Re en tres historias: a 30 años de la obra maestra de Café Tacvba y del rock latino

Café Tacvba
Re en tres historias: a 30 años de la obra maestra de Café Tacvba y del rock latino

El disco emblemático del cuarteto mexicano cumple este lunes 22 de julio tres décadas desde su lanzamiento. Un origen que no guardaba tanta ambición, que no fue bien recibido en su México natal, que tuvo polémicos hits como La Ingrata y que cimentó con Chile un romance presente hasta hoy.


*El embrión: ¿un disco doble?

Café Tacvba venía de un disco debut exitoso y elogiado –el homónimo de 1992, producido por Gustavo Santaolalla, algo así como la quinta pieza de su montaje artístico-, pero sobre todo había conseguido una identidad donde el rock se maridaba con el folclor mexicano.

Pero faltaba un mazazo mayor. El salto definitivo a la cima. De ese modo llegó Re, el título que encumbró al conjunto a lo más alto del cancionero mundial y que los consagró como artesanos y creadores de una fórmula tan inquieta como entrañable. Canciones sofisticadas y versátiles para corear y bailar en una fiesta.

De hecho, la banda estaba en un minuto creativo irrefrenable. Cuando llega el instante de grabar Re, arribaron al estudio con numerosos demos que Santaolalla calificó en una entrevista con Rolling Stone como “extraordinarios e increíbles”. Incluso, cuando se dio cuenta del carácter volcánico que guiaba las ideas de sus dirigidos, los estimuló para crear y despachar más composiciones.

Café Tacvba

“Cuando ellos me traen el primer grupo de canciones me pareció tan alucinante lo que estaban haciendo en ese momento creativo que los empujé a que escribieran más. En el momento me miraron como diciendo ‘pero ya está el disco, está buenísimo’, les dije ‘hagan más’, terminaron haciendo otro grupo de canciones extraordinarias y por eso es que Re termina siendo un álbum doble con 20 temas, porque es un momento mágico de la banda”, relató el argentino en la publicación.

De esa forma, el título se presenta como una obra voluminosa que va desde El aparato y La ingrata, hasta Pez y El baile y el salón.

*Puro hit

Lanzado en septiembre de 1994, La ingrata fue el segundo sencillo del disco. Como un homenaje en letra y sonido a la música norteña –ese acento rápido y voraz para hablar de muerte y balas-, la canción trepó de inmediato entre las favoritas del público de los Tacubos.

Pero los nuevos tiempos frenaron el fenómeno. En 2017, el cantante Rubén Albarrán declaró que no la interpretarían nunca más, ya que sobre su final retrataba un brutal femicidio:

Ingrata!

Aunque quieras tú dejarme

Los recuerdos de esos días

De las noches tan oscuras

Tú jamás podrás borrarte

Por eso ahora tendré que obsequiarte

Un par de balazos

Pa’ que te duela

Y aunque estoy triste por ya no tenerte

Voy a estar contigo en tu funeral

En base a ello, decidieron cambiar radicalmente su significado. En un show para festejar sus 30 años en el Foro Sol de Ciudad de México, el conjunto invitó a Andrea Echeverri de Aterciopelados y decidieron girar drásticamente el contenido.

Ahora la letra decía esto: “Ingrato. No me importa si me quieres. Vale madre si me dejas. Vengo a romper tu espada, a mandarte a la chingada. Ingrato. Porque soy independiente, porque no te necesito, no soy tu media costilla. Es respeto lo que exijo. Ingrato. Como madre yo reclamo, ni una más es lo que pido, ningún macho abusivo violará a una chava. Que la violencia se desaparezca. La tolerancia sea la bandera”.

La misma lírica se reprodujo en todas las redes sociales de la banda.

Pero no fue el único éxito que funcionó como acorazado en el avance de los mexicanos por la región. También estalló Las flores, una bella canción de amor a ritmo llanero y ska.

“No lo recuerdo muy bien, pero estaba escuchando mucho a XTC y creo que cuando la oigo tiene un color y semilla de ahí. Estaba buscando una energía y la letra habla de ese momento y cómo me sentía yo. No sabes qué va a pasar con una canción y cómo va a resultar”, ha dicho el tecladista Emmanuel del Real para explicar la génesis de la pieza, en declaraciones recogidas por Milenio.

“Las canciones del Re las llevaba en un casete. Algunas las tocábamos, pero los míos eran como Frankenstein porque grababa y paraba, grababa y paraba; ideas melódicas, es muy breve la canción, al final se quedó así. Fue una expresión de alegría, de un momento de vida, una tónica de amor, de una relación, pero habla de más de lo que estábamos viviendo como grupo”, continuó.

“Me pasa con esa canción porque sí pasa algo. Hay canciones que ponen a la gente, pero Las Flores es un 0 a 100 en segundos; es una masa de energía y cada que la tocamos es subirse en un juego de feria, llenos de adrenalina. Qué increíble que lo que nace sin una intención, genere todo esto. Es algo que tiene que ver con lo inexplicable”, finalizó en la misma conversación.

*Con Chile en la mira

“Es popular la frase ‘el peor enemigo de un mexicano es otro mexicano’, y este caso no fue la excepción, pues Re no fue bien recibido por los compatriotas de Café Tacvba al momento de su lanzamiento”, reseña la revista Rolling Stone, en referencia a cierta frialdad con que el público y la prensa de su país recibió el disco.

Lo habían entregado todo, pero Re no lograba abrazar con plenitud los gustos de sus compatriotas. Pero en otros lados, la respuesta fue distinta. Por ejemplo, en Chile su aparición coincidió con una veneración total hacia la música en español, en sincronía con la escalada de bandas como Los Tres, que luego ostentarían gran química con Café Tacvba. De esa manera, cualquier sonido cantado en nuestro idioma tenía buena resonancia en emisoras nacionales.

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Los Tacubos no fueron la excepción. De hecho, la leyenda dicta que Re tuvo mejor alcance en Chile antes que en México.

El propio Santaolalla lo explica en la revista norteamericana: “Así empiezan a tener una relación muy fuerte con Chile y Sudamérica, que luego desarrollan con Argentina también. Nadie es profeta en su tierra. Después vuelven a México y el disco se empieza a hacer grande ahí. Pasó un tiempo para que el álbum fuera aceptado por la audiencia mexicana”.

Las venidas de la banda comienzan a ser constantes y frecuentes, incluyendo una escala debut en el Festival de Viña en 1996. A partir de ahí, el abrazo de integración nunca ha sufrido fisuras.

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