No es muy amiga de dar entrevistas, sobre todo pensando en sus movidos 83 años, pero hace muy poco Annie Ernaux habló en una charla que rebotó el señero Clarín, de Argentina. La Premio Nobel de Literatura 2022 se refirió, por ejemplo, cómo le ha impactado recibir el premio siendo una octogenaria. Hace un tiempo reveló que la noche antes del anuncio del premio escribió en su diario: “Si gano, me robarán la vejez”. Y fue así.
“En parte ha sido así, sí. Todo lo que planeaba hacer se ha transformado. Ahora, casi no tengo tiempo para todas las cosas que me encantan, que son la escritura, el contacto con la naturaleza en la casa que tengo en medio del campo, o simplemente para organizar mi tiempo como quiera y no tener toneladas de correos electrónicos pendientes”.
Ernaux, quien ya era una escritora muy conocida antes de recibir el premio, vio su fama subir a la estratósfera. Si su literatura ya recibía comentarios, ahora se multiplicaron. Uno de ellos, es que su escritura es “para mujeres”, aludiendo a que en general, sus novelas encaran la autoficción y que en ellas ha relatado su vida como mujer de clase humilde y de provincia. Ernaux se hizo cargo de aquella etiqueta, que le incomoda.
“Nunca he tenido la intención de escribir para las mujeres. Escribo desde lo que soy, y soy una mujer. Por lo tanto, lo que desentierro concierne principalmente a las mujeres. Pero lo que sale a la luz con mi escritura va más allá de ser una mujer, la finalidad es mayor, es mucho más amplia, e incumbe tanto a los hombres como a las mujeres. Tiene que ver con la condición humana. Claro que el aborto es un tema de mujeres, pero también concierne a los hombres. Dicho esto, la crítica masculina siempre ha sido más virulenta, cuando gané el Nobel los hombres fueron los más violentos. Pero eso sólo significa que con mi literatura estoy tocando algo de la preeminencia masculina que les duele”.
También abordó la manera en que concibió su obra -como decíamos- autobiográfica, y que ello abrió una senda que después siguieron otros autores, como Emmanuel Carrère. “Yo consideraba necesario destruir la preeminencia de la ficción. Para mí, el territorio de la autobiografía era más importante, más abierto. La novela organiza una totalidad, propone un mundo organizado. Mi escritura es autosociobiográfica, no es ombliguista”. Y agregó: “Parece que me he convertido en una especie de piloto del cambio [ríe]... Por ejemplo, hace poco recibí un libro que ha escrito un autor brasileño, que enseña sociología, sobre su padre, que fue camionero...yo no era consciente de que tuviera esa influencia”.
En sus libros, Ernaux aborda la realidad desde los ojos de su clase social obrera, y ello de alguna forma determinó su propio estilo de escritura. Y reconoce que nunca pensó en el tipo de lector que tendría. “Con el primero, Los armarios vacíos, no lo pensé salvo al final, cuando quizás pensé que lo escribí por los burgueses. La reflexión sobre a qué lector me dirijo vino cuando escribí El lugar. Sabía que era mi herencia cultural y que, si quería ser completamente justa, honesta, tenía que decir que mi padre no leía, que le encantaba la música popular, que lo más importante para él era su jardín... Entonces supe que iba a dirigirme a un lector determinado y, por eso, opté por una escritura plana, sin adornos, nada literaria. La elección de ese tipo de escritura, de ese estilo, llegó tras ser consciente del lugar que ocupo en la literatura en el momento en que escribo. Porque el que coge la pluma está siempre, inevitablemente, al otro lado, deja de pertenecer, en cierto modo”.
Por supuesto, Annie Ernaux no queda fuera de la contingencia de su país, marcada por las recientes elecciones legislativas a las que llamó sorpresivamente el presidente Emmanuel Macron, y que culminaron con el triunfo de la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular, que se consolidó como el bloque con más diputados tras la segunda vuelta. Ernaux, es una reconocida partidaria de Jean-Luc Mélenchon, el líder de la izquierda francesa a través de su partido, Francia Insumisa.
“Los resultados de las elecciones europeas no me sorprendieron. Fue la confirmación de lo que viene sucediendo en Francia desde hace décadas y que se aceleró, quizás, debido a los atentados de 2015. El presidente Macron, desde que fue elegido, eligió a Marine Le Pen como su oponente, y eso la reforzó y la volvió muy popular. Eso ha ido creciendo hasta que hemos llegado a la situación actual. La sorpresa fue la decisión de Macron de adelantar las elecciones legislativas. Fue un cálculo cínico, es el destino de Francia”. Y agrega: “La Constitución de la Quinta República, la de 1958, permite al presidente hacer lo que quiera, le otorga plenos poderes. Yo estoy a favor de Francia Insumisa porque Jean-Luc Mélenchon defiende una Sexta República, una República más democrática”.
Además, se mostró crítica del presidencialismo francés: “Ese presidencialismo es muy peligroso. Lo hemos visto con Macron, que llegó a plantear el envío de tropas a Ucrania sin consultar a la Asamblea Nacional, pero también lo vimos con Mitterrand en 1990. Y así hemos acabado, la izquierda y la extrema izquierda se han visto obligadas a crear un nuevo Frente Popular para poder frenar a la extrema derecha”.
Ante su discurso, tan claro, le consultaron si alguna vez se había sentido en peligro por dar su opinión de forma tan abierta, sobre todo desde que ganó el Nobel. Ernaux respondió: “No, en absoluto. Tengo una concepción de la Historia... Digamos que… No puedo estar segura de tener razón y no quiero estarlo, el futuro lo dirá. Pero creo que me reconforta un poco la sensación de que siempre he estado un poco por delante de lo que iba sucediendo, he podido ir anticipándome. Evidentemente, me sorprende lo que pasa, pero digamos que, por las tendencias de la Historia, siento que no me equivoco demasiado, así que puedo calcular”.