Las calles de Chicago están impregnadas de historia. Hace 56 años, las inmediaciones del Anfiteatro Internacional de Chicago, y los parques Lincoln y Grant, se atiborraron de manifestantes en contra de la Guerra de Vietman y en favor de los derechos civiles. Las protestas fueron el telón de fondo de la Convención Nacional Demócrata de 1968 (Democratic National Convention, DNC, en sus siglas en inglés).
Al mando del alcalde Richard J. Daley., la respuesta policial fue brutal e indiscriminada. Mientras tanto, las cámaras de la televisión registraban las cruentas imágenes. Así nació la icónica frase “todo el mundo está mirando”, que se convirtió en emblema de las manifestaciones, cántico de protesta y que incluso fue mencionada por el periodista Dan Rather, del canal CBS.
Casi medio siglo después, Chicago vuelve a ser sede de un conclave político de los Demócratas, en un contexto que comparte rasgos similares con el pasado. Desde el 19 al 22 de agosto de este año, se pretende nominar oficialmente a la vicepresidenta Kamala Harris como candidata del partido para los comicios de noviembre, luego de la retirada de Joe Biden a la reelección.
En 1968 pasó algo parecido. El presidente demócrata de ese entonces, Lyndon B. Johnson, anunció que no buscaría nuevamente la presidencia y la incertidumbre ocupó su lugar. Se esperaba que el joven senador progresista Robert F. Kennedy siguiera el legado, pero este fue asesinado dos meses antes, el 6 de junio de ese año.
Así, el partido decidió nominar al vicepresidente Hubert Humphrey, quien, a pesar de no estar en la papeleta de las primarias —al igual que Harris—recibió el apoyo de los delegados obtenido por Johnson.
Ambos contextos están marcados por las protestas a las afueras de la gran reunión. Si en 1968 era por Vietnam, en el presente es por el conflicto en la Franja de Gaza. Así lo han evidenciado los medios de comunicación internacionales.
Más allá de los paralelismos, las protestas de 1968 pasaron a la historia por la violencia que las caracterizó. Además de los registros históricos, este evento quedó grabado en la cultura popular mundial gracias a canciones, películas y los textos que nacieron de una historia de represión.
Protestas en la televisión
Antes de la muerte del senador Robert F. Kennedy, en abril de 1968, fue asesinado el reconocido líder del movimiento de derechos civiles Martin Luther King Jr. Eso crispó aún más los ánimos de la población, cuya gran parte —en especial estudiantes—ya estaba en medio de una ferviente lucha contra la participación de Estados Unidos en la Guerra de Vietman.
En ese ambiente, desde el 26 al 29 de agosto de 1968, debía realizarse la Convención Nacional Demócrata de 1968, en el Anfiteatro Internacional de Chicago.
“Uno de los peores fracasos de la Convención Nacional Demócrata de 1968 en Chicago, fue cuando los activistas contra la guerra en la Avenida Michigan gritaron a las cámaras de televisión ‘el mundo entero está mirando’, mientras la policía del alcalde Richard J. Daley los golpeaba con porras”, recordó la profesora de comunicación de la Universidad Northwestern, Heather Hendershot, en The Conversation.
“El hecho de que esa violencia fuera retransmitida por televisión enfureció a millones de estadounidenses en la comodidad de sus hogares”, dijo el reconocido historiador Michael Kazin, quien rememoró su participación en las protestas de 1968, su paso por un calabozo y su huida de Chicago antes de que terminara la Convención.
De acuerdo a la profesora Hendershot, el alcalde de Chicago de ese entonces no resolvió una huelga de trabajadores eléctricos de una compañía local de telefonía, con el objetivo de boicotear la comunicación de los periodistas con sus redacciones.
“Mensajeros en motocicleta llevaban material grabado en las calles hasta el lugar de la convención, para editarlo y salir al aire”, relató Hendershot. “CBS, NBC y ABC entendieron que Daley los estaba poniendo en duda deliberadamente. Se sintió como un ‘apagón informativo local’, como declaró exasperado el presentador de la CBS Walter Cronkie”, escribió.
A pesar de ello, diversos registros audiovisuales y escritos pasaron a la posteridad para permitir dimensionar el nivel de las protestas.
“La policía y los miembros de la guardia nacional utilizaron porras, culatas de rifle, gas lacrimógeno y gas pimienta en la práctica contra todo lo que se movía en la avenida Michigan y las calles de alrededor (…) Incluso transeúntes mayores se encontraron en medio de los ataques violentos de la policía”, escribió el premiado reportero J. Anthony Lukas en The New York Times.
“Miembros de la Guardia Nacional golpeaban y lanzaban gases lacrimógenos a miles de activistas y transeúntes frente al Hotel Hilton de Chicago, donde la única cámara en vivo en la ciudad transmitió la violencia a toda la nación durante 17 minutos”, escribió, en tanto, Michael Kazin.
“Fue la convención demócrata más salvaje en décadas, tal vez en más de cuarenta años, y la más amarga, la más violenta, la más desordenada, la más dolorosa y en cierto sentido la más descontrolada”, escribió Norman Mailer en Miami y el sitio de Chicago, su libro sobre las dos convenciones de 1968. Mailer incluso testificó en el juicio contra los siete acusados de instigar las protestas.
Histórico es el video del periodista de la CBS Dan Rather siendo golpeado por un escolta en vivo, mientras intentaba entrevistar a un delegado. “Perdón por estar sin aliento, pero alguien me ha dado un golpe en el estómago... Lo que pasó es que se estaban llevando a un delegado de Georgia, o al menos a uno que tenía una identificación de delegado de Georgia…”, dijo Rather después de levantarse, según recoge elDiario.es.
La convención terminó con al menos 660 arrestos y cientos de manifestantes y policías heridos.
El legado cultural de la Convención
Los sangrientos días de protestas en Chicago en 1968 se convirtieron en el tema central de canciones y películas. Incluso, en la misma Convención, la banda MC5 fue la única que tocó y avivó el ánimo de los manifestantes y activistas.
En la línea de la música, el tema Peace frog (1970) de The Doors incluye las letras “blood in the streets of the town of Chicago” (Sangre en las calles del pueblo de Chicago), una mención de la violencia en la Convención de 1968.
A esta se suma Chicago (1971), la canción debut de Graham Nash en su carrera en solitario. “Así que tu hermano está atado y amordazado / Y lo han encadenado a una silla /¿No puedes venir a cantar? / En una tierra que se conoce como libertad/ ¿cómo puede ser justo eso?”, versa la letra.
Esta es una referencia al activista afroamericano Bobby Seale, activista del Partido Panteras Negras que formaba parte de los Siete de Chicago, quien fue amordazado y atado durante el juicio.
Otra canción que se suma a la lista es Where were you in Chicago? de Phil Ochs, quien estuvo presente en las manifestaciones de 1968.
Asimismo, Charlie Haden se inspiró para escribir su canción Circus 68 ‘69´ (1969) después de ver la convención por televisión y ver el caos de una votación referida a la Guerra de Vietman. En ese momento, las delegaciones de California y Nueva York comenzaron a cantar We shall overcome en protesta. Esforzándose para retomar el control, la tribuna mandó a la orquesta que comenzara a tocar para acallar los cánticos.
En cuanto a producciones audiovisuales, la primera película que surgió inspirada en las protestas fue Medium cool—Perspectivas, en español—, a solo un año de los hechos. Esta se basaba en una historia ficticia, pero incluye material real filmado en la Convención Demócrata.
El caso de los Siete de Chicago, acusados de instigar las protestas, fue llevado a la pantalla en 2020 bajo el nombre de El juicio de los 7 de Chicago. Esta fue dirigida por Aaron Sorkin, y recibió numerosas nominaciones al Oscar—Mejor Película, Mejor Actor de Reparto, Mejor Guion Original, entre otras—.
La producción de Netflix fue protagonizada por Sacha Baron Cohen, Eddie Redmayne, Alex Sharp, Jeremy Strong, John Carroll Lynch, Noah Robbins, Daniel Flaherty y Yahya Abdul-Mateen.