*A banda (1966)
Grabando en los inicios de su carrera -en el despegue de los años 60- música para teleseries y para obras de teatro, Francisco Buarque de Hollanda tuvo una revelación tan lógica como epifánica: el poder que podían tener las letras cuando se les sumaba la melodía correcta. O sea, no bastaba con una lírica de vuelo mayúsculo; también había que adherirla a bellas composiciones que fueran capaces de adquirir una estatura universal.
De esa manera, despachó sus primeras piezas, tomando el pulso de lo cotidiano, el mundo que lo circundaba, pero también el Brasil de mediados de los 60. Conoció la metáfora, así como también empezó a ejercitar la observación social, el aspecto que marcaría el destino de su trayectoria.
Para presentarse en el Festival de Música Popular Brasileña de 1966 presentó el tema A banda, el que después de una larga deliberación del jurado resultó ganador. Fue su primer gran golpe a la cátedra y la composición que lo hizo conocido en su país, integrándola a su debut, Chico Buarque de Hollanda, vol. 1 (1966).
Un track que despunta alegría, sostenida en una guitarra que resuena al mejor eco de la MPB, descansando después en una marcha, una suerte de banda de desfile. Una canción imprescindible en la discografía del hombre nacido en Río de Janeiro y que ha sido versionada por Astrud Gilberto y Dalida, además de contar con varias entregas en otros idiomas.
*Apesar de você (1970)
Hacia 1969, y ya con un resonante éxito en su tierra, Chico Buarque decide autoexiliarse en Italia ante el continuo hostigamiento de la dictadura militar instalada en su país. Vuelve en 1970, donde algunos cercanos le aseguran que el ambiente ha cambiado y flotan mayores libertades. Nada: el cantante advierte que la represión y la censura siguen acechando.
Por lo mismo, se las ingenia para concebir una fórmula única. Una canción dura y crítica contra el régimen del militar Emílio Garrastazu Médici, pero a ritmo de samba. Alegría contagiosa para hablar de las penurias de una nación. Es, también, parte de su marca registrada.
“A pesar de usted, mañana será otro día”, es parte del coro, en un relato donde los dardos hacia la dictadura se camuflaban bajo la narración de una pelea de amantes, uno de sus recursos literarios más habituales. El tema logra pasar la censura, pero por poco tiempo. Cuando los hombres de uniforme descubren su significado, la vetan de radios y TV, y allanan las oficinas del sello Phillips para quemar todas las copias del single.
Buarque vive momentos de aflicción, pero logra torcer la historia a su favor. Años después, en 1978, Apesar de você la puede incluir en uno de sus trabajos, siendo parte del fundamental disco homónimo de esa misma temporada.
*Construção (1971)
Quizás su obra más emblemática. El gran himno sudamericano al mundo obrero junto a Te recuerdo Amanda, de Víctor Jara. Y no sólo se trata de una composición bellísima en términos melódicos y brutal en el aspecto lírico; también guarda una elocuente complejidad en su arquitectura rítmica.
La letra fue compuesta en versos dodecasílabos, que siempre terminan en una palabra esdrújula. Los 17 versos de la primera parte son prácticamente los mismos 17 que componen la segunda parte, cambiando sólo la última palabra.
Los arreglos son del maestro Rogério Duprat, en una melodía repetitiva, inicialmente desarrollada sobre dos acordes. Sin embargo, la música se va complejizando y la armonía orquestada adquiere una naturaleza cada ves más intrincada.
Una obra maestra en el relato más duro de Buarque a la hora de describir la relación entre el hombre y su trabajo, también en plenos años de dictadla brasileña.
En 2001, el periódico Folha de São Paulo, en una encuesta de 214 votantes (incluyendo periodistas, músicos y artistas de Brasil), eligió Construção como “la segunda mejor canción brasileña de todos los tiempos” - después de Águas de Março, de Tom Jobim. En una elección en 2009, impulsada por la versión brasileña de la revista Rolling Stone, Construção fue votada como “la mejor canción brasileña de todos los tiempos”. Una victoria merecida.
*Cálice (1978)
Una canción escrita en 1973, y también censurada y perseguida por la dictadura militar. Bajo la autoría de Chico Buarque y Gilberto Gil, tenía otro truco literario propio de los autores: mezclaba las palabras “cáliz” y “cállate”, hilvanando un relato ambiguo donde se desafiaba al dictador desde la alegoría.
Gil había compuesto el estribillo “Padre, quita de mí esta copa/ de vino tinto de sangre” , en obvia alusión a la agonía de Jesucristo en el calvario, pero también como referencia al sufrimiento de su país en temas como la tortura y las desigualdades sociales.
Por lo mismo, la hermosa Cálice -con su coro inicial, sus cambios de ritmo, su tono amenazante- no pudo salir hasta 1978, cuando también integró el título homónimo de Buarque , aunque las partes de Gil las tomó otro ilustre, Milton Nascimento.