Quienes compartieron con Antonio Skármeta dicen que su rol en El show de los libros era muy parecido a su personalidad fuera de pantalla. “Lúdico, concupiscente y sibarita” , define Fernando Acuña, productor de ese programa.

Entre 1992 y 2002, los martes a las 23:30 horas en Televisión Nacional, Skármeta recibió a los televidentes con su sonrisa amable - a veces pícara, otras irónica, siempre atrayente- para sorprender con las más variadas formas de acercarse a los libros.

FOTOS PATRICIO FUENTES Y./ LA TERCERA

Skármeta no solo era el alma del programa, también su guionista e instigador principal. El objetivo era fomentar la lectura, pero El show de los libros lo llevó más allá. Nunca perdió la vocación masiva de la televisión abierta ni tampoco dejó de ser un show, en el mejor sentido: un espectáculo que apela a las emociones, a los placeres, sentidos, dolores. Además, fue un espacio generoso al compartir su lugar en pantalla con otras disciplinas como el cine, la danza, la pintura, el teatro y la música popular.

Con la partida de Antonio Skármeta se va otro representante de ese ilustre momento televisivo en que Augusto Góngora encabezaba Cine Video y Patricio Bañados presentaba El Mirador. Porque El show de los libros surgió en un tiempo en que, a diferencia de hoy, no solo se hablaba y se llenaban páginas con el futuro, el financiamiento y la misión de un canal de TV pública: también se hacía televisión pública con presupuestos adecuados, para distintos horarios y públicos, con diversos focos y nutriéndose de talentos del mundo audiovisual a través de productoras externas, como Visión y Nueva Imagen, las empresas que realizaron El show… para TVN.

Esteban Antonio Skarmeta Vranicic

Los episodios del programa -hasta la temporada 7- están disponibles en la plataforma TVN Play (con molestos avisos que interrumpen en cualquier momento, pero qué hacer). Acá algunos de los más notables, aunque hay muchos más:

-En Literatura y pelos (temporada 2, episodio 1) al conductor se unen ilustres calvos como el cantautor Payo Grondona y el escritor José Luis Rosasco para defender la “sensualidad de la calvicie”. Como extra, el peluquero Luigi habla de cómo Isabel Allende se inspiró en él para crear un personaje de la novela “De amor y de sombra”.

- Imperdible es, en el centenario de José Donoso, revisar el capítulo (temporada 3, episodio 9) dedicado al cumpleaños 70 del escritor de Coronación. Hablan alumnos de sus legendarios talleres literarios como Ágata Gligo y Alberto Fuguet, quien describe al maestro como “piola… aunque es tiránico no se nota” y relata cuando fue expulsado por Donoso porque lo encontraba un escrito “muy de mall, poco serio”. En la entrevista, aparece un Donoso relajado, recorriendo su jardín. Consultado por Skármeta si se considera un autor chileno (debido a sus viajes y prolongadas residencias fuera del país), responde contundente: “Quién puede ser más chileno que yo”.

- En Literatura y detectives (temporada 4, episodio 1) hay un momento notable: el poeta Alfonso Calderón se pasa al bando de la actuación para interpretar al Comisario Maigret, la creación de George Simenon, detallando a Skármeta los secretos del oficio. En ese mismo episodio, en la sección Lo que leen los famosos, Felipe Camiroaga muestra qué libro tiene entre manos (pista: no es ficción y es una señal de la que sería una de sus grandes pasiones).

-En Buenos Aires me mata (temporada 7, episodio 10) un joven Juan Forn da cuñas como “(Los argentinos) nos creemos un desprendimiento de tierra europeo”. Mientras, Skármeta se instala en el café Tortoni para leer a Mempo Giardinelli y se deleita conociendo el lugar favorito de Aberlardo Castillo. No es el único episodio dedicado a la capital argentina: en Literatura y Buenos Aires (temporada 4, episodio 1) se abordan los textos y escritores que marcan la ciudad, con una entrevista de lujo con Adolfo Bioy Casares. En el ciclo del programa también hubo capítulos dedicados a Brasil y Santiago de Chile.

-Literatura y gatos (temporada 2, episodio 1) implicó un desafío mayor para Skármeta: lee la Oda al Gato de Neruda con un felino recorriendo su cabeza como si fuera un parque. Se trata de un momento entrañable y chistoso. Aparecen Julio Cortázar y Malú Urriola leyendo sus textos sobre gatos y los guiones de Skármeta son notables: “Los escritores se ven a sí mismos como gatos; por una parte son pacíficos ciudadanos que pasean por las ciudades, pero mantienen intacto un animal de fondo, feroz, agresivo siempre dispuesto a saltar. A ese animal de fondo lo llamamos con un eufemismo: fantasía”.

*Soledad Gutiérrez es directora ejecutiva de la Corporación del libro y la Lectura, y editora del libro “Los primeros 50 años de la TV chilena”.