Juan José Campanella, director de El Secreto de sus Ojos: “El cine está en el horno, en un estado súper agónico”

Juan José Campanella, director de El Secreto de sus Ojos: “El cine está en el horno, en un estado súper agónico”

El realizador argentino observa un panorama sombrío “especialmente para los que hacemos cine fuera de Hollywood”. Dueño de un extenso recorrido en películas y series, ahora estrena el capítulo número 550 de la longeva La Ley y el Orden: UVE, un gigante de la TV con el que tiene un vínculo desde hace 24 años. En esta entrevista con Culto también habla sobre la inteligencia artificial y el presente de su país.


Juan José Campanella (Buenos Aires, 1959) estaba a días de comenzar el rodaje de El hijo de la novia (2001), la película con Ricardo Darín que le concedería su primera nominación a los Oscar. Egresado de la Universidad de Nueva York, el cineasta argentino ya incursionaba en la industria estadounidense cuando recibió la oferta para dirigir un capítulo de la segunda temporada de La ley y el orden: UVE, el primer spin-off de la popular serie que dominó la televisión norteamericana a partir de los años 90.

Su comunión con el equipo –y con el elenco encabezado por los actores Christopher Meloni y Mariska Hargitay– fue tan buena que volvió a trabajar en la producción policial en los siguientes nueve años. Luego se tomó una pausa de casi una década (se enfocó en la cinta animada Metegol y en otros afanes) y regresó en 2020; desde entonces ha realizado episodios en cada uno de los ciclos posteriores. Es un mundo en el que se siente como en casa.

Foto: Heidi Gutman/NBC

“A mí el thriller me gusta mucho, el policial me gusta mucho”, señala a Culto. “Los capítulos a veces son sobre cómo agarrar al asesino, pero a veces son sobre las reacciones y el caos que este crimen provoca en la familia. O sea, uno tiene variedad: tiene momentos de acción, tiene momentos de drama intenso. Así que me encanta como director”.

Esa es la explicación profesional, porque su vínculo con la serie también tiene una dimensión más íntima: su amistad con Hargitay, la icónica detective Olivia Benson de la ficción. “Su primer hijo tiene la edad de mi primer hijo, nacieron el mismo año, yo la dirigí embarazada. Ahora los dos están por ir a la facultad”, explica.

En síntesis, cada vez que vuelve al set de La ley y el orden: UVEes como una reunión de amigos. Y, la verdad, si uno puede trabajar en lo que le gusta, en un ambiente en donde estás con amigos, creo que cualquiera saltaría ante la oportunidad de ese trabajo”.

Campanella dirigió el episodio número 500 y ahora presenta el número 550. Titulado Marauder (llega este martes 18 a Universal TV), gira en torno a la investigación que Olivia Benson emprende a raíz del 20° aniversario de la desaparición de la hermana de la agente del FBI Shannah Sykes (Jordana Spiro), determinando que existen varios casos sin resolver que apuntan al mismo responsable.

Foto: Virginia Sherwood/NBC

En esta entrevista el ganador del Oscar por El secreto de sus ojos (2009) también se explaya sobre la inteligencia artificial, sobre su siguiente proyecto cinematográfico tras El cuento de las comadrejas (2019) y sobre el presente de la industria y de su país.

-La temporada 25 de La ley y el orden: UVE es más breve que las anteriores como consecuencia de la huelga de guionistas y actores en Hollywood. ¿Se sintió diferente trabajar en la serie esta vez?

No. Como no se sabía cuándo terminaba –ni siquiera hubo preavisos–, cuando se terminó salimos todos corriendo y nos duró ese estado interno de aceleración. Pero la verdad es que se manejó muy bien y los capítulos en sí son iguales. Lo único es que es una temporada de 13 (episodios).

-Esta serie se continúa haciendo con el modelo clásico de la televisión estadounidense. Ud. también ha realizado series para servicios de streaming (Los enviados, Night sky). ¿Hay algo particular en La ley y el orden: UVE que no encuentra en un proyecto para plataforma?

A todos nos gusta que lo que hacemos se vea, y que se vea mucho, si es posible. A mí lo que me da La ley y el orden es que si estás en Chile, en Costa Rica, en cualquier lado, les interesa. Uno tiene la seguridad de que lo que está haciendo se va a dar en todo el mundo. Esto no es lo único que hago, hago otros proyectos, incluso proyectos que he creado yo, o en los que estoy más involucrado como showrunner… Y no sabes qué va a pasar, siempre está el miedo y la posibilidad real del fracaso, de que no se vea. Así que estar en algo establecido te da tranquilidad. Ese es otro elemento para querer trabajar ahí, realmente está muy bueno. Y el desafío no es solamente crear algo nuevo, sino cómo mantenerlo fresco. Que no sea un producto viejo, sino que, si viene alguien tras diez años sin ver la serie, se va a encontrar con un cambio dramático, que el que la ve seguido por ahí no se da cuenta, porque fueron cambios lentos. Pero está en permanente evolución.

Foto: Virginia Sherwood/NBC

-Ud. siempre ha compatibilizado su carrera en televisión con su carrera en cine, son caminos que han corrido a la par. ¿Ha sido más complejo compatibilizar ambas durante la última década?

Bueno, el cine ha desaparecido prácticamente. Así que estoy ahí con un duelo tremendo; viendo qué pasa con la industria permanentemente, viendo los cambios, añorando que vuelva el viejo modelo, añorando que volvamos a tener una ventana de cine larga. Yo lo veía venir. Lo que nunca vi venir es la aceleración que sufrió este cambio durante la cuarentena. Pero la audiencia ha sido entrenada a no ir al cine. Así que es un serio problema. Casi te diría hoy que mi carrera de cine… Tengo un proyecto para el año que viene, pero son cosas que uno hace ahora por placer, porque soy director de cine y porque me gusta la pantalla grande. Pero sabrás los números. AMC, la cadena de cines, está a punto de quebrar. Warner tiene millones de dólares de deuda. Están todos en el horno. El cine está en el horno, lamentablemente. Así que ya no son carreras paralelas. La televisión ha ganado. O por lo menos está ganando estos rounds. La pelea sigue. ¡A ver si con el cine volvemos como Rocky!

-En términos globales, Ud. diría que está en un estado agónico.

Sí, sí. El cine está en un estado súper agónico. Especialmente para los que hacemos cine fuera de Hollywood. Más aún.

-En septiembre pasado Ud. se refirió a la campaña presidencial en Argentina. ¿Tiene una opinión respecto a los primeros meses de gobierno de Javier Milei?

Sí, la tengo, pero me la voy a guardar. Vos sabes que yo en los últimos diez años he sido muy vocal con respecto a esto (la contingencia política de Argentina). Pero en la primera vuelta de las elecciones me di cuenta de que no servía para nada mi opinión, que si la digo lastima los proyectos en los que trabajo, que la sociedad no la sigue. Uno a veces dice algo que está a tono con la sociedad, entonces tiene la ilusión de que influyó. (En verdad) dio la casualidad de que estaba a tono con la sociedad, pero no influye para nada. Y la verdad es que el proceso es muy complejo y no tengo una opinión clara. Como muchos, estamos bastante confundidos. Entonces me la voy a guardar para el café.

Foto: Heidi Gutman/NBC

-Uno de los grandes temas de la huelga de guionistas y actores en Hollywood fue el uso de inteligencia artificial. Es un gran debate. ¿Cuál es su perspectiva sobre eso?

Con los directores se resolvió que no se puede usar inteligencia artificial, excepto si la quiere usar el director como herramienta. Es un debate muy grande. Pero también me encanta la tecnología, he estudiado ingeniería, es una parte de mi vida. Y mucho de lo que se dice inteligencia artificial no es nada más que avances en los efectos visuales y de audio. A eso no le tengo miedo en absoluto. Al contrario. Para nosotros, los que hacemos cine en Argentina o en Chile, que se democratice todo esto y que bajen los costos… Me encanta. Que no sea propiedad de Hollywood solamente, me encanta.

“Cuando reemplace al ser humano… Ya estamos hablando de cosas más avanzadas (…) Eso obviamente te da miedo. Debería ser controlado; yo no digo frenado, digo controlado, mejor. Pero en definitiva me parece que la IA, como existe ahora, solamente puede reemplazar al mediocre y nunca va a reemplazar al bueno. La IA, como funciona ahora, es un enorme recopilador y procesador de ideas de otros, pero que no tiene ideas propias. En realidad es una viveza artificial, más que una inteligencia artificial. Así mientras tanto no, no me preocupa demasiado.

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