“María Carolina Geel escogió esa tarde unos aros de argolla, una pulsera plateada, su largo abrigo de color beige e introdujo en su bolsillo un paquete de cigarrillos y el pesado revólver que había comprado unos días atrás. Abandonó su departamento en el centro de Santiago y caminó, a paso tranquilo, hasta el salón de té del hotel Crillón”. Así comienza el relato Acercarse al silencio en Las Homicidas, libro de ensayos escrito por Alia Trabucco Zerán.

Georgina Silva Jiménez, conocida en el mundo literario como María Carolina Geel (El mundo dormido de Yenia, 1946), fue una escritora aclamada por la crítica de mitad del siglo pasado. Publicó su primera obra en 1946, a sus 33 años. Su trabajo estuvo bastante enfocado al colectivo feminista y de género; de hecho, el ensayo de 1949, Siete mujeres chilenas, da cuenta de lo anterior.

En 1955, protagonizó uno de los episodios criminales más comentados de la época. El hotel Crillón, ubicado en el centro de Santiago, en Agustinas, entre Bandera y Ahumada, se consolidaba como un importante punto de encuentro para reuniones sociales de la elite.

El 14 de abril de ese año, a sus 42 años, se reunió en el Crillón con Roberto Pumarino, joven con el que mantenía una relación hace varios años, igual que muchas otras veces. Se saludaron, se sentaron en una mesa al final del restaurante, con Geel dando la espalda al resto de los comensales. No hubo gritos, no hubo discusión, pero la escritora sacó de su bolsillo un revolver belga calibre 6.35 y con cinco disparos continuos asesinó a Pumarino.

Los testigos y la prensa dirían que ella no pronunció palabra, estaba impertérrita, y así se le fotografió, igual que al cadáver al que le había apuntado al rostro.

Durante todo el proceso de investigación, la autora no entregó las razones por las que había actuado. La prensa se encargó entonces de difundir que el móvil se encontraba en la irracionalidad de los sentimientos: los celos, el amor y la locura, tenían que ser las obvias razones.

A falta de una confesión que permitiera a los jueces evaluar las condicionantes del delito, la primera condena de Geel, posterior a arduos exámenes psicológicos que permitieran identificar si la acusada presentaba alguna patología, fue de 541 días de presidio en la casa correccional de mujeres.

Los abogados querellantes, sin embargo, no estuvieron de acuerdo con el veredicto. No paso mucho tiempo para que la publicación de un libro escrito detrás de las rejas por Geel, fuera el motivo perfecto de los querellantes para pedir la reevaluación de la breve condena.

Cárcel de mujeres se publicó con editorial Zig-Zag, su contenido fue analizado desde la ciencia, la sociología y la justicia. Se utilizó la literatura para evaluar si la escritora estaba “cuerda”, si había alguna agravante que el tribunal hubiera pasado por alto al no tener más evidencia. Tras una serie de problemáticas y críticas –por el lesbianismo de las protagonistas y por el carácter “no decente” que mostraba la personaje principal–, el jurado resolvió aumentar la pena a tres años y un día, en julio de 1956.

La comunidad de escritores, cabe mencionar, estaba del lado de Geel. Voces como Manuel Rojas y Amanda Labarca, se expresaron para que la autora quedara en libertad. Los esfuerzos no dan resultado hasta agosto de ese año, cuando Rojas y José Santos González se comunican con la ya ganadora del Nobel, Gabriela Mistral.

A través de cablegrama, la poeta le envía un mensaje al presidente de entonces, Carlos Ibáñez del Campo, solicitando, de parte de todas las mujeres latinoamericanas, la absolución de Geel. “Sepa, mi estimada amiga, que en el instante en que usted formula una petición, esta es un hecho atendido y resuelto (...) Considere, pues, desde ya indultada a María Carolina Geel”, fue la respuesta del General Ibáñez.

La autora falleció en 1996 a sus 82 años. Afectada por el Alzheimer y la demencia, jamás contó públicamente el motivo del crimen que la hizo conocida más allá de su literatura.

Un asesinato novelesco

El homicidio perpetrado por Geel, curiosamente, no es el único crimen que se ha cometido en el hotel Crillón. En 1941, casi quince años antes, otra escritora protagonizaría un intento de asesinato a la entrada del edificio: María Luisa Bombal le disparó a Eulogio Sánchez, su amor de juventud. El afectado quedó gravemente herido, pero sobrevivió. Bombal, contraria a Geel, resultó absuelta de inmediato por ser considerada inimputable, además de estar “sumida en una depresión”.

Alia Trabucco Zerán rescata esta historia en su libro de 2019, Las homicidas. A través de ensayos, la autora recupera la historia de cuatro mujeres chilenas que cometieron asesinatos. Al mismo tiempo, reconstruye el momento histórico, analizando el actuar de la prensa, de la justicia y de la sociedad en general.

En la publicación se expresa una clara crítica a los mandatos patriarcales que regían la época. Las leyes eran muy distintas para hombres y para mujeres, y estos casos, muchas veces dejaron a la vista varios vacíos legales presentes en la legislación.

Una mujer criminal, homicida, era algo impensado. Se consideraba al sexo femenino débil, incapaz de cometer actos así de macabros. El libro es un llamado de atención para la burbuja del machismo que encierra a las mujeres en el rol doméstico y extremadamente femenino.

Adaptación cinematográfica con Alberdi

Maite Alberdi, reconocida directora de El agente topo (2020) y La memoria infinita (2023), nominada a los premios Oscar en la categoría de Mejor documental, escogió la historia de María Carolina Geel, investigada y narrada por Trabucco Zerán, para convertirla en su primera obra cinematográfica ficcional.

De la mano de Netflix, la producción completó su rodaje a inicios del segundo semestre de 2023, según consignó Culto hace unos meses. Elisa Zulueta fue la actriz seleccionada para interpretar a la abogada del caso, mientras que Francisca Lewin será la escritora homicida.

Con el título El lugar de la otra, el largometraje de Alberdi contará la historia desde la perspectiva de la abogada, mostrando entonces un relato mucho más judicial. Ayer el Festival de San Sebastián anunció que la cinta competirá por la Concha de Oro, el máximo reconocimiento del certamen que se realiza desde 1953 en el País Vasco.

El evento se desarrollará entre el 20 y el 28 de septiembre. Netflix confirmó que El lugar de la otra se estrenará en septiembre mismo en algunos cines de Chile y estará disponible en la plataforma en todo el mundo a partir del 11 de octubre.

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