Fue un ofrecimiento que Mariana Enriquez (50) tomó gustosa. Una experiencia teatral donde la escritora trasandina leyera algunos de sus relatos frente a un público. Esos mismos que los lectores y lectoras han devorado en distintos idiomas, ahora tendrían la oportunidad de escucharlos de su propia voz. Se trata de un ejercicio poco habitual en nuestros días, y pertenece más bien al mundo literario clásico, tal como se puede apreciar en YouTube, con registros de, por ejemplo, Enrique Lihn declamando La pieza oscura, o Julio Cortázar leyendo Continuidad de los parques, o Pablo Neruda -con su monótono timbre- recitando el inmortal Alturas de Machu Picchu.
Pero como la idea no es que fuese una perorata, los productores pensaron en una puesta en escena, de tal modo que Enriquez aparezca leyendo acompañada. Así surgieron los nombres del artista Alejandro Bustos, quien apoya con visuales usando arena; y el contrabajista Horacio “Mono” Hurtado, quien proyecta sonoridades acompañando a la escritora, lo cual contribuye a generar el ambiente de cada texto. Así nació el espectáculo No traigan flores.
La primera presentación fue en el Teatro Coliseo de Buenos Aires, en marzo del 2023. “Me lo propusieron unos productores que veían que hay un montón de lectores muy entusiastas que podían ser un público, que tuviese ganas de escuchar las lecturas, de enterarse como del backstage de las lecturas, de escuchar algunas cosas nuevas, diseccionar algún texto -comentó la autora a este medio-. Pero además están las ilustraciones con arena, y el Mono Hurtado, que es un contrabajista que me va acompañando y que hace un ambiente medio gótico. Así hay algo más que las lecturas, sino se hace medio aburrido”.
La experiencia fue un éxito de público, y ello derivó en una gira por las ciudades de Rosario, Córdoba y Mendoza, siempre con localidades agotadas. El cierre fueron dos fechas en el Teatro Coliseo, donde leyó textos inéditos de Nuestra parte de noche (Anagrama, 2019), la ineludible novela con que Enriquez ganó el Premio Herralde y la consolidó como la referente latinoamericana de la literatura de terror.
Los medios argentinos siguieron cada una de las fechas y la crítica fue favorable. Susana Reinoso de Clarín dijo: “Como en la antigüedad, pero en un vasto número, un grupo de fieles lectores se reunieron este jueves no alrededor del fuego, pero sí de un escenario, para cumplir el maravilloso ritual de escuchar historias. Con humor, una escritura fascinante, una lectura dinámica y divertida de sus propios textos (uno inédito y solo uno de otro autor, su fetiche Stephen King), la autora de Nuestra parte de noche sedujo a lectores y fans; que de eso se trata el fenómeno que se percibió este jueves por la noche en No traigan flores, el espectáculo performance protagonizado por la escritora”.
Natalia Blanc de La Nación dijo: “Con tres cambios de vestido (como corresponde a una ‘rockstar’), Enriquez se lució en el escenario. Se la veía cómoda, a gusto. Nadie la interrumpió ni le pidió ‘una que sepamos todos’. Al contrario: la escucharon en silencio y le festejaron sus comentarios tan lúcidos cómo ácidos con un sentido del humor que sus seguidores ya conocen y celebran. En los varios momentos en los que se ‘desvió’ del texto para hacer aclaraciones (‘Va el tercer ahorcado de la noche’) se incrementó la empatía del público. Risas cómplices, aplausos espontáneos”.
Silvina Friera del Página/12 dijo: “‘La reina del terror’ se mueve como pez en las aguas del humor. No es una actriz, mucho menos una performer. Quizá esté inaugurando una especie de ‘stand up’ literario con eje en su vida y su obra”.
Y ahora le toca el turno a Chile. Sí, porque el próximo miércoles 4 de septiembre a las 20.00 horas, Enriquez presentará No traigan flores en el Teatro Nescafé de las Artes. Será la única fecha en nuestro país, y las entradas ya se encuentran agotadas, prueba del inmenso arrastre de la autora de Las cosas que perdimos en el fuego en nuestro país. Acá presentará el espectáculo que tiene una duración de 120 minutos.
Este año, Enriquez viene de publicar su más reciente libro, el volumen de cuentos Un lugar soleado para gente sombría (Anagrama), que incluye 12 relatos. Se trata de su retorno al formato corto tras Las cosas que perdimos en el fuego (2016). Además, la casa editora nacional Montacerdos reeditó en nuestro país su libro Alguien camina sobre tu tumba, donde Enriquez cuenta sus visitas a distintos cementerios del mundo, en una nueva edición corregida y aumentada. Entre los nuevos textos, hay una floreada crónica del Cementerio de Punta Arenas.
En la previa a su llegada, Enriquez conversó con Culto.
Comenzaste a realizar esta experiencia teatral el 2023, en Argentina. ¿Cómo fue para ti la experiencia?, ¿cómo la sentiste?
Para mí fue un experimento. No me gusta decir que fue un desafío, porque -para mí- un desafío es algo que uno pensó hacer y se atreve a hacer. Yo nunca pensé hacer esto, fue una propuesta que me cerró y fue muy ‘a ver cómo sale’. Me sentí muy bien, me sentí muy cómoda con la gente que trabajo, con los productores, con Alejandro, con “Mono”, con la gente que me ayuda con la ropa. Me sentí muy extraña de que viniese gente a ver leer a una escritora. Porque básicamente es leer. También hago comentarios, están las visuales que son espectaculares. Nos divertimos y la pasamos bien con el público pero esencialmente se trata de leer.
¿Qué tan diferente es, para ti, esta experiencia teatral respecto de otras instancias como lanzamientos, o charlas?
La experiencia teatral es muy diferente, hay mucha más gente. Es una experiencia con puesta en escena con todo lo que eso significa, una construcción no de un personaje pero sí de una manera de ser arriba del escenario, que por supuesto no es tan espontánea como puedes ser en otras cosas, y sobre todo que yo elijo los textos, no contesto preguntas. Es un trabajo conjunto que tiene que ver con la presentación de mi material sin una intervención de un periodista o un moderador o de nada que tenga que ver con eso. Es mi trabajo directamente, las cosas que yo escribo, con el público.
En general, la lectura de textos en público responde más a la tradición de la poesía, más que a la narrativa. En la poesía hay una preocupación por la pausa, la respiración, la voz. ¿Has tenido que pensar en ello al realizar esta experiencia?
Sí, la lectura de textos en público es más de la tradición de la poesía que de la narrativa, hasta un punto. Tradicionalmente, hubo muchos narradores que hacían giras y leían cosas. En Argentina, (Jorge Luis) Borges, (Leopoldo) Lugones. Oscar Wilde se iba de gira por Estados Unidos. No es comparar, pero es así. Y yo no sé si la tradición de leer textos en público tiene más que ver del todo con la poesía, quizás es diferente en diferentes países, pero narrar en público es algo que hacemos desde siempre. Nos contamos historias en voz alta desde siempre. Yo no teatralizo los textos, los leo más lentamente y con cierta conciencia de lo que estoy haciendo, pero no los actúo. No los teatralizo. Es una lectura. Entonces, no es que piense tanto en las pausas, las respiraciones o las imposturas de la voz, porque no es algo que me interese hacer, no soy actriz.
En la experiencia te acompañan un artista visual y un músico. ¿Cómo fueron los ensayos previos e ir acoplando la experiencia?
La verdad, ensayamos poco porque si hay algo que nos interesa a los 3, es que la experiencia tenga algo de química que ocurra en el escenario, y de efímero. Ambos, Alejandro y el Mono, leen y los textos e improvisan. Los 3 tenemos una idea clara y un guión muy vago, y cuando vago es que yo leo el texto y las cosas que comento se me ocurren ahí. Las introducciones que hago a los textos trato de que ocurran ahí para que sea todo lo más espontáneo y efímero posible. Cada show es diferente, los dibujos que hace Alejandro son los mismos hasta un punto, porque si tiene ganas de cambiarlos, los cambia, y en todo caso, como son con arena, desaparecen. Puede quedar registro fotográfico, por supuesto, pero se sopla y se terminó el dibujo. Él puede empezar con una idea e ir cambiándola sobre la marcha, puede ser la misma y a veces no. Lo mismo el Mono, tiene unas frases musicales que repite pero sobre esas bases improvisa. Según el texto va acomodando los climas.
¿Cómo surgió la chance de venir a presentar esta experiencia a Chile? Entiendo es el primer país donde se presenta fuera de Argentina.
El año pasado tuve una propuesta, pero yo no tenía tiempo y no la pudimos ubicar. Yo tenía otros compromisos en Chile que no tenían que ver con esto. Así que fue una propuesta de los productores, una cosa bastante sencilla sin mayor plan. Sabiendo que hay lectores en Chile que podrían estar interesados.
En Argentina leíste textos de Nuestra parte de noche, de tu libro de Suede y algunos cuentos de tu último libro, Un lugar soleado para gente sombría. ¿Puedes contar algo de lo que tendremos la ocasión de ver en Chile?
No, por esta misma cuestión efímera no voy a adelantar los textos que voy a presentar en Chile. Seguramente serán parecidos, una mezcla. Pero la verdad, en este momento, no los he decidido. Por supuesto habrá una cosa que quizás se relacione con Chile, quizás lo del Cementerio de Punta Arenas. Pero yo no pienso tanto en el público como en una lógica interna del espectáculo que incluya eso.
¿Por qué el nombre de No traigan flores?
Es un nombre que se lo ocurrió a mi productora, Paula Nicolini, a partir de un texto que leímos en el primer show y que quizás leamos en este para, de alguna manera, explicar de dónde viene. Tiene que ver con un juego de ouija en una casa donde yo vivía, y algo que sucedió con ramos de flores que no es del todo grato. Es probable que ese texto sí lo lea.
¿Tendrás otras actividades en Chile?, ¿te reunirás con el Presidente Boric?
No, no he recibido ninguna invitación del Presidente, por ahora. No es que esté siendo secretiva ni nada, la verdad es que no. Y nos volvemos al otro día, así que no tendré más actividades que las de prensa.
Junto con la visita, próximamente tendremos la llegada de un nuevo libro de la autora. Se trata de un volumen ilustrado de su libro de cuentos Las cosas que perdimos en el fuego, donde se recogen 4 de los relatos y se presentan en un formato cómic. “En realidad, ese es un trabajo del ilustrador, Lucas Nine, quien trabajó con total libertad -comenta Enriquez-. Con él, tuve un trabajo previo de elegir los textos. Él me comentaba los que quería, yo le daba las sugerencias de otros. Me mostraba el estilo que quería, yo le comentaba si me gustaba o no, pero la verdad es que Lucas trabajó súper libre, que es como yo quiero que sean mis adaptaciones en general. Quiero que sean la mirada del adaptador. Cuando es un trabajo en colaboración, como hice con Jorge Alderete para El año de la rata, ahí estoy involucrada en lo mío, pero esto es una adaptación de Lucas, y yo quiero que sea una adaptación de Lucas”.