Rashida Jones (Los Angeles, 1976) coescribió uno de los episodios más recordados de Black mirror (Caída en picada, encabezado por Bryce Dallas Howard) e interpretó a la abogada de Mark Zuckerberg en la película Red social (2010), de David Fincher. Ahora protagoniza y produce Sunny, una serie de la plataforma Apple TV+ (que se estrena este miércoles 10) en que encarna a una mujer en duelo que debe lidiar con el robot que su esposo diseñó especialmente para ella.
Distribuidos en el tiempo, todos esos proyectos en una misma carrera podrían no significar nada particular. Pero basta escuchar a la estrella de Parks and Recreation para constatar que la tecnología es un tema que le genera especial interés y en torno al que tiene una mirada crítica.
“Creo que es un recordatorio de que estamos solos, aunque en cierto modo nos vendieron esta idea de que nos conectaría más y nos haría más globales. Que nos haría sentir lo mismo y nos haría sentir vistos. Pero creo que ahora podemos decir con seguridad que eso no siempre es cierto, que a veces la tecnología nos hace sentir más fracturados, más separados, más solitarios”, indica en diálogo con Culto.
La actriz concede esta entrevista desde Japón, uno de los países a la vanguardia en desarrollo tecnológico y en robótica. Allí, entre Kioto y Tokio, filmó los diez capítulos que componen Sunny, la serie en que asume el rol de Suzie Sakamoto, una mujer estadounidense que al inicio de la historia debe asimilar que se ha perdido el rastro del avión en el que viajaban su esposo (Hidetoshi Nishijima) y su hijo.
Su confusión y dolor luego se tiñen de rabia, cuando en la puerta de su casa aparece Sunny, un robot de uso doméstico que fue creado por su pareja. Un marido que, ahora se entera, no trabajaba en una empresa de refrigeradores, sino que en una compañía que desarrolla máquinas pensadas para brindar compañía a los humanos.
“Creo que este deseo de intentar descubrir la verdad es un medio para sanarse. Suzie busca algo a lo que aferrarse. Creo que en cierto sentido ella es algo optimista, porque está buscando una razón para creer que la vida que tuvo era real. Y eso no siempre es cierto mientras se desarrolla este misterio. Ella descubre cosas que la hacen sentir traicionada y que su vida no era lo que pensaba”, explica Jones, para luego detenerse en el desafío que implicó encarnar a su personaje, una atribulada mujer con la que considera comparte pocas cualidades.
“Fue muy difícil interpretarla. No soy una actriz de método ni nada parecido, pero siento que tiene ser real para mí, si va a parecer real para alguien más. Vivir en ese tipo de oscuridad, en mis propios sentimientos, puede ser difícil, así que tuve que encontrar formas de dejarlo ir al final del día, al final de la semana o al final del rodaje, para no cargar con eso por el resto de mi vida”.
Mezcla de thriller y comedia negra, la producción se centra en la evolución del vínculo entre la protagonista y el alegre robot que da nombre a la serie. Suzie abandona el rechazo inicial y, casi sin darse cuenta, forma un lazo con una entidad que parece demostrar que tiene sentimientos genuinos e ideas plausibles (la actriz Joanna Sotomura aporta con su voz y expresiones faciales). De ese modo, se transforma en un soporte emocional y en una aliada mientras lucha por descubrir la verdad que esconde la desaparición de su familia.
Esa es una variación importante respecto a lo que estipulaba la novela en que se basa el proyecto, The dark manual (2018), del escritor irlandés Colin O’Sullivan, donde el robot es hombre y tiene una tensa relación con la protagonista.
“Estaba interesada en que Sunny fuera un personaje diferente al del libro. ¿Qué pasaría si estuviera realmente allí para tratar de ayudarla a superar este momento de tragedia? Entonces, transformé a Sunny en una robot femenina y creé una especie de arco de amistad femenina”, detalla Katie Robbins, showrunner de la ficción. En sintonía con ese viaje, “Sunny y Suzie comienzan a volverse un poco similares a medida que se acercan”.
Un microcosmos
Rashida Jones y el resto del equipo estaban inmersos en las filmaciones en Japón cuando nació ChatGPT, la popular aplicación desarrollada por OpenAI. Antes, en 2019, cuando Katie Robbins empezó a escribir el piloto, “no estábamos tan avanzados en cuanto a nuestra experiencia con la IA como lo estamos actualmente”, analiza la realizadora.
“(ChatGPT) realmente cambió el panorama de una manera a la vez extraordinaria y un poco aterradora”, apunta Robbins. Por un lado, reconoce sentir temor ante las posibles implicancias para el oficio de los guionistas, “pero, al mismo tiempo, la IA tiene la capacidad de hacer grandes cosas. El tipo de esfera de la inteligencia artificial en el que Sunny se inspira, este concepto de la interacción humano-robot, tiene un gran potencial”.
Y profundiza: “Es maravilloso cuando intentamos conectarnos con las personas, pero eso nos vuelve vulnerables, porque las personas terminan contigo, se van o mueren, y te dejan herido. En teoría, un robot no haría ninguna de esas cosas, por lo que es una forma más segura de conectarse y puede hacer que las personas recuperen el hábito de abrirse”.
“Estamos en este tipo de punto de presión con la IA, donde tenemos que decidir cómo la vamos a usar. ¿La usaremos para bien o para mal? No sé dónde acabará eso... ¡Me gustaría tener esperanza! Y creo que la serie es esperanzadora en algún nivel sobre dónde acabaremos. Creo que Sunny es, en muchos sentidos, como un microcosmos para esta pregunta: a veces parece realmente buena y a veces parece que tiene objetivos nefastos”, agrega la showrunner, quien concede que las últimas novedades en ese campo probablemente repercutirán en la recepción de la historia.
“La IA se integrará en nuestras vidas de una manera bastante impactante”, observa Jones, menos entusiasta con la innovación tecnológica de ese perfil. “Siempre he pensado que el hecho de que los humanos traten de desarrollar estas cosas que son como nosotros realmente parece una forma extraña de hacer una investigación psicológica sobre nuestra propia humanidad. Es casi como si pudieras crear un espejo y hacer que se sienta como nosotros, y a través de eso intentáramos descubrir qué significa ser humano”.
Según su perspectiva, “Sunny trata en gran medida de lo que significa ser humano. ¿Es inherentemente solitario estar vivo? ¿Es realmente posible conectarse con otra persona sin abrir completamente tu corazón y ser traicionado o que te mientan, como ocurre por momentos en la serie? ¿Y puedes hacer eso con un robot? ¿Puede un robot sentir la posición de un ser humano? ¿Puede sustituir al ser humano como medio de conexión?”.
Es una sucesión de preguntas que se apilan en la cabeza de la actriz de On the rocks (2020) y que espera que la audiencia pueda hacerse mientras la temporada avanza. Expresando un entusiasmo similar, piensa que los espectadores también disfrutarán de la majestuosidad de las locaciones tanto como ella durante el rodaje. “La gente realmente tendrá una idea del alcance de Japón a nivel visual y estético”, asegura.
“Suzie se mudó a Japón para escapar de su vida y, en cierto sentido, para lograr estar sola. Personalmente me gusta estar en Japón, (pero) no necesariamente para estar sola. Pero es un sentimiento muy diferente al de estar en Estados Unidos”, sostiene. “Existe un nivel de cuidado y generosidad que se espera de los japoneses, y que lo extienden a personas que no son japonesas. Aquí me siento muy bienvenida como extranjera. Sé que no es mi cultura, pero me siento muy invitada a participar de alguna manera, siempre y cuando yo haga lo mismo y la respete”.