El documental biográfico de la intérprete del hit My heart will go on, Soy Céline Dion, se estrenó este martes 25 en Amazon Prime Video y reveló impactantes registros sobre la salud de la cantante, quien sufre el Síndrome de la Persona Rígida. Fue en 2022 que la artista hizo público su estado de salud y, en la actualidad, se mantiene alejada de los escenarios y del ojo público, salvo por medidas apariciones, como en los pasados premios Grammy.
“Esta película contiene escenas impactantes de trauma médico. Se recomienda precaución al espectador”, es el texto que abre el registro audiovisual de 1 hora y 43 minutos. En la cinta documental, dirigida por Irene Taylor, se desclasifican los detalles de la enfermedad que padece Céline Dion hace 17 años y que comenzó con espasmos vocales, según ella misma relata.
Además de evidenciar los desafíos de la enfermedad y cómo esta impacta en su carrera musical, la pieza explora la infancia de Dion, sus embarazos y el fallecimiento de su esposo y padre de sus hijos, René Angélil, en 2016.
Dos son los videos que han causado conmoción tras el lanzamiento del documental. El primero de ellos aparece dentro de los primeros 5 minutos y se muestra a la cantante en el suelo de una habitación de hotel, siendo atendida por su fisioterapeuta y personal de salud.
“El año pasado me puse tan mal que no podía ni caminar. Perdía el equilibrio y me dolía mucho. Sigo sin poder usar la voz. Echo mucho de menos la música, pero también a la gente”, afirma Dion.
Sin embargo, es la segunda crisis la que despertó mayor preocupación. Esta ocurrió durante el rodaje de la cinta y puede visualizarse al final del registro. Según reveló la directora, Irene Taylor, fue la misma cantante quien autorizó el uso de la grabación. Es más, se puede ver cómo su fisioterapeuta le pregunta si desea que los camarógrafos se retiren, a lo que ella responde que no.
“Cuando trato de respirar, mis pulmones están bien. Lo que está frente a mis pulmones se pone tan rígido por el Síndrome de la Persona Rígida, que me…(canta con dificultad) Eso es lo que pasa, y me cuesta mucho oír eso… y mostrales esto a ustedes. No quiero que la gente lo oiga”, relata la cantante canadiense entre lágrimas.
Así, el documental contrapone su testimonio sobre el tratamiento de una enfermedad sin cura, con momentos de su pasado esplendoroso en la música.
El impacto de la enfermedad
En 2022, Céline Dion informó a sus seguidores y al mundo que no podría seguir con sus compromisos musicales, ya que sufría una extraña enfermedad: el Síndrome de la Persona Rígida. Si bien comentó su estado de salud, no dio mayores antecedentes al respecto.
Lo que revela Soy Céline Dion es que la cantante sufre este síndrome hace 17 años, es decir, mientras aún estaba activa sobre los escenarios. De esa forma, la intérprete relata en el registro cómo fue vivir la enfermedad en silencio y a la par de una exigente carrera musical.
“Necesito mi instrumento. Y mi instrumento no estaba funcionando. Así que subimos la dosis. El medicamento tiene su duración. Estaba llena de adrenalina y se escuchaba al público: ‘¡Céline, Céline, Céline!’ Se acabó a los 20 minutos. Salí del camerino, fui tras bambalinas y le deseé suerte a todos. El público enloquecía (…) Pero luego sentí un espasmo y me subió la voz. Había pasado el efecto del medicamento. Se había acabado. Eran 80 y 90 miligramos de diazepam por día. Un medicamento de varios”.
Asimismo, detalló las “trampas” — como ella les denominó— que hacía para poder enfrentar los conciertos. “Tocaba el micrófono como si no estuviera funcionando (…) Hubo momentos en los que tuvimos que parar el concierto. Un cambio rápido, pero nunca volvía. La mentira pesa mucho ahora”, profundiza con pesar.
“Cuando tuve que cancelar conciertos tuvimos que explicárselo al público y a la gente. Mintiendo. No puedo seguir mintiendo. Desde una sinusitis hasta una otitis. Cualquier cosa”, agrega.
Tras dos años retirada de la música, Céline Dion pretende volver a cantar, según muestra el registro de Prime Video. Sus avances son lentos y no podría decirse que seguros. Incluso, es después de los numerosos intentos por interpretar sus canciones que la artista sufre una de las crisis que quedó inmortalizada en el documental.
Vida personal
El registro audiovisual se intercala entre el presente y el pasado, con testimonios en video de Céline Dion, fragmentos de entrevistas y su propia narración. Así, la cinta también entrega antecedentes personales de la artista de 56 años.
Con trece hermanos y hermanas, Céline Dion recuerda los crudos momentos financieros que vivió su familia y la entereza de sus padres, quienes se conocieron gracias a la música. “Mis padres renunciaron a sus sueños por nosotros. Papá trabajó, y mamá hizo lo posible. Pero, a veces, no había nada en el refrigerador. Nunca nos decía que no teníamos nada para comer”, relata.
Asimismo, rememoró sus primeras incursiones en la música. “No solía cantar sola. Cantaba a los cinco años sobre la mesa de la cocina. Cantaba para mi público, que era mi familia (…) Hacía de cuenta que estaba sobre el escenario y que estaba dando un concierto”.
A través de ese relato, la cantante quiere dejar algo en claro: desde siempre, ella y la música han sido una. Esto explica el dramatismo de su condición actual, donde su principal instrumento, que es su voz, es trastocado por esta extraña condición. “No inventé a la persona que soy hoy. No me creé a mí misma. Es lo que soy”, sentencia.
El documental también dedica un espacio a la familia que formó con René Angélil, quien fue su mánager y esposo desde 1994. En el registro, se ahonda en el impacto personal y mediático que causó el primer hijo de Céline Dion, René. “Soñé mucho con esto. Fue como conocer la vida por primera vez. Llevo 20 años en el mundo del espectáculo. Siempre di todo. Di mi vida, pero no pude vivirla”, dice en una entrevista que rescata el filme.
Además, se muestran imágenes de sus otros dos hijos, los gemelos Eddie y Nelson, quienes aparecen recurrentemente en la cinta en el domicilio de su madre.
A pesar de lo crudo y emotivo que resulta el documental, la artista entrega un mensaje de esperanza y resiliencia. “Si no puedo correr, caminaré. Si no puedo caminar, me arrastraré. No voy a parar”, afirma decidida entre lágrimas.