Crítica de discos de Marcelo Contreras: respeto para Nick Cave, The Cardigans y Alex Lifeson
Las novedades discográficas de la semana vienen con grandes álbumes: el retorno del cantautor australiano, un compilado del grupo sueco y un rescate de uno de los hombres que dio vida a Rush. Lee aquí las reseñas.
*Nick Cave & The Bad seeds - Wild god
“No nos lo tomamos demasiado en serio, aunque es un disco serio”, observa Nick Cave en las notas de este álbum para Apple music. “Lo pasamos bien -asegura- lo disfruté”. Interesante matiz en la medida que todo cuanto rodea al reputado artista australiano, contando especialistas y fans, implica serias consideraciones en torno a su obra y figura. Cave no es un simple rockero. Es un poeta bendecido con talento musical, un enviado en las antípodas de sus coterráneos AC/DC.
Wild god, que originalmente se titularía Joy, según contó el músico de 66 años, encarna una celebración magnífica, un disfrute dentro de la solemnidad; una manera de superar el dolor con alegría tras las pérdidas de dos de sus hijos en siete años. La mezcla de David Fridmann (The Flaming lips, MGMT) hace maravillas con la música emotiva de Warren Ellis. Texturas cósmicas envuelven las piezas hasta conectar con una vibra que evoca la canción romántica AM, psicodelia y el soft rock de los 70, patente en Frogs y Song of the lake, esta última con la participación del bajista Colin Greenwood de Radiohead. Joy conmueve de comienzo a fin -”todos hemos tenido demasiado dolor, ahora es el momento de la alegría”- gracias a su belleza digna de una orquesta. La voz de Cave es como la de un marinero curtido que decide seguir navegando, a pesar de las adversidades y los fantasmas.
*The Cardigans - The Rest of the best (vol.2)
Si bien no se han disuelto, The Cardigans es una banda irremediablemente amarrada al pasado. Con la salida definitiva del guitarrista y compositor Peter Svensson, dedicado a escribir para artistas súper pop como Ariana Grande, Ellie Goulding, Justin Timberlake y The Weeknd, no hay planes de grabar nueva música. Sólo se reúnen esporádicamente para girar con el material producido entre 1993 y 2006. The Cardigans, uno de los nombres capitales de Suecia como súper potencia pop, parecía una cinta de espías de los 60 convertida en música con apariencia de terciopelo, que escondía retorcidos secretos gracias a la adorable voz de Nina Persson. Tenían el talento de interpretar distintos estilos con extraordinaria soltura, en una mezcla de elegancia y malicia.
Este compilado The Rest of the best reúne lados b y rarezas antes solo disponibles en lanzamientos para Japón (el primer país donde pegaron), Francia y Gran Bretaña. Por ejemplo, un denso cover de The model de Kraftwerk titulado Das model. Se desdoblan en canciones acústicas colindantes al género americana, una power ballad -Hold me-, demos de la hermosa You ‘re the storm, el rock garage emotivo de Give me your eyes, los giros de ensueño en War, y el soul deconstruido de Deuce. La colección reitera que todos los trajes encajaban en la figura de The Cardigans.
*Alex Lifeson - Victor
Los 90 fueron época de revancha para el guitarrista de Rush, luego de que su rol pasó a un relativo segundo plano en la década previa, tras las paredes de sintetizadores impuestas por Geddy Lee. Con el grunge y la Nación alternativa de MTV de fondo, en tanto varios ilustres de esas camadas reconocían la influencia del trío -Metallica ya lo había explicitado en los agradecimientos de Master of puppets (1986)-, Alex Lifeson rediseñó su estilo. Un sentido cromático y dinámico reconvirtió su guitarra en un instrumento de características orquestales, para que ningún otro teclado se asomara en sus territorios.
Para los fanáticos de Rush, este álbum solista de 1996 entregó pistas sobre cómo funcionaban los temperamentos musicales al interior de los canadienses. Las canciones de Victor ofrecen riffs musculares 100% Rush -Don ‘t care, Start today, I’m the spirit-, piezas acústicas bajo el altar de Jimmy Page -Strip and go naked-, instrumentos atípicos en el rock como el acordeón -Serbs-, y lecturas de rock industrial -The Big dance, junto a Les Claypool de Primus-. El álbum fue remezclado por el músico, desenterrando un montón de detalles y guitarras secundarias aplastadas en el original, en una época en que tomaba cuerpo la “guerra del volumen” -loudness war-, que causaría estragos en la propia discografía de Rush, a la altura de Vapor trails (2002).
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