Él mismo se encargaba cada cierto tiempo de subrayar un dato tan cierto como fundamental: “Los shows que hicimos marcaron un precedente, un antes y un después, en momentos en que no se pensaba que podían hacerse pequeños recitales pero de alto impacto, y con una gestión independiente y con ayuda de los amigos. De ahí parte todo”.
En una entrevista alojada en YouTube, de esa forma el periodista y gestor cultural Roberto Denegri presentaba sus credenciales a la hora de viajar a un acto pionero: fue uno de los primeros productores de la escena nacional que se atrevió con shows de músicos alternativos e independientes, fuera del radar más habitual, en un momento en el epílogo de los 90 en que los megaeventos devoraban gran parte de la industria más formal.
De ese modo, se encargó de los debuts en Chile de nombres tan señeros como la banda estadounidense Fugazi, influencia directa del grunge que dominó el planeta en esa misma década y agrupación que pasó por la discoteca Laberinto el 23 de agosto de 1997. Fue el primero de los conciertos producidos por Denegri y su productora ALT. Fue su estreno en grande y memorable en los recitales de nicho indie, ese casillero -y ese vocablo- que en la actualidad parece mucho más común.
Después vinieron Tortoise, Mogwai, Stereolab, Yo la Tengo, Jon Spencer Blues Explosion, The Breeders y otros nombres que ya forman parte de la bitácora de la música en vivo en la cartelera santiaguina histórica. Una era dorada. Su agenda en la capital se mantuvo activa hasta cerca de 2010. Luego se fue a vivir al norte, donde organizó citas como el Arica Sun Rock Festival.
Este lunes 22 de julio, Roberto Denegri falleció a los 52 años, como consecuencia de un paro cardíaco, según confirman a Culto desde su entorno más cercano. Hasta hace poco, seguía involucrado en el ámbito musical, organizando eventos y festivales. Una pérdida sensible para la escena chilena, con un legado en lo más profundo del otro costado del circuito nacional de los 90 y parte de los 2000.