Fue su amor por el cine lo que gatilló la idea para la nueva novela del escritor y guionista Pablo Illanes (51). En rigor, su preferencia por el Giallo, el género de culto italiano que entregaba frenéticos thrillers, primero como novelas y luego llevadas a la pantalla grande en los 60 y 70. “Tienen dos características centrales: una crítica social, a la corrupción, al sistema político; y una apropiación del policial más clásico. Eran como una versión hardcore de Agatha Christie”, comenta Illanes a Culto. “Mi teleserie Alguien te mira era algo así: un asesino, crímenes brutales y una crítica a la alta sociedad”.
Esa combinación es la que Illanes presenta en Alevosía (Suma), su primera novela policial. Muy ágil, con mucha acción y sangre, pero también con un elemento de reflexión en cuanto a la sociedad. Eso hace que a veces acelere y en otras ocasiones frene un poco, pero es un ejercicio literario que funciona. En este caso, narra la historia de un asesino en serie que mata influencers usando los mismos productos que promocionan.
Situada en Nueva York, la novela nos sumerge en un mundo que maneja millonarios presupuestos, donde hay gente que vive de la apariencia al punto de engañar a los seguidores, y existe un desenfreno por conseguir gran número de visitas en un Live de Instagram. Pero al mismo tiempo, hay algunos casos de personas jóvenes que sufren la explotación de sus cuerpos por parte de representantes.
¿Cómo fue la experiencia de sumergirte en el mundo de los influencers?
Yo empecé a criticar a los influencers en una conversación pública, muy desubicadamente. Empecé a hablar pestes de que cómo es posible que cobren tanta plata por subir un reel. Y de repente saltaron cuatro personas que me dijeron que vivían de eso, que en la mañana promocionaban un queso, a mediodía promocionaban una bicicleta estática, y en la noche promocionaban una multitienda. Y es un trabajo como cualquier otro. Pero esto era de un tiempo en que no existían los presupuestos que hay ahora. En las grandes ciudades hay una industria completa relacionada con los influencers: la representación, los nexos que tienen con las marcas, la manera que tienen de enfrentarse al mundo, la forma que tienen de construir una apariencia y salvaguardar esa apariencia ante cualquier momento histórico. Hay un mundo. Yo creo que esa obsesión por los influencers no termina con esta novela.
¿Por qué la ambientaste en Nueva York?
Yo creo que funcionaba por una necesidad orgánica de la historia, tenía que transcurrir en una ciudad cosmopolita. Me parecía interesante el desafío de hacer una novela donde los personajes vienen de otro lado. Nueva York es una ciudad de paso, yo viví un tiempo ahí, entonces conozco bien su geografía y conozco bien los movimientos de este tipo de personajes. Además es un Nueva York post pandemia, con adictos al fentanilo en las calles. Me preocupé también de dar una mirada bien moderna de la ciudad.
En las novelas policiales el psicópata debe ser creíble y retorcido, pero también consecuente con su accionar, ¿cómo fue para ti crear a este asesino?
Leí un libro que me marcó muchísimo que se llama Asesinos seriales, que es una investigación de una psiquiatra sobre la mente de distintos asesinos. Por lo general, el asesino en serie no respeta la verosimilitud. Hay un momento en que ellos mismos traicionan su modus operandi y ese es el momento en que empiezan a perder el control, por la necesidad imperiosa de ser detenidos por alguien, por la policía o por algún testigo, no sé. Y también por transgredir los límites que ellos mismos se han puesto, y cada vez que hay un impulso o hay culpa, cometen un error y fallan. Es muy interesante porque en los asesinos en serie de hay un rigor como si fuera un trabajo.
¿Por qué decidiste que la justiciera para estos influencers fuera Jackie Bravo, una mujer policía?
Yo diría que Jackie Bravo es un personaje que me ha rondando los últimos 20 años, desde que vi Jackie Brown, de Tarantino. Me dije necesitábamos hacer en Chile una Jackie Bravo, que sea una policía ruda, directa, con problemas maritales. Y diseñé un personaje sin tener idea dónde lo iba a meter. La policía de Alguien de mira que la hizo Paola Volpato -Eva Zanetti- tenía ciertos rasgos de este personaje, pero no era del todo ella, porque Jackie Bravo tiene su familia, tiene su marido, tiene tres hijos, tiene esta suerte de compulsión por reemplazar sus afectos por el trabajo. Es una mujer que tiene una crisis marital por un lado, pero también tiene una crisis con sus hijos porque siente que crecieron muy rápido y no se acostumbra muy bien a eso. Creo que voy a seguir escribiendo a esta detective, de hecho tengo algunas ideas sobre eso.
Eres guionista y has escrito muchas teleseries. ¿Qué te parece que en estos momentos se estén haciendo remakes de teleseries antiguas en vez de nuevas?
Me parece bien. Es un síntoma de crecimiento en la industria. Yo sé que este no es un comentario muy popular, porque hay un odio por el remake en Chile, pero todo el mundo ve remakes extranjeros. Es un recurso que se usa en todas las industrias a lo largo del mundo, en televisión y en cine, no debería sorprendernos tanto. Ahora, yo en lo personal creo que un remake siempre tiene que ofrecer algo nuevo, ningún remake se presta para hacerlo exactamente igual. Yo creo que falta profundizar más todavía en qué es un remake y cómo hacerlo en Chile, de manera que el público sienta que hay un aporte nuevo. Una vez le preguntaron a José Donoso sobre esto mismo, a propósito de la adaptación que hizo Ripstein de El lugar sin límites, y él decía que tiene que haber una violación del texto original. De alguna forma tiene que perpetrarse una agresión al primer relato. Y me parece súper lógico.
¿Te gustaría que se hiciera un remake de alguna de las teleseries que escribiste tú?
Sí, de Alguien te mira.