La música chilena está de luto. En particular el folclor, género que ha sufrido la pérdida de una de sus voces y figuras emblemáticas: la cantante y actriz Silvia Infantas ha muerto a los 101 años.

Su deceso se produjo la tarde de este miércoles 19 en la residencia Luz Judith, ubicada en Macul, donde estaba desde hace un tiempo. Así lo confirman a Culto desde su círculo cercano.

Nacida el 14 de junio de 1923 en Santiago, Silvia Infantas fue una de las grandes responsables en la popularización del folclor en el país, quizás la última gran figura del género en su acento más tradicional. Su voz está marcada a fuego en la interpretación de La consentida, parte del acervo cultural chileno -y de la cueca local- a través del grupo Silva Infantas y Los Cóndores.

Antes de ser la voz detrás de clásicos del cancionero folclórico, Sylvia Elvira Infantas forjó una carrera teatral formando parte de elencos dirigidos por nombres como Fernando Debesa, Eugenio Dittborn, Claudio di Girolamo y Pedro Mortheiru.

Pero la música estuvo desde muy temprano ya en su vida. Su padre era el cantante de ópera y compositor Jorge Infantas y habitaba una casa de cuatro hermanos, dos hombres y dos mujeres donde el sonido de la guitarra y el piano era recurrente, cimentando la ruta que seguiría años más tarde.

Pese a que su padre advirtió que una carrera musical significaba sacrificio y le recomendó desistir, no hizo caso. Su primera aparición en el circuito artístico la hizo en 1942 junto a su hermano, juntos empezaron a frecuentar programas radiales interpretando boleros. Tan solo un año más tarde la revista “Radiomanía” la eligió entre las mejores cantantes melódicas de 1943.

Para mitad de la década del 40 su inclinación por el mundo artístico le abriría paso por la actuación. Entre 1946 y 1952 fue actriz del Teatro de Ensayo de la Universidad Católica donde participó de obras como El cid, El burlador de Sevilla, El gran farsante y La anunciación a María, este último montaje le entregó un Premio Caupolicán a Mejor Actriz en 1950.

Las voz de la tonada nacional

Para los primeros años del 50, Infantas se había casado con Hernán Arenas, un guitarrista que integraba el trío folclórico Los Baqueanos  junto a Pedro Leal, Gerardo Ríos y Luis Garrido.

En 1953, el grupo tenía comprometida una gira en Argentina que contemplaba un paso por Mendoza acompañados de la cantante Mirta Carrasco. El azar hizo que la vocalista volviera a Chile y puso a Silvia como la intérprete del grupo para poder finalizar las fechas.

“La cantante que iba con ellos tuvo problemas en Santiago y tuvo que regresar, quedaban dos programas por hacer”, recordaría Silvia en una entrevista para Radio Cooperativa. Los Baqueanos necesitaban una nueva voz y Pedro Leal le sugirió a Arenas que Infantas podía hacerlo.

Así y casi por casualidad, pasó a ser la voz del grupo, ahora bautizado como Silvia Infantas y Los Baqueanos. La formación perduró hasta 1959 y editaría aquel mismo año el álbum Música para la historia de Chile.

Tonadas para Manuel Rodríguez y La Consentida

Detrás de las composiciones que integran la obra clásica de la tonada nacional está la voz de Silvia Infantas. Este es el motivo por el cual con el pasar de los años sería reconocida por ser uno de los nombres que acercó la música folclórica a las grandes masas.

Su forma de cantar cautivó al compositor y pianista Vicente Bianchi que convocó a Los Baqueanos para interpretar una de sus piezas fundamentales: Tonadas para Manuel Rodríguez. El músico había comenzado a trabajar en esta obra en 1955 a partir de versos del poeta Pablo Neruda. Silvia entraría a la historia cuando recibió una llamada que le ofreció a ella y su grupo ponerse al frente del micrófono para darle vida a esta obra.

“Estábamos actuando y me dicen que llaman por teléfono. Llaman de parte de Vicente Bianchi, que necesita que nosotros le demos una respuesta porque él tiene unos temas de Pablo Neruda hermosos. Les quiere poner música y necesita un conjunto que lo interprete y una voz de mujer”, recordaría en entrevistas posteriores.

Tras consultar con los otros integrantes, Los Baqueanos aceptaron y grabaron la canción. “(Pablo Neruda) estaba feliz y contento y quería que a cada rato le cantáramos las canciones. Estaba fascinado”, contó Infantas sobre la reacción del poeta cuando se le presentó la versión final y coincidieron en el lanzamiento.

Otra de sus interpretaciones que viven en el imaginario colectivo es La Consentida. Infantas es la voz detrás de la versión más conocida de esta composición de Jaime Atria. El autor ganó el Festival de Viña de 1961 que para el certamen fue interpretada por el grupo los Guainas. Silvia la haría suya más tarde junto a su nueva agrupación, Los Cóndores.

Cuando esta última agrupación se disolvió en 1969, regresó a la actuación y participó del montaje La pérgola de las flores en 1970 donde encarnó a Carmela. Los años posteriores continuó su carrera en el teatro hasta que se retiró la circuito artístico.

Reconocimientos

En 2009 fue nombrada Figura Fundamental de la Música Chilena por la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD). En 2015 fue galardonada con el Premio a la Música Nacional Presidente de la República en la categoría Música folclórica. Sin embargo, fue el lunes 28 de marzo de 2016, en un acto oficial, en el Patio de las Camelias del Palacio de La Moneda, el día que la artista recibió a sus 92 años y de manos de la Presidenta Michelle Bachelet el galardón a la música chilena que lleva ese nombre.