En diferentes conversaciones con lectores y amigos, un tema comenzó a rondar a Guillermo Pavex (70). El incidente en Laguna del Desierto, en 1965, entre policías chilenos y gendarmes argentinos que terminó con la muerte del teniente de Carabineros Hernán Merino Correa, en medio de las tensiones diplomáticas por los problemas limítrofes en la zona. Siempre interesado por la Historia, Parvex no dudó en tomar el desafío y se dedicó a investigar el asunto, porque como cuenta a Culto, los hechos se conocían solo de manera superficial.
“Había un desconocimiento casi total de ese incidente que no es solamente cosa del pasado, pues sus consecuencias aún están por ser vistas cuando se zanjen las actuales controversias territoriales con Argentina”. Y más aún, a Parvex hasta hoy le llama la atención la manera en que se resolvió el conflicto, en 1991, merced a un arbitraje que favoreció a la Argentina. Por lo que las ganas de indagar ahí se le acrecentaron. “Resulta difícil de entender que en 1991 el mandatario chileno haya aceptado ir a esta corte a solicitud del presidente argentino, Carlos Saúl Menem, en circunstancias que la propiedad chilena de ese territorio estaba absolutamente clara, en conformidad al ‘definitivo’ Tratado de Límites de 1881 y un posterior fallo de la Corona Británica de 1902. Inexplicablemente, esa corte falló a favor de Argentina en 1994 y ello traerá más consecuencias negativas para nuestra integridad territorial cuando se complete la delimitación del Campo de Hielos Sur”.
De esta manera, Parvex acaba de publicar su nuevo libro, Teniente Hernán Merino. Centinela de la frontera (Ediciones B), donde nuevamente lo vemos sumergirse en las profundidades de la historia de Chile, con la documentación respectiva y una escritura ágil y entretenida que hace que el relato sea llevadero para el lector. Es la fórmula que ha usado en otros de sus libros como Un veterano de tres guerras (2016) o 1978. El año que marchamos a la guerra (2018), volúmenes que han resultado ser éxitos de venta.
¿Cómo fue el proceso de investigación para este libro?
Lo primero fue acceder a toda la prensa chilena y argentina a partir de agosto de 1965, tres meses antes de los hechos, cuando Argentina creó artificialmente este conflicto. La segunda fuente, por supuesto, los archivos de Carabineros de Chile, consistentes en radiogramas, mensajes y memorándums desde un mes antes de la muerte del teniente Merino. También el extenso proceso judicial realizado en Punta Arenas, en el que cada uno de los sobrevivientes entregó su detallada versión de los hechos y, finalmente, toda la documentación que fue posible recopilar de las fuerzas armadas y ministerios trasandinos.
¿Cuáles fueron las principales dificultades?
Aunque parezca extraño, lo más dificultoso fue recoger la información de la prensa argentina en el período julio a diciembre de 1965, por la escasa cantidad de medios que tienen sus archivos digitalizados.
En la portada coloca la última foto con vida de Hernán Merino. ¿Cómo consiguió esa foto?
Esa fotografía, tomada seis días antes del asesinato del teniente Merino, fue captada durante una visita que hizo a ese puesto avanzado, el 31 de octubre de 1965, una comisión del Instituto Geográfico Militar de Chile, que corroboró instrumentalmente que Laguna del Desierto estaba en territorio chileno. Esa fotografía permanece en el Archivo Histórico de Carabineros de Chile, donde sus autoridades la facilitaron.
Usted destaca los atributos de mando del teniente Merino, quien estaba muy bien evaluado por sus subalternos y superiores, calificado como buen oficial ¿cómo obtuvo esa información?
Los atributos personales y profesionales del teniente Merino asoman constantemente en las declaraciones de los restantes carabineros que integraban la patrulla; de jefes y subalternos del oficial que lo conocieron a través de sus diferentes destinaciones en Santiago, Santa Bárbara, Cochrane y Laguna del Desierto. Además, se ven refrendadas en crónicas periodísticas en las que se entrevista a quienes le conocieron. Merino había hecho noticia antes del incidente de Laguna del Desierto, ya que con mucha anterioridad la prensa había destacado su valentía y entrega en dos hechos, como lo fueron el rescate de una madre y su hijo desde las torrentosas aguas del río Biobío en 1960 y luego en el rescate del único sobreviviente de la tragedia aérea sucedida en el Cerro Pérez, en Aysén, en 1963. Todas estas acciones divulgadas por la prensa son coincidentes con la hoja de servicio de Hernán Merino.
Usted culpa al gobierno de Frei Montalva y la Cancillería de tener un actuar permisivo y que facilitó la pérdida de Laguna del Desierto. ¿Por qué cree que pasó esto?, ¿faltó una política de Estado?
En este caso, la responsabilidad recae sobre el gobierno de turno, que actuó con la característica permisividad y apocamiento ante todos los conflictos limítrofes que hemos tenido con Argentina, que son muchos. Pero sí hay que rescatar que posterior a este incidente, Frei Montalva tomó la decisión de recurrir, contra la voluntad argentina, al Tribunal Arbitral Británico, por la nueva disputa surgida por el canal Beagle. Chile, a mi modesto parecer, nunca ha tenido una real política de Estado en cautelar nuestra soberanía y de esta manera, en dos siglos, hemos perdido el 53% de nuestro territorio original, acordado por los próceres al momento de la independencia. Me atrevo a señalar que la única vez que se ha actuado con una política de Estado que va más allá del gobierno imperante, fue en el conflicto del Beagle. Eduardo Frei Montalva, ante las constantes provocaciones navales argentinas en el extremo austral, solicitó la mediación británica en diciembre de 1967 y formó el equipo mediador. Salvador Allende mantuvo el equipo y estrategias chilena y continuaron invariables por el régimen militar. Me parece que es la única oportunidad, en dos siglos, que se actúa con una política de Estado, en tres regímenes tan distintos o antagónicos entre sí.
También señala la responsabilidad del gobierno argentino, y más concretamente de un grupo de militares liderados por Juan Carlos Onganía. ¿Considera que lo ocurrido con Merino fue consecuencia de un problema político del cual Chile fue una especie de “chivo expiatorio”?
Claramente la cúpula militar argentina se sentía muy incómoda por el liderazgo político a nivel latinoamericano que ejercía el presidente chileno Eduardo Frei Montalva, que estaba empujando importantes cambios políticos y económicos continentales, de los cuales el mandatario argentino, Arturo Ilia, era un ferviente seguidor. Los mandos argentinos, liderados por los generales Juan Carlos Onganía, Julio Alsogaray, Pascual Pistarini, entre otros oficiales, se sabían muy desprestigiados ante la ciudadanía argentina por el desastre dejado por las anteriores dictaduras militares. Elaboraron un plan que les permitiera primero mejorar su imagen ante los argentinos, apelando al nacionalismo, para posteriormente hacerse del gobierno y frenar los cambios sociales que impulsaba el presidente Arturo Ilia. Generaron un conflicto artificial en Laguna del Desierto y a través de su campaña comunicacional, culparon al presidente Ilia de no defender los intereses soberanos argentinos. La tercera etapa era emboscar premeditadamente a la patrulla chilena, con un grueso contingente enviado desde Buenos Aires y generar el incidente. Con ello lograron lo propuesto: mejorar su imagen interna y desprestigiar al gobierno de Arturo Ilia y así impedir que Argentina siguiera la estela de progresismo de Chile, incluyendo la importación de la experiencia chilena de la Reforma Agraria. Así, a costa de este incidente y de la vida del teniente Merino, pavimentaron el camino para un golpe de Estado, que se dio siete meses después, cuando Onganía asume como presidente de facto por cuatro años.
Señala que en Argentina hubo una manipulación mediática señalando a Chile como el invasor expansionista. ¿Cree que eso sería equivalente a las fake news de hoy?
Claramente fueron lo que hoy se denominan fake news, que emergieron de un equipo comunicacional manejado por la Secretaría General del Ejército Argentino. Esto fue reconocido por corresponsales de la época de agencias internacionales y se refrenda por la inclusión de dos periodistas de una conocida revista bonaerense en el escuadrón de cien hombres que atacó a la patrulla de 6 carabineros. Esas fake news señalaban que carabineros chilenos habían invadido Laguna del Desierto; que patrullas chilenas incursionaban en poblados argentinos golpeando a sus habitantes, lo que posteriormente quedó demostrado que nunca sucedió.
Usted es un escritor muy popular. ¿Por qué cree que a la gente le gustan los libros relacionados con la historia?
Estoy convencido que los lectores chilenos han recuperado el interés por conocer sobre nuestro pasado. Si este pasado se relata en forma documentalmente rigurosa, pero en forma amena, es muy bien acogido y en forma transversal por la gente.
¿Cuál cree que es el rol de la memoria en la sociedad?
La memoria juega un rol muy importante en la sociedad. En concreto es nuestra experiencia como país, similar a la experiencia personal, de la cual podemos extraer los aciertos y errores en que se ha incurrido. Esto permite analizar los aciertos para intentar replicarlos ante situaciones similares y evitar caer en los errores del pasado.
¿Cómo se siente usted? ¿Un divulgador histórico, un escritor, un novelista?
Me siento un escritor, orientado principalmente a la divulgación histórica, que en algunos casos lo hago como cronista y en otros en el género de la novela histórica, que rescata fielmente los hechos históricos y permite al autor la licencia de insertar un personaje de ficción que los relate. La historia novelada, que no es mi género, es muy distinta, ya que los hechos son modificados por el autor de acuerdo con su argumento.
¿Qué piensa de la Inteligencia Artificial?
Me parece que la inteligencia artificial puede llegar a ser, en el campo en que me desenvuelvo, de gran ayuda en el futuro, aunque en la actualidad está en pañales y por tanto no se puede confiar mucho en ella. Cuando se desarrolle más será muy colaborativa para muchas actividades, pero vislumbro que a futuro podría llegar a reemplazar la necesidad de escribir y limitará la capacidad de análisis y razonamiento de una gran mayoría.