Partió como una obra de teatro. Una muy reveladora obra de teatro donde Gabriela Wiener abordaba como pocas veces su realidad -por entonces- como sujeta poliamorosa. Se presentó, de hecho, en el Teatro de Madrid, en 2020. “Podría calificarse de tragicomedia queer o de drama cargado de humor, pero es sobre todo un ejercicio de franqueza con el que la periodista peruana y autora de títulos como Sexografías o Dicen de mí huye de los lugares comunes. Gabriela tiene un marido, una mujer, dos hijes*, Coco y Amaru, y una cama de 4,5 metros, ‘la cama oficial del poliamor’. Es precisamente en pleno postparto por el nacimiento de Amaru, un bebé colectivizado que tuvieron su marido y su mujer, cuando estalla la crisis de parejas, en plural, que da lugar a la representación”, señala la reseña de El Diario, de la capital española.

Desde ahí, el paso de las tablas a lo escrito se dio solo. Así lo comenta la misma Wiener a Culto. “Cuando fuimos de gira con la obra de teatro por varios festivales colombianos, mi productora colombiana PopUp Art me propuso editar el texto de la obra con la editorial Laguna. Ese primer librito se vendió después de nuestras funciones. Como a la gente le gustó, me lo pidieron de Continta me tienes de España y hace poco se unió a este proyecto Los libros de la mujer rota y aprovechamos en ambos casos para hacer una nueva edición con otros textos que escribí en mi fiebre, convalecencia y hecatombe poliamorosa. La historia surgió allá por el año 2016, después de una crisis de parejas con un bebé recién nacido”.

Y así, tal como cuenta Wiener, la editorial independiente nacional Los Libros de La Mujer Rota acaba de publicar Qué locura enamorarme yo de ti, donde pone en formato libro el monólogo de Wiener, sonde cuenta como los celos y la falta de cuidados también ocurren en el seno de una relación no monógama. 

“Escribí el texto como catarsis, así que el proceso fue más bien de golpe y empecé a leerlo en sitios, al principio en pequeños eventos, bares; le iba agregando cosas, cambiando otras, empecé a cantar, a poner videos: luego se fue volviendo un monólogo un poco más estructurado, finalmente en el 2019 la directora de teatro Mariana de Althaus me propuso hacer de esta performance un montaje de teatro testimonial y llevar a mi familia a escena y eso hicimos durante un par de años más, en temporadas en Lima, Madrid y en varios festivales internacionales. El texto evidentemente fluyó e incluyó otras voces, también la de mi hija”.

El libro utiliza un lenguaje crudo y directo, sin tapujos ni censuras. ¿Qué importancia tiene para ti la honestidad y la transparencia en tu escritura?

Llevo toda la vida escribiendo de mi intimidad y desde hace unos años doy talleres en los que sostengo que hasta la honestidad y la transparencia son producto de un trabajo del lenguaje y la construcción narrativa. Dicho esto, alguna gente me dice que cuando me escuchan hablar es como si me estuvieran leyendo, por lo que es posible que no exista otra cosa en mí más allá de mi personaje, es decir que todo sea mera creación. Y admito que sospecho de todo el mundo. Diría que detecto con mucha facilidad cuándo hay honestidad y cuándo impostura, a veces las detesto y otras veces las agradezco, depende del estilo.

En España, este libro se llevó al teatro. ¿Consideras que la obra de teatro logra transmitir la misma esencia y mensaje que el libro? ¿En qué aspectos crees que se diferencian o complementan?

El texto fue primero un texto escénico sin ser libro, lo escribí para decirlo, vomitarlo, gritarlo, actuarlo y representarlo. Cuando pensamos en pasarlo a formato libro tuvimos en cuenta cosas típicas de pasar una obra de teatro al papel, aunque como es casi la mayor parte del tiempo un monólogo tampoco fue un trance tan complejo. Se trata del mismo texto y como soy una escritora la obra de teatro es muy la obra de una escritora. Fue un montaje con un peso muy grande en la palabra escrita y dicha.

¿Qué te ha parecido la experiencia de ver tu historia representada en el escenario? ¿Ha habido algún momento que te haya marcado especialmente?

Aun solo la he interpretado y protagonizado yo, así que siempre me ha marcado. Cada noche en la que la representé y me vi rodeada del caos que yo misma había provocado, toda esa hora y media larga de purgatorio confesional que dura la obra, incluso en todas sus muchas pinceladas de humor, riéndome de mí misma, y agachándome para recoger cada pedazo de mi vida del suelo, en todos esos momentos me arrepentí y a la vez me sentí poderosa de estar haciéndolo. Es alucinante poder darle una vida escénica a mi escritura. He hecho unas cuantas performances antes, mi escritura tiene un punto performático de exposición de vulnerabilidades, es una poética en sí misma, como las de las artistas del cuerpo. Me interesa expandir lo narrativo a otros espacios. La obra no volverá a representarse de manera testimonial y documental. La historia murió sobre las tablas, pasó de ser una obra documental a convertirse en una obra ficcional, casi en directo. Ahora este mismo texto está esperando nuevas metamorfosis, por ejemplo a fin de año se estrenará una versión teatral con una actriz en México. Y entonces te diré qué me parece.

¿Crees que el amor romántico tal como lo conocemos está en crisis?

No, creo que está muerto.

¿Cómo influyen los celos, la posesión y la dependencia en las relaciones amorosas? ¿Es posible construir vínculos sanos y duraderos sin estos elementos?

Es posible luchar contra la fuerza de los elementos cada minuto de nuestra vida para seguir construyendo más vidas imperfectas, más vínculos extraños y más callejones sin salida.

Hace poco estuviste nominada al Booker Prize. ¿Qué significa ese reconocimiento para tu carrera literaria?

Es loco el prestigio que alcanzan las ficciones traducidas después de ser enlistadas por el Booker Prize, empiezan a pasar cosas, más cosas. El poder no esperaba que sobreviviéramos y mira. Seguimos haciendo caja y guardando pan para mayo, para cuando se olviden de nosotras.

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