Esta semana comenzó el rodaje de la tercera serie realizada por Netflix y Fábula. La plataforma de streaming y la compañía de los hermanos Larraín –cuya colaboración originó 42 Días en la oscuridad y Baby Bandito– ya se encuentran filmando la producción sobre el caso Matute Johns (aún sin título definitivo).
Bajo la dirección de Fernando Guzzoni y Pepa San Martín, se inspira en la desaparición y asesinato de Jorge Matute Johns, el joven del que se perdió el rastro en noviembre de 1999 y fue hallado sin vida en febrero de 2004. La historia que presentará en ocho episodios es fruto de la investigación que desarrolló un grupo de periodistas encabezado por Rodrigo Fluxá, a quien la productora le propuso la creación del proyecto hace un par de años.
La actriz Paulina García interpretará a la mamá del muchacho desaparecido y Clemente Rodríguez encarnará al joven al centro del caso. También son parte del elenco Alfredo Castro, Lucas Sáez Collins, Héctor Morales y Camila Hirane.
Según información a la que accedió Culto, existió un diálogo con la familia durante el armado de la serie. Conversaciones que, sin embargo, no implicaron que accedieran a los guiones ni participaran activamente en la gestación de la misma.
Ese acercamiento no ha impedido que la madre y el hermano de Matute Johns expresen su molestia con la realización del proyecto. “Como familia no hemos autorizado ninguna serie que se haga con el nombre de mi hijo. Lo que ellos hacen es una serie de ficción que lejos está de la realidad. Yo no lo voy a aceptar”, indicó María Teresa Johns al medio Sala de Prensa, asegurando que “están lucrando con el caso de mi hijo”,
Ahora, una vez que la producción ha sido oficializada por Netflix, Álex Matute adelantó que se encuentran evaluando interponer acciones legales “ya sea en Chile o de ser necesario también en Estados Unidos”. El hermano del joven desaparecido hace 25 años explicó a ese portal que gran parte de su malestar reside en que la serie ocupará nombres reales, lo que tildó como “una patudez del porte de un buque”.
Reconoció que él y su madre mantuvieron contactos con el equipo de la producción. “Ellos siempre hablaron de una inspiración”, advirtió. “La libertad de creación es algo que uno no puede limitar en este país. Pero una cosa muy distinta es decir ‘vamos a hacer la serie del caso Jorge Matute Johns’. Y mucho más complejo es ‘vamos a utilizar los nombres reales de la familia Matute Johns’. Eso bajo ningún punto de vista lo hemos conversado y menos autorizado”.
“Nosotros no podemos autorizar algo de lo cual desconocemos completamente su guión. No podemos aceptar algo… Que la productora Fábula instale una verdad que no es la real. Y, en tercer lugar, tampoco podemos dejar que producto de una serie, de una ficción, se instalen verdades que no son. Es algo que nosotros como familia estamos dispuestos a proteger hasta las últimas consecuencias desde el punto de vista legal”, enfatizó.
A propósito de los recientes problemas de salud de su mamá, el hermano del joven emplazó a Pablo y Juan de Dios Larraín, fundadores de la compañía. “Si algo le llega a pasar a mi madre, yo ya sé quiénes son los responsables. Ustedes son personas adultas, con bastante recorrido en el tema, tienen equipos creativos bastante importantes y pueden hacer otra serie de ficción o derechamente cambiarle el nombre, cambiar parte de los hechos, y aquí todos felices y contentos”.
Las filmaciones del proyecto se desarrollarán entre Santiago y Concepción, y terminarán cerca de fin de año. Netflix planifica su estreno en todo el mundo para no antes de 2025.
El caso Ámbar y Mea Culpa
La iniciativa de Netflix y Fábula no es la primera serie chilena “inspirada en” que desata la molestia de personas ligadas a los casos reales. Dos ejemplos: 42 Días en la oscuridad fue rechazada por las dos hijas de Viviana Haeger y la primera temporada de La cacería –emitida por Mega– causó el enojo de los familiares de las víctimas del psicópata de Alto Hospicio. Menos frecuente es que ese disgusto se traduzca en una acción que prospere judicialmente.
El programa Mea culpa fue objeto de controversia a mediados de 2022. El espacio de TVN conducido por Carlos Pinto reveló el debut de un nuevo ciclo sobre un “caso que impactó a Chile”. El foco de la temporada estaría en las circunstancias alrededor de la muerte de Ámbar Cornejo, la adolescente de 16 años asesinada en 2020 en Villa Alemana por Hugo Bustamante y Denisse Llanos, la madre de la joven.
A sólo días del anuncio, el padre de la víctima presentó un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones de Valparaíso contra el canal, con el objetivo de resguardar la integridad psíquica de la familia. Además, se organizó una campaña online para denunciar a la estación televisiva ante el CNTV y así ejercer presión para que su emisión fuera suspendida.
Tras la determinación judicial –la Corte de Apelaciones de Valparaíso concedió una orden de no innovar–, TVN optó por no estrenar los capítulos del programa. “Reafirmamos nuestro compromiso con la protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes y del mismo modo, condenamos expresa y unánimemente toda forma de violencia de género”, señaló a través de un comunicado.