sangre. Fue realmente interesante ver ese nivel de actuación y ese nivel de habilidad”, sostiene.
“Con Sol, quien en la serie tiene un arco muy hermoso pero trágico, parecía importante tener a un actor con ese nivel de talento. Me sentí muy agradecida con que JJ aceptara unirse a nosotros en este proyecto”.
Star Wars: The acolyte también cuenta con las actuaciones de Charlie Barnett, Dafne Keen, Jodie Turner-Smith, Carrie-Anne Moss y Manny Jacinto, un elenco que espera la acompañe durante un buen tiempo: según ha deslizado, cuando diseñó la historia proyectó al menos tres temporadas. Está por verse si ese sueño también se hace realidad.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.