Uno de los lugares favoritos de Mariana Enriquez de las ciudades son los cementerios. Por ello -y en su condición de viajera connotada- cada vez que llega a alguna urbe suele visitar los camposantos. Esas visitas las plasmó en un libro con vívidas crónicas titulado Alguien camina sobre tu tumba, que en 2018 publicó en Chile a través de la casa editora independiente Montacerdos.
“Toda mi infancia transcurrió durante la dictadura argentina, que entre otras muchas cosas, hizo desaparecer cuerpos. La idea de un cementerio y una tumba me parece triste, pero en un sentido político me parece el final. Así tendría que terminar uno, o de la manera que prefiera, pero nunca arrebatado por un autoritarismo político”, explicó la autora al sitio Traveler, de España.
Hoy, el libro vuelve a circular en una nueva edición, corregida y aumentada, en que se agrega una nueva crónica. La de su visita al Cementerio Municipal Sara Braun, de Punta Arenas, al que define como: “El cementerio más hermoso de mundo”.
“Si se mira la ubicación en un mapa, es terrorífico, lovecraftiano. Parecen los huesos de un animal mitológico extendido sobre el agua helada. Por supuesto esta sensación no es obvia en Punta Arenas, con su mezcla de palacios de ganaderos, restaurantes de comunidades -sobre todo de la croata- y bares donde se bebe fuerte”.
Una de las cosas que capturó la atención de la escritora argentina, fueron los icónicos árboles que adornan el cementerio, que suelen salir casi en cualquier foto del camposanto. “En el libro de información turística del arquitecto Julio Fernández Mallo se los nombra como cipreses macrocarpa y los describe como ‘formas cónicas muy compactas, poco transparentes y estilizadas’. Lo son, pero toda definición se queda corta o no da idea de lo que va a verse: al principio, es todo lo que el visitante puede observar, o todo a lo que puede prestarse atención. Son árboles muy altos, sin tronco, anchos: como misiles verdes enormes o, si uno lo piensa en términos sexuales, como gigantescos penes de un monstruo del bosque”.
También comentó el impresionante mausoleo de José Menéndez, el “Rey de la Patagonia”. “El mausoleo, blanco, con un ángel sobre la cúpula, podría ser más fastuoso pero está en el punto justo de elegancia. Lo construyó el maestro mayor de obras de origen croata Tomislav Boric: no se diría que esta pieza arquitectónica está hecha para destacarse de las demás, pero Menéndez fue un hombre peculiar”. Y unos pasos más allá, Enriquez describe otro highlight del cementerio. La llamada Tumba del Indio Desconocido.
“Es una estatua de bronce inspirada en la foto de un selk’nam. Delante hay una placa de bronce con unas líneas de un poeta de Punta Arenas, José Grimaldi Acotto: ‘El indio desconocido llegó desde las brumas de la duda histórica y geográfica. Y yace aquí cobijado en el patrio amor de la chilenidad’. La estatua de bronce, que parece representar a un hombre muy joven, o a un adolescente, está rodead de placas de verdad, porque la figura está contra una pared y flanqueado por dos más, en una especie de corral”.
Y asimismo, Enriquez rescata otro detalle que el polvo parece querer borrar. “El cementerio está repleto de soldados y pioneros: víctimas de barcos hundidos cerca de las islas Malvinas durante la Primera Guerra Mundial (a ellos los recuerda una inquietante águila germánica, una roca, falsas granadas, todo el conjunto protegido por cadenas); el primer cazados de ballenas, Adolf Andersen, que tuvo su fábrica de desguace de cetáceos en Bahía Decepción; el fastuoso mausoleo de José Montes, otro de los zares de la ganadería y los frigoríficos; un terreno destinado a niños muy grande, mayor que en otros cementerios, casi todas las tumbas cubiertas por cunas blancas de modo que el sector parece un pabellón hospitalario”.
En la citada charla, Enriquez describió lo que más le gusta de los cementerios: “Encuentras lugares totalmente vacíos y lugares extremadamente concurridos, como si fueran un museo lleno de piezas famosas. Como el cementerio de la Recoleta en Buenos Aires. Encontrar las diferencias y las continuidades me entusiasmó. También las historias de personajes anónimos que lograron fama después de la muerte”.
En esta nueva edición de Alguien camina sobre tu tumba, también se encuentra visitas a los cementerios de Barcelona, la Recoleta (Buenos Aires), Montparnasse (París), Frankfurt, Lima, Highgate (Londres) e incluso la tumba de Elvis Presley en Graceland. El volumen ya está disponible en el sitio web de Montacerdos y pronto se espera su llegada a librerías.